Qué queremos decir cuando hablamos de diseño digital (2/2)

Segunda parte: Diseño que evoluciona y el trabajo en equipo

Jesús Cuadra
6 min readJan 17, 2018

Esta es la segunda parte de una serie de posts en los que busco una forma de definir el diseño de productos digitales. Por si te la perdiste, aquí está la Primera parte: Buscando una definición.

En la naturaleza, todo está en contínuo cambio. La genética se encarga de producir múltiples variaciones. Sólo los mejor adaptados, sobreviven. Así que la evolución suele suceder generación tras generación de individuos. Esa es la forma que tiene la vida de adaptarse al contexto que cambia.

El guepardo es el animal terrestre más rápido. Años de evolución han modelado su forma, que está perfectamente adaptada a la función. ¿Será por eso que la percibimos como extraña y al mismo tiempo bella? Foto de Gregory Wilson

En el diseño artesanal sucede algo similar: los artesanos (de utensilios, mobiliario, luthiers, de carros…) van incluyendo pequeños cambios, mejoras, materiales que hacen que el producto evolucione muy lentamente pero de una forma muy adaptada al entorno. En ambos tipos, la evolución se suele dar tras varias generaciones.

Para hacer evolucionar nuestro producto nosotros no disponemos de tanto tiempo como el que se toma la naturaleza o los procesos artesanales. Lo que hacemos es acelerar esta evolución haciendo pequeñas modificaciones en sus características, midiendo y aprendiendo a ver qué funciona mejor en el instante presente. Y esta evolución la forzamos no en varias generaciones de productos diferentes sino con versiones de un mismo producto cada vez más adaptadas o mejoradas.

De esta forma el diseño no sólo sucede antes de construir el producto, sino también durante la construcción y, sobre todo, posteriormente, cuando el producto ya está en uso.

Aprendizaje y mejora contínua son la clave de un producto que se adapta al contexto cambiante

Si hacemos bien este proceso y nos atrevemos a modificar el producto contínuamente haciéndolo evolucionar, tendremos más posibilidades de que se adapte al contexto y al cambio. Es un proceso de refinamiento que se puede hacer en ciclos cortos o iteraciones. Al final de cada una de estas iteraciones lanzamos el producto al mundo para ver qué funciona y qué no. De esta forma estamos continuamente mejorando el producto. No es nada nuevo: Lean Startup, Design Thinking y las metodologías ágiles de desarrollo son los métodos más extendidos de llevarlo a la práctica.

Los productos digitales tienen varias características que les hacen especialmente aptos para este diseño evolutivo. Yo destacaría estas:

  • Interactividad
    Los seres humanos nos vemos especialmente atraídos por las situaciones que responden a nuestro comportamiento. Esto hace que la variedad de posiblidades de uso de un producto, si es interactivo, se multipliquen y también las sensaciones que nos producen, en comparación con un producto pasivo.
  • Información y comunicación
    Un mensaje o una idea puede propagarse sin perder fuerza y transformar la sociedad. La información tiende a replicarse. Muchos productos digitales funcionan como medio de comunicación de información entre personas y esto es algo que los hace entrar en otra categoría con respecto a otros productos tradicionales.
  • Fácil de modificar
    Los productos digitales suelen están construidos con código que es fácilmente borrable, modificable o replicable, al menos más fácilmente que con objetos físicos. Está en su propia naturaleza desmaterializada, el mismo código es información. Esa facilidad de modificación hace que el producto cambie no sólo al lanzarlo al público sino mientras todavía se va construyendo.
  • Fácil de medir
    Podemos aprender qué tal funciona un producto digital en el contexto, medir cuánto y cómo lo usan las personas en tiempo real, algo impensable para otros productos tradicionales. Ese conocimiento es esencial para tomar decisiones que hagan evolucionar el producto en la dirección correcta.

¿Cómo vamos a hacer ese diseño evolutivo sin involucrar a todo el equipo? Es imposible. Una vez más, los diseñadores somos sólo una pieza más. Una metodología iterativa que busque la evolución contínua del producto es la mejor receta que tenemos para conseguirlo. Para adoptar esa metodología se necesita que la toda la empresa, con equipos autoorganizados, adopten una cultura de mejora contínua.

Módulos y componentes

Si nos enfrentásemos al reto de diseñar una escuela para niños que deba perdurar durante más de 40 años, nos veríamos en una situación curiosa, pero muy común. Sabemos de antemano que los usos del espacio que estamos proyectando hoy serán, con total seguridad, diferentes a los usos de dentro de 40 años. Estaríamos diseñando para algo que va a cambiar, que debería evolucionar al igual que la forma de enseñar.

¿Cómo afrontar el reto de diseñar algo que va a cambiar? Una opción es hacer espacios móviles, que puedan organizarse de diferentes formas: tabiques que puedan moverse para combinarlos en diferentes cuartos.

Tomaríamos una disposición dada, la abstraeríamos, la normalizaríamos. Generaríamos, a partir de ella, piezas que puedan componerse de la forma más económica y versátil: tabiques con medidas estándar y un set de juntas para ensamblarlos de formas diferentes, por ejemplo en forma de +, en forma de T, en forma de L o en forma de I. La complejidad se reduciría a la disposición de las juntas, no en los tabiques, que son todos iguales. Estaríamos generando entonces un sistema modular.

Sol LeWitt. Incomplete Open Cubes. 1974. Es arte, pero sirve para ilustrar los sistemas modulares

Eso mismo es lo que está pasando con los elementos que componen los productos digitales: módulos que se componen para crear estructuras más complejas pero fáciles de modificar y evolucionar manteniendo una coherencia. Tenemos múltiples ejemplos: arquitectura hexagonal, microservicios, componentes, guías de estilo…

Los sistemas de diseño modulares continúan con la lógica de un diseño adaptativo pensado para evolucionar

Junto con la primera parte. Hasta ahora hemos visto que:

  • El diseño son soluciones con belleza aplicadas a necesidades de uso, funcionamiento y percepción, entre muchas otras.
  • El diseño de productos digitales tiene características que lo diferencian con el diseño clásico y no debemos confundirlo con los aspectos meramente externos.
  • Hemos demostrado que las decisiones de diseño han de tomarse en equipo, considerando muchos factores.
  • Hemos analizado que, para que un producto tenga éxito, la gente lo use y sea un negocio rentable, debe estar diseñado poniendo en el centro a las personas y la experiencia. Y que esto involucra no sólo a los diseñadores.
  • Hemos visto que es inevitable que un producto digital cambie, y ese cambio, es deseable que sea haciéndolo evolucionar para adaptarlo al contexto.
  • Y por último, hemos visto que hay varias estrategias y metodologías para conseguir una evolución adaptada al entorno, todas ellas están basadas en una cultura de mejora contínua.

De esto es de lo que me hubiese gustado hablar y escuchar en aquella charla del evento. Y me hubiese gustado comprobar cómo las startups están priorizando el diseño centrado en el usuario en su estrategia, incluyéndolo en sus equipos, en su forma de trabajar, no tratándolo de forma marginal o subcontratándolo puntualmente al principio o al final del desarrollo.

Recordemos que varias de las startups más exitosas como son Pinterest, Airbnb o Carto, tienen a diseñadores como cofundadores y ponen la experiencia de usuario en el centro de sus estrategias.

Para terminar, me gustaría poner el foco en el valor del diseño y cómo el trabajo en equipo es la clave.

La importancia del trabajo en equipo

El diseño modifica el mundo. Somos capaces de transformar nuestro entorno y la forma en la que vivimos a través de los productos que construimos. Podemos hacer un mundo mejor para nosotros con buenas decisiones de diseño para las personas y sostenible para el medioambiente, al igual que con un buen uso de los descubrimientos científicos, de la tecnología y la cultura.

Hay una trascendencia en lo que construimos. No es lo mismo percibir que nuestro trabajo es simplemente colocar ladrillos (por muy excelentemente que lo hagamos), que la consciencia de que, con esos ladrillos, estamos construyendo, en realidad, una escuela o un hospital.

Al diseñar y al programar estamos modificando nuestro entorno: en el que vivimos nosotros y los que vendrán después. Y lo intentamos hacer mientras nos ganamos la vida. Haciendo que sea rentable para la organización en la que trabajamos. Esa debería ser nuestra motivación y nuestra responsabilidad. Y lo hacemos en equipo, coordinados, cada uno aportando con nuestra energía y nuestra experiencia. Aprendamos a trabajar en equipo, cada uno en nuestra competencia y área de conocimiento.

Tengamos la humildad de no ver nuestro trabajo como mejor que el del compañero. Intentemos entender que lo que es importante para él puede que tenga un valor que no percibimos, pero que contribuye al mismo propósito. Necesitamos el trabajo coordinado de todos. Trabajemos en equipo aprendiendo a integrar de una forma armoniosa la componente de negocio, desarrollo y diseño. De esta forma haremos mejores productos y, con suerte, un mundo mejor.

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