El Árbol de Cruces

Nacho Guillén
4 min readAug 20, 2018

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Dentro del ex convento de la Cruz existe un árbol cuyo tronco da espinas en forma del máximo símbolo del cristianismo.

Publicado en Semanario Chopper de Guanajuato, 2018.

La ciudad de Santiago de Querétaro, reconocida por la Unesco como patrimonio cultural de la humanidad, se encuentra tan bien preservada que al recorrer sus calles uno puede llegar a sentir que ha viajado al pasado. Llena de historia, religión y sitios ecológicos, es un lugar favorito entre los turistas mexicanos que se ven atraídos por sus calles coloniales y sus edificios barrocos.

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En ciudades tan ricas en historia y tradición es común escuchar historias de manifestaciones divinas, mensajes de fe que refuerzan la creencia de los creyentes. Es aquí, donde se encuentra el Convento de Santa Cruz, el cual es famoso por albergar en sus jardines un árbol que de su tronco surgen espinas que asemejan cruces, principal símbolo del cristianismo.

Templo de la Santa Cruz

El templo fue erigido tras la derrota que sufrieron los chichimecas a manos de los españoles el 25 de julio de 1531, se dice que en el momento en que los españoles, comandados por Hernán Pérez Bocanegra y Córdoba se sintieron derrotados, lanzaron una plegaria al Apóstol Santiago, Patrón de las Españas, para que los protegiese. Fue en ese momento que el cielo se obscureció tanto que se podían ver las estrellas en el firmamento, así como la proyección de una enorme cruz y la imagen de Santiago cabalgando su corcel blanco, provocando que el ejército indígena se rindiera.

Sus pasillos y habitaciones no sólo han sido testigos de la historia de México, también han ayudado a forjarla, pues dentro de sus muros han tenido lugar acontecimientos de gran relevancia política. En 1810, sus celdas albergaron varios conspiradores, siendo el más famoso de estos el Corregidor Don Miguel Domínguez. Esas mismas celdas sirvieron como aposentos para el Archiduque Fernando Maximiliano de Hasburgo, durante el sitio de la ciudad, convirtiéndose más tarde en la primera prisión que tendría el emperador.

Es en el interior del convento, en el llamado Patio de Aguas, lugar donde se encuentra el jardín en donde se encuentra plantado el árbol de las cruces. El cual, según la leyenda, nació cuando el fray Antonio Margil de Jesús (1657–1726) hombre de carácter pacífico y gentil, siempre distinguido por su abyecta humildad, pero también conocido, entre otras, cosas por caminar grandes distancias a pie durante sus misiones, clavó su bastón para andar en uno de los huertos del jardín. Unos días después, el bastón comenzó a crecer, sin embargo, en lugar de hojas o frutos, le crecieron espinas en forma de cruz que evocan la imagen de la crucifixión de Cristo.

Los misterios que rodean este ejemplar han llamado la atención de la ciencia, siendo estudiado por la UNAM en la década de los 70. El árbol pertenece al género de las mimosas, las cuales se caracterizan por tener espinas similares a las de la acacia, siendo ambas de la familia de las leguminosas. Tanto en Querétaro como en Guanajuato existen ejemplares casi tan raros como el que es objeto de este artículo, pero se encuentran en propiedad privada y es muy difícil acceder a ellos.

Debido a su ausencia de frutos, característica que lo vuelve único, se cree que el árbol ubicado en el convento de Santa Cruz podría estar muriendo, a pesar de que a simple vista se nota verde y lleno de vida, pudiera ser víctima de un parásito que afecta su estructura interna. Sin embargo, es necesario un estudio minucioso para determinar si es esta la causa o de una distinta naturaleza.

Hasta este día, uno puede visitar el árbol y otros que han nacido de este. Algunas personas han tratado de trasplantarlo en diferentes partes del país, sin obtener ningún resultado, pues este único ejemplar se niega a crecer en algún otro lugar que no sea el convento de la Santa Cruz, añadiendo capas a la leyenda de que se trata de un fenómeno más divino que natural.

Actualmente, el ex convento alberga la Facultad de Filosofía de la provincia. Parte de este se encuentra abierto al público, brindando la oportunidad a los visitantes de apreciar en su interior áreas como la antigua cocina, la cámara de refrigeración natural, el comedor, la celda-prisión de Maximiliano y el arte de los siglos XVII y XVIII que adornan sus paredes.

Sea la explicación a los fenómenos que rodean este lugar de orden científico o espiritual, lo cierto es que el Convento de Santa Cruz es un sitio enigmático que durante 300 años ha capturado el interés del público general, despertando la curiosidad de los feligreses, con su rica historia y con las piedras en sus muros que cuentan leyendas que arrullan la fe del pueblo Queretano.

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Nacho Guillén

A storyteller at heart, with decade of experience in journalism, content creation, graphic design and video editing.