Liderazgo, ¿femenino o feminista?

Gabriela Mtz Sainz
4 min readJun 1, 2017

Estoy en medio de los preparativos para viajar a Johanesburgo la próxima semana. Fui seleccionada por Vital Voices y PONDS a ser parte de la #VVLead Fellowship que tiene como objetivo “conectar, brindar capacitación y dar visibilidad a mujeres extraordinarias que dirigen empresas y organizaciones que aplican enfoques innovadores para abordar los desafíos sociales, de derechos humanos y ambientales en todos los niveles”. Esta es, sin lugar a dudas una gran oportunidad, no solamente para mi sino para la organización que dirijo.

Parte de la aplicación al programa incluía analizar tu rol como una mujer líder, identificar las áreas de oportunidades y concebir un plan de desarrollo que permita mejorar tu estilo de liderazgo, inspirar a tu equipo y hacer una diferencia en la sociedad. Este proceso de reflexión y auto-evaluación fue difícil por tener que identificar y aceptar mis limitaciones pero, sobre todo, porque hizo que me diera cuenta que yo nunca me había identificado como una mujer líder.

La organización que dirijo está conformada en su mayoría por mujeres, 3 de 4 miembros del Consejo Directivo somos mujeres y trabajamos bajo un modelo de colaboración flexible que permite compaginar nuestro trabajo con la vida familiar. Además, una de nuestras áreas principales de trabajo es la equidad de género e inclusión, por lo que entender mejor sobre lo que las mujeres aportan en puestos directivos es relevante para mi no solamente como Directora sino como investigadora. Es por eso que decidí investigar un poco más de qué se trataba esto de ser una mujer líder.

Liderazgo femenino

En general, es común encontrar la distinción entre liderazgo (masculino) y liderazgo femenino. Para algunos la justificación es que las mujeres tienen rasgos de personalidad distintos a los hombres que se reflejan en su forma de dirigir equipos, organizaciones y corporativos. Sin embargo, la idea de que existe una ‘naturaleza femenina’ que explica un tipo de liderazgo más empático, comunicativo y colaborativo me parece bastante problemática. No solamente asume que estamos condicionadas a ser y actuar de cierta manera por ser mujeres, sino que caricaturiza diferencias y refuerza estereotipos. Lo más interesante, es que no soy la única mujer líder que no está de acuerdo con esta distinción, como lo muestra un estudio publicado por HR Magazine:

“Nuestra investigación hasta ahora demuestra que a muchas mujeres no les gusta hablar de las diferencias entre el liderazgo masculino y femenino porque quieren ser consideradas en una base similar. Las entrevistas han puesto de relieve que discutir las cualidades femeninas de liderazgo es visto como innecesario e incluso como un punto de debilidad en algunos entornos empresariales”.

Liderazgo feminista

Escuelas de negocios en todo el mundo ofrecen programas dirigidos específicamente a mujeres líderes, estudios se comisionan cada año para analizar las fortalezas de mujeres en puestos directivos y programas como la #VVLead Fellowship de Vital Voices busca reunir mujeres líderes para fortalecer su capacidad. Estos espacios exclusivos para mujeres son sumamente valiosos y representan una gran oportunidad para desarrollar capacidades de liderazgo, siempre y cuando no refuercen estereotipos ni realicen distinciones que ya han sido rebasadas por los últimos avances en estudios de género. Estas iniciativas deben servir para hacer hincapié en que muchas de las dificultades que experimentan las mujeres en puestos de liderazgo se debe a problemas estructurales de equidad, acceso y sesgos implícitos. Pero este enfoque, se trata más bien de un liderazgo feminista.

Los cuatro tipos de mujeres líderes que identifica HR Magazine son: pioneras, femeninas, integradoras e inspiradoras. Yo esperaba que hubiera una quinta categoría para mujeres líderes feministas. ¿Qué es una líder feminista? Para mi, es una líder que busca luchar contra un sistema que favorece únicamente a los hombres, que diseña estructuras para alcanzar la igualdad de oportunidades y que promueve valores como autonomía y autodeterminación dentro y fuera de su organización. Un líder feminista no necesariamente tiene que ser mujer (véase a Justin Trudeau, a pesar de sus limitaciones en implementar todas sus propuestas feminista). Mejor aún, un líder feminista puede serlo aunque no dirija una organización feminista o los miembros de la misma no lo sean, porque precisamente una parte importante de promover la autonomía y autodeterminación es luchar por la libertad de todos y todas, incluyendo la libertad de no ser feminista.

La próxima semana espero aprender de las experiencias de mujeres de todo el mundo con trayectorias increíbles y proyectos innovadores que están cambiando el mundo. Una de las preguntas que probablemente les haré a todas será si ellas se consideran líderes femeninas o feministas. Cuando regrese compartiré algunas de las respuestas que me den.

Estaré subiendo en Instagram las actividades del evento de lanzamiento de la #VVLead Fellowship así como los proyectos de las otras mujeres que han sido seleccionadas. ¡No se lo pierdan!

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Gabriela Mtz Sainz

Researcher, educator & consultant specialised in children’s rights, global citizenship and climate change | AdAstra Lecturer in Education at UCD (Ireland) | S/H