[contempla el rebaño]

Gerardo Ochoa
1 min readOct 22, 2022

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«Contempla el rebaño que ante él se apacienta. No sabe lo que es ayer ni lo que es hoy, corre de aquí para allá, come, descansa y vuelve a correr, y así desde la mañana hasta la noche, un día y otro, ligado inmediatamente a sus placeres y dolores, clavado al momento presente, sin demostrar ni melancolías ni aburrimiento. El hombre contempla con tristeza semejante espectáculo, porque se considera superior a la bestia, y, sin embargo, envidia su felicidad. Esto es lo que él querría: no sentir, como la bestia, ni disgusto ni sufrimiento, y, sin embargo, lo quiere de otra manera, porque no puede querer como la bestia: “¿Por qué no me hablas de tu felicidad y no haces más que mirarme?”. Y la bestia quisiese responder y decir: “Porque olvido a cada instante lo que quiero responder”. Ahora bien: mientras preparaba esta respuesta, ya la había olvidado, y se calló, de suerte que el hombre quedóse asombrado.»

F. Nietzsche, «De la utilidad y de los inconvenientes de los estudios históricos para la vida», en Ensayistas alemanes (siglos XVIII-XIX), CNCA, Cien del Mundo, 1995, pp. 198-199.

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