Tengo una start-up, ¿debería irme a Silicon Valley?

Ignacio Roda
7 min readOct 13, 2016

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Recuerdo hace 3 años, en un evento de start-ups, comenté que me iba a mudar a San Francisco para expandir Mobincube y en seguida escuché: “ale, otro que se va para el valle”. Se ve que por aquella época todo emprendedor cuya start-up empezase a despuntar un poco en el mercado español, daba por hecho que se tenía que marchar a Silicon Valley para su siguiente fase, sin llegar a reflexionar mucho si realmente era la mejor opción.

Tras más de dos años emprendiendo allí, muchos emprendedores me hacen la misma pregunta: “¿debería llevar mi start-up a Silicon Valley?

Pero no hay una respuesta única y verdadera que pueda valer en todos los casos, pues cada empresa es un mundo. Antes de tomar la decisión, habría que tener muy claro cuáles son los objetivos específicos que se persiguen. Es un error pensar: “me voy para allá y acabaré levantando pasta”. Levantar una ronda grande en California suele ser más una consecuencia de haber conseguido alcanzar otros objetivos más específicos.

Y como no hay una respuesta única, yo lo único que puedo ofrecer a quien me pregunta es nuestra historia. Es cierto que hace años, teníamos el sueño de acabar en Silicon Valley sí o sí, pensando que sería “cool” y que sería fácil levantar una ronda de inversión sin ni si quiera reunir los méritos suficientes. Oías tantas historias de emprendedores que habían triunfado allí, que sonaba hasta fácil.

Tras dos años buscando sin éxito inversión en España, hicimos un primer viaje a San Francisco. Eran principios de 2013, y ya Mobincube empezaba a mostrar algo de crecimiento, razón de más para pensar que podríamos levantar pasta en el valle. Pero varias personas de allí nos bajaron los humos. Nos recomendaron seguir buscando una ronda en España que nos diera colchón financiero para consolidar nuestro crecimiento y para implantarnos en Silicon Valley con objetivos concretos.

Así lo hicimos y unos meses después cerramos una ronda bastante decente en España.

Una vez cerrada la ronda, para Mobincube tenía mucho sentido el tener presencia en Estados Unidos:

  • EEUU era ya el país que más nuevos usuarios nos daba al día (18%).
  • La mayoría de las redes de publicidad móvil (nuestros clientes al fin y al cabo) están en San Francisco y alrededores.
  • Queríamos empezar a integrar nuestra plataforma de creación de Apps con herramientas de terceros. La mayoría de proveedores tecnológicos internacionales que valen la pena se encuentran también por la zona de la bahía.
  • Teníamos un producto muy pensado para el publisher español y latino, necesitábamos “americanizarlo” para que fuera más fácil de exportar a cualquier país del mundo. El usuario americano valora mucho su tiempo y, si algo no lo entiende de primeras, lo abandona. Por ese motivo, si consigues que tu producto tenga éxito entre usuarios estadounidenses, es casi una garantía de que tendrá éxito en muchísimos países.

Así que cogí las maletas (y la familia) y me trasladé a San Francisco, quedándose todo el resto del equipo en España. Decía antes que cada empresa tiene unas circunstancias propias. Imagino que una start-up con un solo fundador lo tendría más difícil para irse a Silicon Valley, pues corre el riesgo de dejar abandonado e ingobernado al equipo de desarrollo o, si decide llevar toda la empresa para allá, supondrá un coste altísimo. En nuestro caso era más sencillo, pues éramos varios fundadores y se podían quedar ellos a gobernar el barco.

¿Qué implica mudarse a Silicon Valley?

Costes, muchos costes. La vida allí es estúpidamente cara, especialmente la vivienda y la sanidad. Y si llevas familia, la cosa se dispara y necesitarás entre $10K a $12K netos al mes para sobrevivir.

¿Se cumplieron nuestras expectativas?

Tras dos años viviendo en San Francisco, considero que se cumplieron nuestras expectativas. Durante ese tiempo, los altos costes hacen que muchas veces te preguntes si realmente tiene sentido.

Pero si miramos los resultados, es para estar satisfechos. En dos años nuestra cifra de facturación se ha multiplicado por 6. Ojo, ese aumento no es solo por el hecho de estar allí, aunque nos ha ayudado bastante el estar en aquel ecosistema.

También se produjo un efecto colateral que no nos planteábamos en un principio: el escaparate que supone estar en Silicon Valley. Ya solo por el hecho de abrir una oficina en San Francisco conseguimos muchos titulares gratis en periódicos de tirada nacional en España y otros medios. De igual modo, cada vez que cerrábamos un acuerdo con alguna empresa americana, éramos noticia en España. En realidad, los altos costes de vida en San Francisco en una parte compensan con el ahorro enorme en publicidad.

Más allá de la gran concentración de inversores en el Bay Area, hay una cosa todavía mejor: la alta concentración de empresas. Para los objetivos que perseguíamos, esto era muy bueno. Estar allí supone un ahorro muy grande en desplazamientos, pues la mayoría de empresas de tecnología internacionales (y decentes), tienen una oficina por allí. En estos dos años me he reunido con una cantidad de empresas bastante considerable, y la mitad de ellas estaban a menos de 10 minutos andando de nuestra oficina. Descubres en Internet una empresa con la que te gustaría hablar porque tienen una tecnología que podría integrarse con tu producto, parecen serios y consolidados. Buscas su dirección en la web y… voila! Están en la calle paralela. Y en eso, Silicon Valley es único e inimitable.

El otro objetivo era el de conseguir convertir Mobincube en una herramienta intuitiva para cualquier usuario. Desde España sabíamos que algo no funcionaba. Con Mobincube es realmente fácil crear apps móviles sin programar, pero aún así mucha gente se atasca. Y en concreto, siendo EEUU ya en 2014 el país con más usuarios nuevos al día, no era donde más gente conseguía terminar sus apps. Sabíamos que si conseguíamos aumentar la conversión de los usuarios americanos (usuarios registrados que realmente publican una app), acabaríamos teniendo un crecimiento exponencial. Ahora bien, tratar de conocer al usuario americano desde España es muy difícil. Hay que estar ahí con él, sentarse, explicarle, escucharle, …. sobretodo escucharle.

A parte de escuchar al usuario americano (que lo podrías hacer desde cualquier región de EEUU más barata), al estar en San Francisco también tienes muchas oportunidades de escuchar a otras empresas que ya han aprendido a hacer productos para el usuario americano e internacional. De ellos también puedes aprender muchísimo a la hora de diseñar producto.

Todavía no hemos recogido los frutos de esto último. Ha sido un proceso largo, más de un año analizando al usuario americano y hablando con expertos en producto, para con esa información poder diseñar una nueva versión de Mobincube. Estoy convencido de que cuando lancemos dicha versión, recogeremos los frutos que compensarán con creces la alta inversión californiana.

¿Es fácil conseguir inversión en Silicon Valley?

En mi opinión, conseguir una ronda de inversión en Silicon Valley es muy fácil. Lo realmente difícil es crear un producto que consiga hacerse un hueco destacable en el mercado, que supere las adversidades, que genere revenue decente, ofreciendo un modelo de negocio consolidado y fructífero.

Si tu start-up reúne esas cualidades, entonces solo necesitas tiempo hasta dar con el inversor adecuado. Insisto: TIEMPO.

Entrar en el mundillo de los inversores no es fácil. Es muy difícil llamar a puerta fría y que un inversor te responda. Ellos mismos dicen que solo hacen caso a las “warm intros”, es decir, si llegas a ellos porque alguien les ha recomendado tu empresa y te los ha presentado. Pero claro, si no estás en ese mundillo, ¿quién te va a hacer esa intro? Por eso las primeras reuniones tardan en llegar.

Hay muchos eventos de start-ups y te puedes apuntar para hacer pitching de tu start-up. Pero muchos de esos eventos no sirven para nada más que para practicar tu presentación (que no está mal). Conocerás a muchos inversores que serán muy pequeños, muy grandes, o muy interesados en otros sectores. Y claro, como no les encaja tu proyecto, no despertarán interés ni llegarán a conocerlo lo suficiente como para recomendarlo.

Pero al final darás con algún inversor y surgirá la química. Pero eso no quiere decir que le encaje tu proyecto. Tal vez simplemente lo quiere conocer para tenerlo en la recámara, por si algún día creces y ya estás al nivel de inversiones que suele hacer. Si llegas a ese punto, vas por buen camino. Si a un inversor se le queda pequeña tu empresa pero aún así quiere reunirse contigo, intenta ganártelo y seducirlo, pues entonces seguro que te hará las warm intros con otro inversor que él crea que te puede invertir. Y es así como poco a poco vas entrando en el círculo de inversores y antes o después darás con el apropiado.

¿Mi consejo en caso de que lleves tu start-up a Silicon Valley?

PACIENCIA. Hay gente que se va 3 semanas a San Francisco, se busca 5 reuniones al día y espera tener resultados. Habrá a quien le funcione, pero lo normal es que a la gente de allí le guste hacer negocios con gente local.

Por eso es bueno conseguir primero inversión en España, para ya irte allí con un colchón que te permita tener esa paciencia. Con el tiempo te conviertes en un local y te resulta más fácil formar parte del ecosistema.

También para la búsqueda de inversión es bueno formar parte del ecosistema. La mayoría de inversores desconfían del que está allí de forma pasajera. Un inversor americano, por lo general, no quiere invertir en una empresa que no tenga presencia local.

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Ignacio Roda

Entrepreneur: Brokolit (Dixibox, Kustod.io, Gransfer, …), Mobincube, Anyplays Games and Birrastorming Ideas.