“You don’t get it son… this isn’t a mudhole… its an operating table. And I’m the surgeon.” Frank Miller, Batman: The Dark Knight Returns
Sin duda Batman es uno de los mejores personajes creados en la historia, algo que le agradeceré por siempre a Bob Kane y a Bill Finger.
Un súper héroe no tan súper, sin poderes sobrenaturales y una alma muy atribulada como la tuya o la mía , y precisamente eso es lo que hace al Caballero De La Noche tan genial, el simple hecho de que puede ser real (“A hero can be anyone…”) alguien que aprendió a afrontar sus miedos, con principios firmes aunque con una ética muy cuestionada (para eso les dejo este artículo que aborda a Batman desde puntos filosóficos muy interesantes) pero aún así es una persona infeliz y solitaria, insisto como vos o yo.
Gran parte del renacimiento de esta franquicia se la debemos a Nolan, que llevó la historieta al hiperrealismo con su trilogia Batman Begins (2005), The Dark Knight (2008) y The Dark Knight Rises (2012) donde con caos, terrorismo y un guión con líneas memorables le devolvió ese status que nunca debió haber perdido, le devolvió ese ambiente sombrío impregnado en los comics ochenteros de Frank Miller y Alan Moore y con esto no solo revivió a Batman si no a todo el universo DC, convirtiéndolo en la punta de lanza (por no decir en la única arma) ante el imperio Marvel / Disney.
Bruce Wayne es alguien que tiene todo y a la vez nada, que trata de encajar donde ya pertenece, que cree deberle mucho a quienes le deben todo, que vive más su pasado que su presente, que intimida y castiga a quien después perdona, ¿podríamos decir entonces que es alguien equivocado? ¿levemente trastornado? ¿emocionalmente inestable? (sí, como vos o yo) quizás no, quizás solo es alguien que tuvo un mal día.
“All it takes is one bad day to reduce the sanest man alive to lunacy. That’s how far the world is from where I am. Just one bad day.” Alan Moore, Batman: The Killing Joke
