Lo que aprendí al leer “Eso Nunca Funcionará” de Marc Randolph: marketing, emprendimiento y éxito

Alvaro Vázquez Duarte
6 min readDec 9, 2019

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“Eso Nunca Funcionará”, de Marc Randolph, es uno de esos libros que llegan en el momento indicado. La historia sobre la fundación de Netflix me sirvió en un inicio para profundizar en mi Proyecto Final de la Maestría, pero después de terminarlo, me ayudó a indagar mucho más en aspectos sobre marketing, ventas, start-ups y por ambicioso que parezca, lo que realmente importa en la vida.

Es conocida la anécdota de Reed Hastings, CEO de Netflix, sobre la idea de fundación de la compañía. Al momento de entregar tarde un VHS de Apollo 13, le cobraron un recargo de 40 dólares. Ese fue el momento Eureka que embarcó a Hastings en la creación de la empresa conocida por su suscripción de DVDs por correo y luego ser el gigante de streaming que hoy todos conocemos. Pero la verdadera historia no fue tan simple como eso. Y Marc Randolph se encarga de explicarlo.

El estilo que Randolph imprime en el libro es de alguien que te conociera por años. Tono ligero, cómico, donde predomina la confianza entre compadres que se cuentan anécdotas divertidas y muy entretenidas. Solo que la anécdota principal es sobre la fundación de una de las mayores compañías que han nacido este siglo.

Netflix nació de la idea de la personalización y la venta por internet. No fue a través de un momento WOW sino de las conversaciones de Randolph con Hastings (que era su jefe entonces) y como este quería entregar un servicio personalizado a sus clientes. Las ideas pasaron de bates de beisbol, tabletas de surf, shampoos, hasta que llegaron los VHS. Y allí el camino apenas comenzaba.

En el libro aprendemos que Randolph es un hombre de empresa. O más específicamente de start ups. Él sabe cómo iniciarlas, arrancar y poner a fondo el acelerador. Pero también conocemos sus limitaciones, sus diferencias con Hastings, sus miedos y sus dolorosas derrotas.

Pero aparte de conocer su vida, también descubrimos como ve la vida. Consejos sobre marketing, emprendimiento, su definición del éxito. Hay montones de consejos y anécdotas sobre ello. Debido a eso, este libro debería ser uno de cabecera para todos los que son de emprendedores, pero también para cualquier persona productiva.

A continuación pongo algunas de las mejores perlas que este libro contiene:

Marketing

Una de las formas que tiene la gente de evaluar un encargo de marketing o de venta es analizando la dificultad de la petición. ¿Qué se pide y qué se ofrece a cambio? Años más tarde, cuando estaba entrando en el mundo del marketing veía el agua embotellada como uno de los triunfos del arte de vender, era marketing en su forma más pura. “Dame dinero y yo te daré… agua. Algo que es casi gratis y que está disponible en todos lados; algo que cubre el 75% de la superficie terrestre”.

Emprendimiento

En el momento en el que tu sueño se hace realidad, las cosas se complican. Simplemente, es imposible saber cómo saldrán las cosas hasta que las pruebas. Tienes que hacer un plan, pero no pongas demasiada fe en que se cumpla. La única forma de saber cómo va algo es haciéndolo.

Una de las mayores lecciones que aprendí en Netflix fue que no solo hace falta tener ideas creativas o rodearse de la gente adecuada, sino que también hace falta centrarse. En una start-up, ya es muy difícil que algo salga bien, así que aún lo es más que salgan bien muchas cosas. Centrarse es imprescindible. Hasta cuando la cosa en la que te centras parece imposible. Sobre todo en esos casos.

Pero William Goldman es famoso, sobre todo, por escribir tres palabras… Nadie. Sabe. Nada. «Nadie sabe nada» no es una crítica, sino un recordatorio, unas palabras de ánimo. Porque, si nadie sabe nada — si es verdaderamente imposible saber por adelantado qué ideas son buenas y cuáles no, si es imposible saber quién tendrá éxito y quién no — , entonces, cualquier idea puede ser la que acabe triunfando. Si nadie sabe nada, tienes que confiar en ti mismo. Tienes que ponerte a prueba. Y tienes que estar dispuesto a fallar.

Es una máxima de la vida en una start-up: las cosas van a salirte mal, lo que tienes que evitar es que te salga mal lo mismo por segunda vez

He aprendido lo siguiente: cuando se trata de hacer realidad tu sueño, una de las armas más poderosas que tienes a mano es la insistencia obstinada y cabezota. Compensa ser la persona que no acepta un no por respuesta, porque, en los negocios, no no siempre significa no.

El paso más potente que alguien puede dar para empezar a hacer realidad sus sueños es simple: hay que empezar. La única forma que existe de saber si tu idea es buena es probarla. Aprenderéis más en una hora haciendo algo que en una vida entera pensando en ello

Lecciones personales. Estas tal vez sean las más dolorosas pero también las que llegan más hondo al corazón del lector. Como cuando Hastings le dijo a Randolph que no tenía suficiente madera para ser CEO de la compañía a largo plazo.

No pareces lo suficientemente duro ni sincero como para que las personas con un carácter fuerte te respeten — dijo — . Lo bueno es que nadie ha dejado el trabajo y a tu gente le gustas.

La sinceridad radical es fantástica, hasta que va dirigida a ti. No os mentiré ni me mentiré a mí mismo: lo que Reed me dijo aquel día de mediados de septiembre me dolió. No porque Reed fuera desagradable — no lo fue — , sino porque fue sincero. Brutal y severamente sincero. Oír aquellas palabras fue como si me arrancaran una tirita.

Y claro, como todo buen gurú, nos tenía que dejar su definición de éxito. La diferencia entre Randolph y muchos otros, es que él parece que si es sincero.

Estoy muy orgulloso de lo que conseguimos en Netflix. El éxito que ha tenido ha superado con creces hasta mis expectativas más improbables, pero me he dado cuenta de que el éxito no se mide por lo que una empresa consigue. Yo tengo una definición diferente: el éxito es lo que consigue uno. Es estar en un puesto que te gusta, hacer lo que se te da bien y dedicarte a las cosas que te importan.

Según esa definición, a mí me ha ido bastante bien.

Pero el éxito también se podría definir más ampliamente: tener un sueño y, con tu tiempo, talento y perseverancia, ver que ese sueño se hace realidad.

Creo que lo que mejor puede resumir el libro de Randolph es que si tienes una idea, debes de probarla. Es imposible saber si una idea funcionaría si no la pruebas antes. Es lo que la metodología Lean Startup ha manejado por años. Y cuando me refiero a probar la idea, también se trata de platicarla con los demás y aceptar su retroalimentación. Eso es lo que hacía Randolph con Hastings y como este le desechaba uno por uno todas las ideas que Randolph le presentaba. Pero llegó el concepto sobre venta de VHS (para pasar de inmediato al DVD) por correo y ya lo demás es historia.

Y sobre todo, la máxima que Randolph se apropia de William Goldman: “Nadie sabe nada”. Y eso derrumba todo concepto que algo debe estar planeado o idealizado antes de hacerlo. Todo lo creado ahora mismo no se sabía que iba a funcionar cuando se ideó. De la misma manera, cualquier idea que tú o yo tengamos, no sabemos si funcionará hasta probarla. Vaya, hasta la misma esposa de Randolph le dijo que la idea sobre Netflix no iba a funcionar.

Probar. Iterar. Retroalimentación. Probar otra vez. Esa es la clave. No solo en los negocios, sino en nuestra forma de ver la vida. Y esa es la mejor lección que Randolph vivió en carne propia y que nos comparte en su libro.

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Alvaro Vázquez Duarte

Capitalismo, películas, arte, deportes y malos chistes encontrarás aquí. Trabajo en @polarisinc y @facpya_red . Maestro en Finanzas por la @egade .