Etapa anexión a México
La independencia y el plan de Iguala
Pero el colonialismo tenía sus días contados, en América Latina se comienzan a organizar movimientos independentistas. Grandes serían los nombres de Bolívar, San Martin y otros que lucharon por la independencia. Contradictoriamente, el golpe de gracia a la corona Española lo asestaría la pretensión expansionista de Napoleón Bonaparte, quien al invadir España le asesta un golpe contundente a la corona. Así es que en el virreinato de Nueva España se comienzan a producir luchas importantes por la independencia. En el caso de Centroamérica se producen brotes en algunas ciudades en 1810. Estas pequeñas revueltas fueron sofocadas por la oligarquía criolla. Así es que el 24 de febrero de 1824 en México se proclama el plan de iguala; este pretendió instaurar una monarquía constitucional. El plan tenía 3 pilares fundamentales que eran: establecer la independencia de México de España, establecer la religión católica como única, establecer la unión de todas las clases sociales. Al darse el plan de Iguala, la Capitanía General de Guatemala estaba entrando en una profunda crisis política, su población estaba dividida así: “Las provincias más pobladas eran Guatemala y El Salvador. Los habitantes de Nicaragua se concentraban en el área de los lagos y litoral del Pacífico. El este de Honduras era un espacio natural vacío y en el centro y el oeste habitaban dispersos algunos pueblos de indios. La mayoría de las gentes de Costa Rica vivían entre montañas, en el Valle Central” (La independencia de Centroamérica en las luchas de descolonización, Juan del Llano). Por otra parte algunas ordenanzas que buscaban cómo saquear más a las poblaciones indígenas sembraron un enorme descontento social: “Las normas fiscales introducidas en 1747, ataron a los pueblos de indios a los intercambios mercantiles, y las ordenanzas reales de 1785 crearon las intendencias de Chiapas, Salvador, Honduras y Nicaragua -incluida Costa Rica-. La monarquía pretendía satisfacer los apetitos de tierras, riquezas y dinero de los hacendados, funcionarios, clérigos y comerciantes locales, en consonancia con los privilegios de las clases dominantes de Guatemala.” (Ídem). No es nada extraño que al final del período colonial las insurrecciones indígenas fuesen cosa común dentro de la Capitanía General de Guatemala: “Hubo cuatro enfrentamientos entre populares con las tropas de la monarquía. El primero en noviembre de 1811 en San Salvador, cuando se solicitó un obispado independiente de Guatemala. El segundo en diciembre de 1811 en Granada, debido al malestar por las ventajas políticas de León y la mala gestión del Intendente. La tercera de nuevo en San Salvador, en enero de 1814, inspirada por la insurrección de Morelos. La lucha más importante ocurrió en Guatemala en diciembre de 1813, organizada en los pasillos y la iglesia del convento de la orden de los Bethlemitas. Estos movimientos fueron disueltos y reprimidos en 1814 y 1815.” (Ídem)
Analizando bien el andamiaje colonial, uno puede llegar a la conclusión de que al finalizar la época colonial, las provincias supeditadas a la Capitanía General de Guatemala tuvieron enromes recelos de la administración colonial: “En un segundo momento esos Consulados, asentados en Guatemala, fueron la base de la élite que consolidaría el comercio en el istmo. El hilo conductor fue siempre una política que impedía de facto el libre comercio. Este fue uno de los motivos que empujaron a los conservadores centroamericanos, que no tenían lazos con esa élite, sobre todo de León, en Nicaragua, Comayagua, en Honduras, y Cartago, en Costa Rica, para que inmediatamente después de la independencia de España, solicitaran a México la anexión” (Centroamérica y México: desde la anexión hasta el Plan Puebla Panamá. Rosamaría Messén Ghidinelli). En este proceso de independencia se debe ver claramente que las élites conservadoras lo que más temían era que la independencia fuese proclamada por el pueblo y por ende, perdiesen los privilegios que la misma corona les había otorgado. ¡Qué contradicción más grande! fueron los agentes de la corona los que declaran la independencia, pero sus verdaderas intenciones y el propósito de la anexión al plan de Iguala esta resumida en un abstracto de la declaración de independencia de las provincias de Centroamérica: “Que siendo la independencia del Gobierno Español la voluntad general del pueblo de Guatemala, y sin perjuicio de lo que determine sobre ella el Congreso que debe formarse, el Sr. Jefe Político lo mande publicar para prevenir las consecuencias, que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo” (Acta de Independencia de Centroamérica). El temor a una insurrección popular hace que los criollos centroamericanos busquen la sombra de Iturbide y el plan de Iguala para protegerse de cualquier insurrección armada que aboliese sus privilegios. Esta se transformaría en la norma en nuestros criollos y futura burguesía, que buscaría la ayuda o el protectorado de alguna potencia en aras de defender sus privilegios materiales, en aquella época fue México, luego el imperialismo norteamericano.
En 1823 fue derrotado Iturbide y el plan de Iguala fue aniquilado; para ese entonces las oligarquías criollas centroamericanas declaraban una segunda independencia proclamando Las Provincias Unidas de Centroamérica, en el acta de independencia quisieron enmascarar su incapacidad para construir un Estado y declaraban: “Considerando por otra parte: que la incorporación de estas Provincias al extinguido Imperio Mejicano, verificada solo de hecho en fines de 1821 y principios de 1822, fue una expresión violenta, arrancada por medios viciosos e ilegales”. Como vemos, nuestra primera independencia fue efímera, nuestra oligarquía nos supeditó a una potencia para preservar sus privilegios, en los hechos fueron incapaces de siquiera construir un Estado para la nación centroamericana. Pasados 180 años de la declaración del Plan de Iguala y nuestra anexión al imperio de Iturbide, la tradición de nuestras burguesías es tan entreguista como la de aquel entonces, por ende, será tarea de los y las trabajadores de Centroamérica luchar por nuestra verdadera liberación.(El Socialista Centroamericano, 2014)
La negativa de San Salvador de anexarse a México le costó una invasión
Tras la declaración de Independencia del 15 de septiembre de 1821, la mayoría de las provincias de Centroamérica decidieron en una consulta — el 2 de enero de 1822 — declarar su anexión al Imperio mexicano de Agustín de Iturbide. San Salvador, en cambio, prefirió su independencia absoluta.
El 11 de enero de 1822, San Salvador abolió la esclavitud, el tributo que se pagaba a los reyes de España y se declaró libre e independiente de España, de México y de cualquier otra potencia. Esta decisión le costó a la incipiente república sufrir una invasión.
El 29 de mayo de 1822, el emperador mexicano Agustín I ordenó al brigadier Vicente Filísola invadir San Salvador y que “tratara a los patriotas” sansalvadoreños como perturbadores del orden, a quienes tenía que castigar con severidad. Filísola le envió una nota al general Manuel José Arce en la que le invitaba, por última vez, a que se incorporara al Imperio mexicano. Arce le advirtió que no aceptaba la invitación y que seguirían resistiendo por medio de las armas.
Entre 1822 y 1823, se registraron diversos combates entre los sansalvadoreños y las tropas enviadas desde Guatemala y México. El 3 de junio (1822), San Salvador derrotó a las tropas enviadas de Guatemala para sofocar la rebelión. El 26 de octubre (1822), Filísola empezó a movilizar tropas hacia San Salvador. El 12 de noviembre, el Congreso de San Salvador declaró la anexión condicional a México, propuesta que fue rechazada por el imperio, por lo que San Salvador tomó la decisión de resistir militarmente. Filísola sitió San Salvador y, a pesar de la heroica resistencia, la ciudad se rindió.
Sin embargo, el fracaso del Imperio mexicano en marzo de 1823, puso fin al asedio que sufrió la provincia de San Salvador y condujo a que se convocara a la Asamblea Nacional Constituyente, la cual, el 1 de julio de 1823, declaró la independencia absoluta de las Provincias Unidas del Centro de América. José Matías Delgado fue nombrado primer presidente de la Asamblea Nacional Constituyente.
La efeméride de 1822 es, por lo tanto, una fecha que debe ser puesta de relieve con la solemnidad que merece, debido a que fue proclamada la primera República en la América Central. Es incuestionable que San Salvador fue la cuna del republicanismo moderno centroamericano, que debe ser objeto de conmemoración. (Ministerio de cultura , s.f.)
video relacionado: https://youtu.be/ImK-9lBG3s0
Bibliografia:
El Socialista Centroamericano. (02 de marzo de 2014). El Socialista Centroamericano. Obtenido de El Socialista Centroamericano: https://elsoca.org/index.php/america-central/movimiento-obrero-y-socialismo-en-centroamerica/3251-centroamerica-el-plan-de-iguala-y-la-anexion-a-mexico
Ministerio de cultura . (s.f.). DIRECCIÓN NACIONAL DE PATRIMONIO CULTURAL. Obtenido de DIRECCIÓN NACIONAL DE PATRIMONIO CULTURAL: http://www.cultura.gob.sv/la-negativa-de-san-salvador-de-anexarse-a-mexico-le-costo-una-invasion/