El ridículo de Pepe Grillo que no era tan ridículo (y que además destruyó al hámster)

La Vane
vocES en Español
Published in
2 min readJul 5, 2024

Por algún motivo, olvidamos nuestros sueños de niños, que quizás cultivamos en la adolescencia, pero son más las veces que los tachamos de infantiles y dignos de ser olvidados. Entonces los dejamos atrás, tanto, que en nuestra vida adulta nos sentimos perdidos, como si nos faltara algo.

Así me encontré hace algunos días: me faltaba un pedacito de mí; me pregunté si lo habría perdido, o dónde lo habría dejado, incluso me vino la duda que hubiese alguna vez existido.

Mi instinto, mi voz de Pepé Grillo quizás me dijo: “mira al pasado, quién sabe si lo dejaste allí”. “¡Pero qué absurdo…” le dije, “es más el tiempo que paso en la nostalgia que en el presente!”

Algo en esa voz me indicó hacia mis viejos diarios; “lee, ¿quién mejor que la “vieja” tú puede decirte quién eras, qué querías, en qué soñabas?”

Hojas y hojas en cuadernos de cuadros, con ositos, en anónimas libretas de rayas, agenditas del teléfono, post-its, bloc de notas, sketch books fue lo que encontré; incluso recordé que, en el último viaje a casa de mis padres, en un ataque de nostalgia, me puse a mirar mis diarios, ¡uff, cuánto escribía!!

¡Y cuánto leía! Fue como un clavado en la consciencia, en recordar cómo había dos cosas que me interesaban: leer y escribir, no importaba el orden, sólo hacerlo siempre y sin dudar.

Me di cuenta que soy presa de un malestar que nos aflige el día de hoy: demasiada información, al mismo tiempo; todo aquí y ahora. Mi mente se ha vuelto un hámster que lee, mira, escucha, todo a una velocidad inmensa. Se alimenta de una extraña y efímera felicidad por aprender tantas cosas y luego de frustración porque, ¿y ahora dónde las aplicas?, ¿cuál es el objetivo?, ¿qué te aporta?

No se detiene este hámster, corre y corre, pero se queda siempre en el mismo lugar, deseando hacer esto o el otro, no, aquello… no, mejor eso…

Hubo un momento en el que el hámster se detuvo: fue cuando el tal Pepé me habló al oído. El título de este post es exagerado, el Grillo metafórico no ha destruido al hámster, pero le falta poco. Escribir aquí es uno de esos métodos de destrucción del hámster; es un ejercicio de concentración.

Sólo dos cosas aquí y ahora: leer y escribir. Aprender de nuevo a amarlas, no, en realidad no he dejado de amarlas, ellas lo han hecho; será reconquistarlas.

Así, Querido Lector, si lo querrás, me podrás acompañar en esta reconquista personal: no fotos, no videos, no tiempos calculados para publicar, no monetización… si lo querrás, volveremos a los inicios, a la calma, al silencio que produce pensamientos y palabras, a compartir ideas sólo por compartirlas.

--

--

La Vane
vocES en Español

Stopping the hamster in my mind through writing pero en español.