El BCV sigue emitiendo las denominaciones inadecuadas
La relación efectivo-masa monetaria sigue deteriorándose. En la semana terminada el 03/11/2017 dicha relación marcó un nuevo mínimo (6,43%), lo que agrava la obtención de efectivo por parte del venezolano. Mientras ello ocurre, el BCV emite una cantidad nada despreciable de piezas, pero con un inexplicable énfasis en los billetes de más baja denominación (Bs. 500 y 1.000).
Durante el mes de octubre, el BCV introdujo al sistema 456.759.400 billetes nuevos. Así fue la composición:
El 97% de las piezas emitidas son de los dos billetes de más baja denominación. Esta emisión llevó el efectivo de Bs. 3,1 billones a Bs. 3,6 billones. Según lo que analizamos en posts pasados, ya tenemos demasiados billetes de Bs. 500 y Bs. 1.000, así que esta composición no tiene sentido.
Así hubiese sido una distribución algo más sensata:
Esta distribución hubiese agregado Bs. 2,2 billones adicionales y hoy tendríamos Bs. 5,8 billones y no los Bs. 3,6 billones actuales. La relación efectivo-masa monetaria estuviese en 10,8% (la liquidez de octubre cerró en Bs. 53,6 billones) y no en 6,6%.
Ahora repasemos cómo estaríamos si el BCV hubiese emitido de una manera más lógica, tomando como referencia lo hecho durante la reconversión monetaria de 2007–2008:
Cabe acotar que los bolívares que aparecen en “lo que tenemos” (Bs. 2,72 billones) difiere del monto señalado anteriormente porque el monto Bs. 3,1 billones incluye toda la familia de billetes, no sólo la ampliación.
Pero lo importante es el monto de efectivo que tendríamos de haber hecho las cosas bien: Bs. 7,4 billones. Esto hubiese dejado la relación efectivo-M2 en 15,4%, lo que sería un contexto sin escasez de efectivo.
Inaudito, incomprensible lo que tenemos que vivir.