Lo que los diseñadores pueden aprender de los gerentes de producto

Respuesta: cómo lograr vestirse mejor. Parte 1: el poder de la paleta de color azul-gris...

Es broma.

Es obvio decir esto, pero hay un fuerte superposición entre buenísimos gerentes de producto, sin importar cual sea su título. Los grandes fabricantes tienen visión. Piensan en profundidad acerca de la audiencia para la que están construyendo. Ellos pintan una visión cautivadora que inspira. Son personas que terminan lo que empiezan.

Al mismo tiempo, las entrevistas a los diseñadores y a los gerentes de producto no son iguales. Una cualidad que para un candidato a diseñador puede ser una nota al margen, puede ser para un candidato a gerente de producto un requerimiento indispensable, y viceversa. Ambas disciplinas tienen mucho que aprender una de la otra. Ya que yo trabajo con algunos de los mejores gerentes de producto de la industria, quería compartir algunas cosas que he aprendido a través de los años, recopiladas del Manual de Éxitos del gerente de producto:

Una considerada formulación del problema es esencial

Es tentador para los diseñadores saltar a la soluciones y comenzar a mostrar lo que han diseñado. Pero si no empiezas con el por qué te estás tomando la molestia de trabajar en esto en primer lugar, puedes estar errando el tiro. ¿Qué problema estás tratando de solucionar para las personas? ¿Cómo sabrás que tuviste éxito? (Algunas veces escucho términos como consistencia y simplicidad lanzados como justificación, lo que me suena a una pobre generalización de la formulación del problema porque nadie nunca dice «oye no puedo usar esa aplicación, es tan inconsistente» o «esta aplicación no es lo suficientemente simple para mí» — desde ya esos términos apuntan hacia soluciones en lugar de concentrarse en el problema real que las personas están teniendo.)

Una presentación típica de un gerente de producto para la pregunta «¿por qué debemos hacer X?» tiende a ser razonada (y si no lo es, entonces se convierte en una bandera roja en el desempeño del gerente de producto.) Hay usualmente una buena articulación de las metas y de cómo se medirá el éxito de las mismas. Hay generalmente investigación, datos, y otros análisis que soportan las afirmaciones. Tienes la sensación de que hubo una buena y fuerte preparación en la propuesta.

Y por supuesto, esto tiene mucho sentido porque el solo hecho de necesitar armar una presentación (o información del producto o una especificación o lo que sea que el gerente de producto esté presentando) significa que éste tuvo que sentarse y escribir la presentación. Tuvo que poner en palabras la formulación y el argumento del porqué tenemos que hacer lo que deberíamos de hacer. Es difícil hacer eso sin considerar a fondo el problema.

Resulta que, hacer una plataforma o transcribir pensamientos en palabras escritas son excelentes actividades para forzarte a una consciente formulación del problema, y son herramientas que debes adoptar en tu arsenal cuando necesites pensar seriamente antes de sumergirte a diseñar soluciones.

Oblígate a formar el hábito de formular cualquier diseño que hagas con el problema que estás resolviendo para las personas, cómo sabrás si tuviste éxito, y por qué tu solución es una efectiva forma de solucionar ese problema, y no solamente tu trabajo será mejor y más enfocado, te darás cuenta de que es más fácil convencer a los demás.

Comunícate directa y concisamente

La barra para ser un buen comunicador es mucho más alta para los gerentes de producto que para los diseñadores. Consecuentemente, en promedio, los gerentes de producto tienden a ser mejores oradores, escritores, presentadores, y encargados de reuniones. Observa y aprende de sus habilidades. Obviamente, estar preparados es clave (ver arriba). Pero también lo es comunicar lo importante del mensaje de forma rápida. Una táctica que aprendí de ellos es preguntarme lo siguiente antes de cualquier reunión o conversación:

1. ¿Cuál quiero que sea el resultado?
2. ¿Qué es lo que puedo pedir que me ayudará a conseguir el resultado que quiero?

Si comunicas estas dos cosas directamente, hay una buena posibilidad de que ahorres tiempo mientras le explicas a las personas de manera clara lo que te preocupa y la mejor forma en que te pueden ayudar.

No necesitas pasar un montón de tiempo dándoles un contexto a menos que no estés consiguiendo el resultado que quieres. De igual forma, no necesitas jugar a las interpretaciones. El recurso más valioso que tenemos es el tiempo, así que una comunicación clara y concisa puede marcar la diferencia.

Parte algo grande en pequeños pasos para crear un plan factible

El sello de un buen gerente de producto es la habilidad para ejecutar, o dicho de otra forma, hacer que las cosas sucedan. Es como si te entregaran un mapa para buscar un tesoro con una X a 3.000 millas de distancia, a través de un bosque escalofriante, un pantano burbujeante y cumbres resbalosas. ¿Cómo llego allí?

Una táctica útil que usan los gerentes de producto es partir un problema gigante en pequeños pasos y peldaños que de repente tienen una solución eminente y tienen muy pocas o casi ninguna dependencia en algo más. En lugar de volvernos locos por el bosque escalofriante, el pantano burbujeante y lo imposible que parece la misión, ¿qué tal si primero empacamos el equipaje? Genial, el equipaje está listo. Salgamos hacia el siguiente pueblo a pie, y una vez allí, ¡celebremos en un bar con unas cervezas! Perfecto, ¡me siento bien! Lo que sigue es tomarnos un día para caminar a la orilla del bosque. Una vez allí, podemos recoger leña y hacer una fogata y turnarnos para contar historias. Y luego el siguiente día, enviaremos dos exploradores para que delineen un claro sendereo a través del bosque y puedan darle al resto del grupo detalles acerca de cómo lo atravesaremos…

El equivalente de esa travesía para un diseñador es proporcionar una visión convincente de la Estrella del Norte — una dirección de diseño esperanzadora que está un poco lejana — y luego descifrar: ¿cómo lo hacemos? Parte la visión de acuerdo a los diferentes problemas que ésta esté tratando de resolver, y descubriendo qué problema se debe resolver primero. Anteriormente, me he embarcado en rediseños muy ambiciosos, y déjame decirte, tratar de cambiar un montón de cosas de un sola vez no es una receta para el éxito porque si algo no está funcionando, terminas en una zona de frustración donde no estás segura que cambio es el culpable. Hacer inventario de los cambios, categorízalos en cubetas, y trata de validar la hipótesis de cada uno de manera independiente es una táctica mucho más inteligente.

Optimiza para una visión más amplia

Los diseñadores tendemos a ser un grupo de personas muy centrados. Ir hasta el fondo de los detalles, ir siempre tras la calidad y la destreza, hacer que alguien crea que realmente te preocupas por ella y por la experiencia que está teniendo con tu diseño — requiere una nivel profundo de enfoque — . Y aun así, diseñar cosas grandes para las personas requiere mucho más que una buena interfaz del usuario. Los gerentes de producto piensan acerca de este equilibrio todo el tiempo, y los diseñadores que de igual forma ven más allá tienden a ser más efectivos.

Eso significa tomar más tiempo para entender el negocio, y diseñar soluciones que ayuden a la compañía a mantenerse sostenible y centrada en su misión a largo plazo.

Eso significa preocuparse del sano funcionamiento del equipo — si hay una mezcla correcta de talento a través de las diferentes funciones, si la moral está alta, si hay un sentimiento de confianza y camaradería — . Puede que no sea tu responsabilidad directa el contratar un colega o juntar al equipo o pasar algún tiempo orientando a alguien que lo necesita, pero si te preocupa que las cosas se hagan, y se hagan bien, el equipo es algo a lo que debes contribuir.

Significa ser fiable, y ser la clase de persona con la que tus compañeros de equipo les guste trabajar.

Lograr un balance es un baile delicado. Representa los valores en los que crees, pero no dejes que llegue en detrimento del progreso de la misión más grande de lo que tu equipo y tú están aquí para hacer.

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