Ilustración por Weylon Smith

Argentina, el mundo y el futuro del trabajo

¿Qué podría pasar y cómo nos prepararíamos para la Cuarta Revolución Industrial?

Ezequiel Ramis

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Cientos de taxistas se congregaron este mediodía en el cruce de la avenida Martín García y Defensa, frente a la sede del Gobierno porteño en el barrio de Barracas, en protesta contra los dueños de robotaxis Tesla, con el argumento de que los coches autónomos provocaron una caída de 50% en la cantidad de pasajeros.

“Por culpa de Tesla se redujo un 50% el negocio de los taxis, tenemos horas vacías todos los días”, dijo el titular de Taxistas Unidos, Marcelo Boeri, quién pidió “la prohibición de los robotacheros, porque ya son dos años de completa ilegalidad”.

Con cánticos, bengalas y bombas de estruendo, cientos de taxistas se manifestaron frente al Palacio Lezama para pedir a las autoridades que “abran el diálogo” por este conflicto, y manifestaron que permanecerán “en estado de lucha permanente” contra Tesla, aseguró Boeri.

¿El futuro?

Quizás me equivoque al presuponer las emociones que padeciste al leer el fragmento anterior. Será por creer que es tan largo el texto que ni te pintó leerlo. O también por creer que así rompería el hielo al empezar así el artículo, generando una sensación familiar y, a la vez, desconocida de la realidad argentina.

Lo cierto es que no se me ocurría cómo empezar, así que copié-pegué un cacho de un artículo de Crónica, y le cambié el sujeto denunciado.

Taxistas protestando contra Uber

No es por justificar lo fácil que es pedir prestado texto, pero te pido un momento que pienses lo siguiente. ¿Te parecería verosímil que existiera esa noticia de acá a — digamos — cinco, diez o quince años?

Puede que te dé un poco de asombro, o tal vez miedo; el futuro es incierto, y más aún que la tecnología avanza más rápido de lo que nos parece.

Por consecuente, en ya casi los nuevos años 20, se sigue debatiendo sobre una posible futura catástrofe laboral debido a la automatización. Sin embargo, ésta problemática es literalmente más vieja que la escarapela — obviamente en contextos totalmente diferentes.

Es entonces que, para saber que podría causar las futuras tecnologías, antes hay que saber qué es y qué consecuencias produjo este fenómeno a lo largo de la historia.

Primero, el pasado

La automatización es básicamente delegarle ciertas tareas a una máquina. Para que esto sea eficaz, el trabajo tiene que cumplir ciertas características:

  • Especialización
  • Repetición

Un claro ejemplo de esto puede ser el de un cajero común y corriente: recibe los productos a cobrar, se fija el precio de cada uno y se da un monto total. Imaginate que, un día, su trabajo ahora lo hace una máquina. Esa máquina, para el empleador, es una inversión, no sólo porque es más eficiente, sino que también no cobra sueldo, no se cansa, no se distrae, etcétera...

Eso significa que el trabajador, en teoría, pierde su laburo, ¿no?

El desempleo, producto de la instalación de máquinas, es un debate interminable que empezó a partir de la Revolución Industrial, el origen de la producción como parte esencial del desarrollo económico.

En Inglaterra, durante el duro clima económico que se respiraba por las guerras napoleónicas, había emergido un movimiento cuyos seguidores se consideraban ludistas. El nombre de este se originó del apellido de un chabón que supuestamente había destruido dos telares en 1779.

El líder de los luditas, grabado de 1813

La idea era protestar contra los empleadores, debido a las duras condiciones laborales, y la única forma de negociar era sabotear los telares, ya que frenaban la producción.

Trabajador utilizando un telar industrial

A partir de ese momento, en prácticamente los países industrializados, comenzaron a darse casos de ansiedad sobre los trabajadores siendo reemplazados a lo largo del siglo XIX y XX.

Uno de ellos ocurrió en Estados Unidos, a inicios de la década de 1920, en el que trabajadores rurales habían estado sufriendo despidos debido al avance tecnológico en la agricultura, como el tractor.

Pero ¿qué pasó desde entonces? ¿La tecnología seguía avanzando, y los despidos también?

Tomemos de ejemplo la tasa de desempleo de Estados Unidos desde 1900 hasta 2011.

Tasa de desempleo por año y género, 1900 a 2011

Sin tomar en cuenta los valores que rondaron durante la Gran Depresión, a simple vista la tasa de desempleo, aunque cíclica, debido a las recesiones, es constante, entre mínimos del 3% hasta máximos de un poco más del 10%.

Otro ejemplo que puede servir es el siguiente gráfico, un poco más reciente lamentablemente, pero mucho más interactivo.

Se puede ver claramente que durante casi los últimos 30 años el desempleo promedio global se mantuvo constante, rondando entre el 6% y el 5%; o entre el 8% y el 4%, si se toma en cuenta las distintas clases sociales.

Para agregar, aparece un hecho que, sin el uso del siguiente gráfico, no se tomaría en cuenta.

N° de robots industriales por cada 10.000 empleados del sector manufacturero, 2016

En los países que se presentan se supera la densidad promedio de robots de la industria manufacturera. Para ponerse en contexto, casi todos esos países son desarrollados, con un crecimiento económico estable y libertad económica, aunque no todos tienen políticas laborales flexibles.

Lo curioso es que, si miramos el anterior gráfico y vemos la tasa de desempleo de estos mismos países, excepto España 🙁, son de los más bajos, especialmente Japón, que durante estos años no superó la barrera del 6%.

Por ahora todo muy lindo, pero… ¿y Argentina qué onda?

N° de robots industriales por cada 10.000 empleados del sector manufacturero, 2016

18 comete un bizcocho… ¿y de desempleo cuánto? 10,6% en el 2° trimestre de 2019… ok.

Con todo lo dicho anteriormente, se puede decir que algunas de las causas del desempleo son:

  • Innovaciones tecnológicas
  • Crisis económicas, como las recesiones o como la Gran Depresión de 1930
  • Regulaciones del mercado

Sin embargo, la automatización tiene diferencias cruciales frente a los otros dos. La tecnología genera desempleo a corto plazo, a diferencia de los otros que influyen a largo plazo.

Pero lo más importante es que el objetivo de la automatización precisamente es aumentar la producción de bienes y servicios, generando beneficios, como su término lo indica, a largo plazo. Uno de éstos es la creación de nuevos oficios, mucho más sofisticados, que además retroalimentan la producción.

Un ejemplo que se me ocurre ahora es el oficio del desarrollador de software que, gracias a la creación y mejora exponencial de las computadoras, creó tantos oficios, empleos y bienestar, como lenguajes de programación.

Existen muchos más ejemplos, pero para dejarlo en claro de una vez, los siguientes gráficos demuestran que el aumento de la producción, en gran parte gracias a la tecnología, mejoran, entre otras cosas, las condiciones laborales.

En estos dos gráficos se presenta un patrón claro, indicando que los países con más PBI per cápita — ajustado por diferencia de precios e inflación — , y/o productividad, tienden a disminuir la carga horaria anual por trabajador. Además, prácticamente todos coinciden con los países anteriormente mencionados.

*le falta el aire*

Listo… ya ta, ahora termino la sección del pasado con una pequeña anécdota: si te fijás un segundo, poniendo la línea de tiempo desde 1950/90 hasta 2017, es un poco tragicómico que la mayoría avanza constantemente hacia el bienestar económico, mientras que Argentina hace un homenaje a Ricardo Esteban Ricardo Rubén.

Ahora sí, el presente

La tecnología avanzó exponencialmente durante estos años, ya se sabe de ante mano y lo repetí como loro; generando nuevos oficios, pero también afrontando problemas que son comunes en todo el globo.

Si te das cuenta, en cada video notarás que al menos un humano aparece en la labor. Después el resto de las tareas lo hace automáticamente una máquina. Aun con todos los beneficios, la gran intriga persiste, la posible la automatización total del trabajo.

En marzo de 2018, el Ministerio de Hacienda publicó el artículo Automatización del trabajo en Argentina, donde se prevé que en las próximas décadas el 59% de los puestos de trabajo son susceptibles de ser automatizados.

Aunque ya había explicado lo que había ocurrido en el pasado, hoy en día se retomó este tema, debido al avance significativo de uno de los subcampos más interesantes de las Ciencias de la Computación: el Aprendizaje Automático, o Inteligencia Artificial, para los de marketing.

Esto sólo se debe a las mejoras computacionales de éstos últimos veinte años, ya que ya había sido probado matemáticamente hace pares de décadas.

Proyectos tan interesantes como la Inteligencia Artificial venciendo al mejor jugador de ajedrez en 1996, o recientemente al mejor equipo de Dota 2, son algunos de los tantos que superan con creces al humano.

Acordate que son sólo programas que pueden cumplir una sólo objetivo. Pero se supone que para que una tarea sea automatizable tiene que ser especializada y repetitiva, ¿no?

¿Te acordás al principio cuando nombré a los supuestos futuros robotacheros de la marca Tesla? Los videos de abajo muestra que no sólo no son supuestos, sino que ya están presentes.

Maneja mejor que algunos que se hacen los compadritos.

A continuación, un prototipo de lo que podría ser el futuro de la industria logística.

Bueno, podríamos decir que estos trabajos tienen esas características que los vuelven automatizables: de la forma más simplista posible, el laburo del chofer es de ir del punto A al punto B, y el último mueve cajas…

Pero tiene sentido en algún punto; la delegación de estas tareas manuales hacia las máquinas ahorran recursos para resolver problemas mucho más importantes, o generar productos y servicios que sólo los humanos podrían producir, como el arte a través de la música y pinturas, o como el lenguaje a través del periodismo y las novelas… ¿no?

Esperá… ¿Es la creatividad algo especializado y repetitivo y, por lo tanto, automatizable? Ésto para algunos ya es un tema completamente filosófico, pero supongo que la respuesta más racionalista sería: sí, por supuesto, si total somos neuronas haciendo la sinapsis.

En parte coincido, pues pienso que nadie ha inventado algo sin tener una base de ideas anteriores, o como son a fin de cuentas, datos; y hoy en día cualquier computadora es muy, pero muy buena tomando grandes cantidades de datos.

Es tal que ya existe:

entre otros, todos resultados de algoritmos de Inteligencias Artificiales.

Puede que algunos de estos te parezcan un poco verdes, pero son el origen de lo que podría ser el primer robot que gane un premio Óscar al mejor director.

Entonces, si literalmente cualquier tarea, tanto manual como creativa, es especializada y repetitiva, ¿significa que nos iremos al traste?

Volver al futuro, como la película esa

Al principio del artículo había escrito que el futuro es incierto, ¿te acordás?

Acrónimo VICA

El hecho de que sea una afirmación es debido a que se sabe completamente que el avance tecnológico modificará el planeta, ya que no sólo es exponencial, sino inevitable y está respaldado por hechos y datos. El problema que surge es que no se sabe a ciencia cierta las consecuencias de este.

Por mi parte, pienso que el futuro es muy prometedor gracias a las innovaciones; de verdad podrían cambiar nuestras vidas.

Es verdad que las problemáticas del pasado y del presente fueron resueltas en parte gracias a la tecnología. También es verdad que algunas de éstas causaron problemas. Pero ¿quién fue el responsable de descubrir una problemática, pensar en una solución, y después diseñar, desarrollar y probar?

Este párrafo puede que parezca salido de la boca de Facundo Manes siempre que va a la tele, pero tiene que con este tema: el futuro no es cuántos recursos naturales, o cuánta maquinaria tenga un país. El futuro vendrá gracias al conocimiento, la creatividad, la inteligencia, tanto lógica como emocional, la capacidad de cooperar, empatizar y conocer los problemas del otro; de forma más simple, el capital humano.

Es por ello necesario enfocarse en el mejoramiento de la raíz de este recurso: la educación, para desarrollar estas capacidades, siendo que el sistema educativo actual se enfoca en los trabajos actuales, especializados y repetitivos, y no en los futuros.

Podríamos alcanzar la siguiente invención que revolucionaría la humanidad como la conocemos, como la sinergia humano-computadora, pero si no tenemos el capital humano necesario para aprovecharla responsablemente, podría haber nulas o grandes consecuencias permanentes, especialmente malas; y ya a partir de acá no podría seguir haciendo futurología.

Si aun con todo esto seguís teniendo miedo, por no decir otra cosa, de que echen a patadas y te reemplacen por un cacho de código, andá a willrobotstakemyjob.com y fijate cuánto tiempo de laburo te queda.

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