Trampantojo: cómo Schapiro utiliza la ilusión para desmantelar conceptos en el arte

Gabriela Sepulveda
4 min readSep 10, 2018

De primera instancia, hay algo familiar con la obra. La figura femenina que encontramos en el medio es una figura que, si eres bastante familiarizado con el mundo del arte, reconoces que es Frida Kahlo como esta se representa en su obra La columna rota (1944). Sin embargo, la realidad es que su familiarización recae en algo menos evidente y es que es algo el cual no estamos acostumbrados a verlo donde se encuentra. La obra, con un fondo dentro de otro y su uso de patrones recargados, alude a algo tan cotidiano que probablemente pasamos por alto; a algo que en su mayoría es representado como faena típica de las mujeres, especialmente de madres, y que nunca hemos asociado ni se nos ha presentado como arte: la fabricación de edredones, o mejor conocido en inglés como quilt making.

La autora de la obra titulada Agony in the Garden (1991), Miriam Schapiro, es considerada la figura principal del movimiento Pattern and Decoration: un movimiento que buscaba promover medios como la fabricación de edredones, el diseño de telas y wallpapers (entre otros), que generalmente son considerados como ‘trabajo de mujer’ o ‘artesanía’, y demostrar que éstos están al nivel de fine art. Schapiro dentro de este movimiento era conocida por sus ‘femmages’, collages donde utilizaba los medios previamente mencionados y los juntaba con otros, como la pintura, para demostrar su valor y debida posición en el arte. La obra en cuestión utiliza este método del ‘femmage’. Tenemos la figura de Frida Kahlo pintada en el medio de la obra, casi como si se hubiera cortado la imagen y pegado allí, aunque, prestando mayor atención al rostro, nos percatamos que Schapiro se autorretrata con las icónicas cejas de Frida. Encerrando en un cuadro la imagen de ‘Frida’, tenemos al fondo una diversidad de hojas y flores que varían de tamaño y que sus colores se mantienen en el espectro frío de la rueda de colores, creando así un patrón. El cuadro se encuentra, nuevamente, como si estuviese cortado y pegado e incluso se puede apreciar un cierto delineamiento de los bordes, sobre lo que sería el ‘fondo principal’. Éste a su vez es compuesto por un frenesí de figuras orgánicas formando otro patrón. Al utilizar en su gran mayoría colores cálidos, hace hincapié sobre la diferencia de ambos fondos y la idea detrás de su razón de ser.

Se debe destacar que mientras Agony in the Garden sigue la idea detrás del femmage, la obra no contiene físicamente los medios que intenta resaltar, sino que simplemente alude a ellos; los pinta en vez de utilizar la tela directamente. Esto no es coincidencia, sino, una referencia a cánones que revestían al arte antes de que los cubistas y la creación del collage rompieran con la noción de cuáles eran los materiales aceptables en una obra de arte. El título y el tema de la obra tampoco son coincidencias: ‘La agonía en el jardín’ es un pasaje de la Biblia del Nuevo Testamento. Nuevamente, encontramos aquí una referencia a cánones del arte clásico, donde los temas que eran aceptables dentro lo que era considerado arte en aquel entonces encontrábamos las escenas bíblicas. No obstante, la autora se apodera del tema y lo utiliza para transmitirnos su mensaje.

En la obra sentimos un fuerte contraste entre la emoción que transmite la figura llorando y ambos fondos, que a pesar de todo contienen cierta cualidad juguetona. El hecho de que alude al medio del quilt making, que durante la historia ha sido tarea de mujeres y que, por esta misma razón, se ha dejado al margen del mundo del arte, y luego nos coloca una mujer, más específicamente una artista en donde ella misma se autorretrata, llorando en el medio de la composición nos transmite perfectamente el mensaje de agonía que una vez haya trasmitido la composición original de ‘Agonía en el Jardín’. Excepto que aquí, Miriam Schapiro se apodera de ese significado bíblico para adjudicarle un nuevo mensaje feminista. Las mujeres artistas (incluyéndose) que durante la historia no se les ha brindado el mérito merecido a causa de nociones sexistas y misóginas por fin se representan, se exponen y se colocan donde se merecen.

No se debe tomar a la ligera el trabajo y las intenciones de Schapiro: en un mundo donde apelar al sentido moral de un opresor rara la vez consigue los resultados deseados, el oprimido debe crear espacios por sí mismo donde se valide, se exprese y demuestre su valor. La autora en su obra logra una multi-dimensionalidad donde se recoge el sufrimiento de mujeres artistas, (pasadas y presentes) y les da una voz, las reconoce y les crea un espacio en donde exponerse. Y es aquí donde encontramos el trampantojo: lo que de primera intención parece una obra altamente decorativa y superflua, esconde detrás de sí un mensaje mucho más profundo, de la misma manera en que el patriarcado ha mirado al arte confeccionado por mujeres a través de la historia.

PD: les recomiendo que vean la imagen en el enlace. Se aprecia con mejor resolución y detalle. https://www.sartle.com/artwork/agony-in-the-garden-miriam-schapiro

Miriam Schapiro, Agony in the Garden (1991) Acrílico con escarcha sobre canvas. Brooklyn Museum

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