Las cenas en casa

Cookery by Peter

Pedro García
6 min readAug 31, 2019

Hoy, hace un año que empecé a hacer cenas en casa, invitando a gente conocida, con una propuesta gastronómica sencilla pero rica y completa, entrada, plato principal y postre.

Acá, como llegue a Cookery by Peter.

Luego de recibirme de Ingeniero en Informática, me encontré en la necesidad de volcarme a algo más blando, algo que me permita crear algo que sea distinto a lo que venía haciendo en los últimos 5 años de estudio, para. salir un poco de la estructura sistémica de números, tablas y algoritmos.

Al otro día de recibirme, me compre una cámara de fotos, y estuve todo el verano estudiando fotografía en internet, y sacandole fotos a todo lo que encontraba.

Sin embargo, pronto necesitaba más, quería utilizar las manos, ensuciarme, y Yesi, ahora mi esposa, me regalo un curso de panadería de 4 días.

Con el curso de pan, estaba feliz. Contento de poder jugar, de amasar la masa, de moldearla, de comenzar a entender como el pan se construye, por qué se eleva. Pero lo más importante que me trajo este curso es que volví a estar sobre una silla ayudando a mi abuela con los ñoquis.

Mientras disfrutaba de este reencuentro con costumbres de niño la realidad me hacía transitar por el deber de trabajar. Estaba en medio de una transición de agencias de publicidad a pasar a trabajar en Despegar. Como ingeniero en informática siempre me sentí algo raro, ya que hablo más de diseño que de números, o de experiencias y sensaciones que de integraciones y sistemas. Mi paso por agencias de publicidad me dio, primero la relación siempre cercana con diseñadores y comunicadores, cosa que colaboró a distorsionar mi profesión académica, por otro lado la caótica forma de llevar adelante los proyectos, donde se vuelve imprescindible confiar en los equipos con los que se trabaja para llegar a lograr los objetivos, me hizo ver la importancia de la empatía y los prejuicios dentro del trabajo, las relaciones y las personas son la clave de todo.

Las manos en la masa :)

Un año después de ese curso de pan, y unos cuantos kilos de pan cocinado, me inscribí junto con mi viejo en la carrera de “Profesional Gastronómico” en el IAG. Lo cual recomiendo a todo aquel que le apasiona cocinar.

Genial poder hacer algo con entrega total, feliz de ir todas las clases, con ganas de practicar todas las técnicas y recetas. Además de poder compartir con mi viejo la pasión :). Una carrera, para los que le gusta cocinar, no se para de disfrutar.

Pero mientras disfrutaba esta carrera, me surgió la posibilidad en el trabajo de hacer un MBA, que significaba postergar los últimos 6 meses de la carrera de profesional Gastronómico. Emoción por el MBA, pero tristeza por la cocina.

El día que estaba entrando a la primer clase del MBA, pensé ¿Cómo iba a seguir manteniendo esa emoción, eso que me hacía tan bien? ¿Cómo podía unir un poco de todos mis mundos, la cocina, el trabajo, este nuevo mundo en la facu?.

Se me ocurrió comenzar a hacer cenas en casa. Así mantener mi relación con la cocina, aprovechar para conocer más a la gente y además hacer que se conozcan entre ellos. La idea inicial era hacer una cena de. 3 o 4 pasos, donde participen personas que se conozcan pero no tanto. Que se tengan de vista pero que nunca hayan tenido una charla de más de 10 minutos. Su nombre y los sesgos que nos brinda la profesión que nos define y los prejuicios son lo que conocen los unos de los otros.

Así que empecé a pensar en como empezar a invitar gente, y a quien. Se me ocurrió hacer una lista y seleccionar aleatoriamente, pero las primeras pruebas daban grupos un tanto extraños, así que comencé a hacer las invitaciones a dedo, pensando en que todos conozcan a alguien bien, pero no a 4/5 personas. Así además de la panza llena, todos se iban a llevar 4 o 5 personas nuevas en su vida, no solo compañeros de MBA o colegas de trabajo.

Invitó a la gente dos semanas antes de la cena, les hago algunas preguntas sobre la comida, sus gustos y sabores y queda el grupo armado. Con el esquema de invitados resuelto, debía encargarme de la comida.

En esta era de gratificación inmediata la comida por más que paguemos mucho pasa a ser un instante, un “que rico” y tragar el resto del plato.

Quería y quiero que los invitados disfruten y piensen lo que están comiendo.

Así que se me ocurrió comenzar con un ejercicio que prepara a las personas para prestar mayor atención. Así me acorde de de un ejercicio que se realizaba en la carrera de Profesional Gastronómico: el maridaje.

El maridaje es cuando el vino se combina con la comida. El ejercicio consta de ir probando distintos ingredientes con 3 vinos: blanco torrontés, tinto malbec y blanco dulce. La idea del ejercicio es saborear, reconocer las sensaciones que genera el vino con cada ingrediente, analizar un poco más que está pasando con lo que se está ingiriendo.

Resultó que esta experiencia prepara a todos a comer mejor, a disfrutar la comida y a saborearla.

Lo salado es lo que más me copa cocinar, así que entrada y plato principal debía pensar. Si bien me gusta cocinar, no dedico 6 meses a la investigación de los platos como elBulli. Ni siquiera me dedico exclusivamente a esto. Así que por lo general diseño los platos a partir de los gustos de los invitados, mezclándolo con las posibilidades que me permita el calendario de la semana llegar a hacer sin volverme loco, suelo empezar una semana antes a preparar cositas, que me permitan estar cenando con todos y poder entregar todos los platos. Eso sí, todo hecho con muchísimo amor <3.

Contar con una esposa pastelera, tiene sus ventajas con el último paso. Pero más allá de ayudarme con el postre, fue clave para darle forma a lo que hoy son las cenas.

En la primer cena, la tensión en el grupo de desconocidos se sentía. Así que Yesi propuso un juego: que cada uno se presente como si fuese la persona que tenía sentada a su derecha.

Así cada uno iba a tener que improvisar en base a los prejuicios. y a lo poco o mucho que conocía de esa persona. Hobbies, motivos de los estudios, madre y padre, abuelos, la historia la decidia quien narraba y el resto de los participantes tenían permitido preguntar todo lo que quisieran conocer sobre la supuesta vida del invitado.

Luego era el turno del recientemente presentado de confirmar, reformular su propia historia.

Así conocí logros, sueños, profesiones ocultas, historias fantásticas de viaje, superaciones personales, historias de vida, vi como amigos de toda la vida se conocían, como parejas se enamoraban más.

Algunos de los invitados

Hoy una de las cosas por las que sigo haciendo las cenas además de esas ganas de cocinar, es para conocer más a la gente, cambiar mis prejuicios y ganar confianza con ellos gracias a conocerlos más, poder tener un vínculo más como personas que como compañeros.

Así ya llevo unas 10 cenas, en un año, y me gustaría lograr que todos los compañeros de la facultad pasen por la mesa, y poder seguir haciéndolo con compañeros de trabajo y empezar a sumar gente no tan conocida por mi de otras empresas.

La verdad que no se como va a seguir esto, pero si que va a seguir, para alejarme de la rutina disfrutar haciendo algo con las manos, compartirlo y seguir conociendo gente linda que es lo que más se disfruta de todo :)

Gracias a Yesi que me banca mis locuras, a mi viejo que me acompaño en la carrera, a mi vieja que me ayudo a que esta publicación se pueda leer, y a Andrés Hatum que me invito a escribirla

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