Un año trabajando 4 días a la semana: ¿qué dicen los datos?

Good Rebels
6 min readJul 20, 2022

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Fernando Polo

20 julio 2022

Good Rebels

Después de un año trabajando de lunes a jueves, podemos decir (y disculpad mi entusiasmo) que nuestro experimento para implementar la jornada laboral de 4 días ha sido un éxito. En julio de 2021, en Good Rebels decidimos adoptar un esquema 100–80–100 (100% de la productividad, 80% del tiempo, 100% del salario) y, aunque no haya sido un camino de rosas, lo cierto es que ha sido toda una experiencia.

Un cambio que muchos profesionales miran con escepticismo, y que otros ven como una hazaña imposible. Pero nada más lejos de la realidad: aunque no todos partamos del mismo punto y eso afecte, naturalmente, al camino de cada uno, tu empresa también puede lograrlo. Si quieres dejar a un lado las opiniones y adentrarte en datos reales desde las trincheras de una empresa que ha decidido predicar con el ejemplo, sigue leyendo.

Más sobre nuestra semana de 4 días en El País.

La semana de 4 días no es solo una nueva moda a la que se hayan sumado las empresas más hipster, ni la última causa de los políticos progresistas. Es un cambio que la sociedad en general adoptará tarde o temprano — mucho más rápido que cuando hace un siglo se empezó a hablar del fin de semana de dos días, una reivindicación que surgió en 1910 y llevó décadas implementar — y que, por tanto, nos acerca al futuro del trabajo.

Trabajar menos, cobrar más.

No, no hemos bajado los sueldos. Al contrario: como todos los años, los hemos subido. La subida media ha sido del 10%, aunque la mayoría de los sueldos más altos se han mantenido.

Seguimos estando disponibles los viernes por si surge algo, y a veces (las menos) se establecen turnos. Pero, por norma general, tratamos de dedicar el último día de la semana laboral (¿o era el primero del fin de semana?) a otras tareas: aprender, ayudar, descansar. Fuimos la segunda mediana empresa de España y una de las primeras de Europa en introducir este modelo. Por qué lo hicimos, suelen preguntar los periodistas. Puedes leer más aquí sobre los motivos que nos llevaron a ello. El altruista: proporcionar datos reales y ayudar a promover el cambio social, algo que está profundamente arraigado en nuestro propósito de “inspirar a las organizaciones a centrarse más en las personas”.

Pero, evidentemente, también esperábamos que esta iniciativa pionera tuviera otros beneficios, menos altruistas y más tangibles. Estos son algunos de los resultados que hemos monitorizado durante los últimos 12 meses:

  • Los ingresos per cápita han aumentado un 7 %. Además de haber podido mantener el 100% de la producción y la fidelidad de nuestros clientes, nuestras ventas interanuales han aumentado un 18% en los últimos 12 meses, con un crecimiento de la plantilla de solo el 11%. Por supuesto, la semana de 4 días no es el único factor que explica estos resultados, pero estoy seguro de que contribuye.
  • Los ingresos por cliente han aumentado un 30%. Cuando comunicamos la decisión a nuestros clientes hubo sentimientos encontrados: a algunos les entusiasmó la idea desde el principio, pero otros adoptaron una actitud más prudente. Pero, al final, mantenerlos contentos es nuestra razón de ser, y por eso la premisa “Rebels más felices, clientes más felices” ha sido crucial en nuestro experimento. Habría sido imposible llegar hasta aquí sin ellos. ¡GRACIAS!
  • La rotación voluntaria ha disminuido un 35–45% en comparación con los datos de antes de la pandemia. En nuestros peores años, la rotación voluntaria de los empleados de Good Rebels fue del 15–20%. Este año no prevemos más del 10%. Pero hay un “pero”: nuestro Rebel Pulse (una encuesta de motivación que hacemos mensualmente) había mejorado 15 puntos porcentuales al medio año de iniciar el experimento, en comparación con los 6 meses anteriores. Sin embargo, los resultados del primer semestre de este año son similares a los del primer semestre de 2021. ¿Está decayendo el esfuerzo de motivación con el tiempo? Supongo que terminamos acostumbrándonos a todo, lo cual tiene bastante sentido.
  • Sí, trabajamos algunos viernes, pero… Aproximadamente, uno de cada dos Rebels declara haber trabajado algún viernes al mes. Pero la cantidad y el tipo de trabajo no tienen nada que ver con una jornada laboral normal. Pasamos una o dos horas terminando una cosa concreta o simplemente respondiendo un email o una llamada rápida debido a algún imprevisto. Al final, somos una empresa de servicios profesionales y estamos acostumbrados a trabajar bajo presión con un cierto nivel de estrés y desgaste. Aquí no hay grandes cambios.
  • Rebels más productivos y descansados. Durante estos 12 meses hemos recibido formación sobre productividad personal y de equipo, pero supongo que no hay mejor incentivo a la productividad que trabajar de forma eficiente para tener el viernes libre. Según nuestra investigación interna, después de 4 meses trabajando 4 días a la semana la “actitud hacia el trabajo había mejorado para el 85% de los Rebels, de los cuales el 61% había visto un cambio muy positivo”. El 93% vio mejorada su productividad, el 89% declara gestionar mejor su tiempo y el 89% tener más energía durante la jornada laboral.
  • Trabajar en remoto ha sido clave. Después de la semana de 4 días, adoptamos en todos nuestros Basecamps (México, Barcelona, Brighton y Madrid) un enfoque “Remote First”. Eso quiere decir que, aunque mantengamos nuestras oficinas, los Rebels pueden trabajar desde donde quieran, y las reuniones y dinámicas de equipo se llevan a cabo teniendo en cuenta que no todo el mundo estará en la sala. Algunos trabajan al 100% a distancia y otros van dos o tres días por semana a la oficina. De media, yo diría que vamos a la oficina uno o dos días por quincena. No hace falta seguir investigando: trabajar a distancia nos ha hecho más productivos.

¿Y qué pasa con la “cultura”?

El último punto plantea una cuestión importante: ¿son las empresas capaces de mantener su cultura trabajando a distancia? Mi primera reacción es siempre un poco cínica: si la cultura de tu empresa gira en torno a la máquina de café, quizás sea hora de empezar a pensar en cambiar de trabajo. Como yo lo veo, la cultura corporativa va de creencias y comportamientos. Una cultura fuerte depende de que ambas cosas estén alineadas. La cultura Rebel es uno de nuestros activos más preciados, algo que nos ha llevado mucho tiempo construir y que, de hecho, está detrás del éxito de nuestro experimento de jornada laboral de 4 días (el “punto de partida” al que me refería al principio). Tenemos un Manifiesto Lidertario que promueve la autonomía y la libertad en el trabajo a cambio de responsabilidad. Nuestra idea de “love in the workplace” nos ayuda a mantenerlo, y nuestros principios de transparencia radical son claves a la hora de darnos feedback y tomar decisiones.

Pero, desde luego, si hablamos de compromiso está claro que trabajar a distancia afecta a los vínculos que establecemos con nuestros compañeros, y las empresas deben hacer algo al respecto. Y más vale que empiecen ya, o asuman su propia desaparición, porque ni siquiera los Musk de turno mundo lograrán que la gente vuelva a trabajar en un modelo 100% presencial si por otro lado les ofrecen un acuerdo híbrido. Cultivar nuestra cultura corporativa no debería estar ligado a un solo lugar físico: se trata de seguir nutriendo nuestro storytelling común, de asegurarnos de no perder nuestros ritos y eventos, de contratar (y despedir) según la cultura, y de no tolerar ciertos comportamientos. Y nada de esto tiene que ver con trabajar 4 o 5 días, ni de hacerlo desde un mismo espacio físico compartido o con un equipo trotamundos.

Lo cierto es que, a la hora de introducir la semana laboral de 4 días, hay muchos motivos por los que tu empresa podría decidir ser prudente y no precipitarse: al fin y al cabo, ser pionero es una actitud de alto riesgo y muchos mueren en el intento de demostrar que un mundo mejor es posible. Pero quienes lleguen tarde a este cambio social no cosecharán muchos de sus beneficios (menor rotación, salario emocional…) y, además, serán percibidos como dinosaurios. ¿Quieres atraer talento jóven? Puedes seguir dándoles beneficios banales (que, al final, nunca son suficientes), o puedes tomarte en serio lo de ir adaptándote a los tiempos.

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