B-Side Series 🎧 — 01
Chulahoma: The Songs of Junior Kimbrough — The Black Keys
Para escuchar Chulahoma (2006) de The Black Keys (Akron, Ohio. 2001) hay que entender que es un álbum tributo post mortem de Junior Kimbrough (1930–1998), mĂşsico sobresaliente del gĂ©nero Blues, dominĂł la guitarra hasta llegar a componer canciones casi hipnĂłticas con matices polirrĂtmicos.
Chulahoma se refiere a una comunidad en Mississippi, viene del nombre en lengua nativo-americana (Chicasaw) que significa “zorro rojo”. The Black Keys eligen este nombre para su pseudo-cuarta entrega para hacerle honor a la locaciĂłn en donde Kimbrough manejaba un bar (Juke Joint), en la comunidad de Chulahoma, en donde se reunĂan para apostar, escuchar mĂşsica, beber, y bailar. Entre los Ăconos de la mĂşsica que llegaron a visitar el lugar están Iggy Pop (con quien realizĂł una gira), miembros de U2 y Keith Richards, otra leyenda del Blues.
La banda llevaba dos años de no publicar ningún otro álbum después de su entrega Rubber Factory (2004) — no tan distante a los sonidos que se aprecian en Chulahoma, — lanzan Chulahoma como material previo a su cuarta entrega oficial Magic Potion. Se encontraban a cuatro años de coronarse con su álbum Brothers con un sonido más afable, rock moderno pero con su esencia de garage rock. — Por cierto, escuché por vez primera a The Black Keys estando en la universidad con su álbum Brothers — .
En tĂ©rminos tĂ©cnicos el Chulahoma contiene 6 canciones cover, un track con palabras de la viuda de Kimbrough y un bonus track instrumental, sumando casi 30 minutos. Las voces entre Dan Auerbach (voz y guitarra) y Kimbrough no son tan distantes en cuanto a sus registros vocales, Dan con una tensiĂłn vocal más relajada y Junior con una voz más carrasposa y estrecha. Ambos con un tono nostálgico para interpretar las canciones pero con energĂa indiscutible. The Black Keys deja su marca con una guitarra limpia y rebelde, ese toque con el delay tan caracterĂstico de ellos; y terminan de exaltar cada canciĂłn con la percusiĂłn que interpreta Patrick Carney, el otro integrante de esta banda dual.
La mayorĂa de lĂricas hubiesen podido ser un tweet, son cortas y repetitivas, poco profundas pero la secuencia lineal de notas es clave en cada una de las canciones contenidas en Chulahoma, y ese es el encanto que regala este álbum.
Desde la primera nota del álbum se puede apreciar un monĂłlogo de guitarra, la percusiĂłn va acompañando pero sin competir y luego la voz hace su apariciĂłn lejos de una interrupciĂłn para convertirla en un diálogo, casi danza, entre lĂricas y las cuerdas de la guitarra de Auerbach. Sin duda un tributo dentro del mismo gĂ©nero, sin salirse de los parámetros de la estructura de Kimbrough que cualquier amante de la mĂşsica se embelesarĂa de escuchar.
El mordisco
En esta parte es donde sugiero quĂ© hacer con este álbum o por lo menos como disfrutarlo, no olvides colocarte los audĂfonos.
Chulahoma es ideal para escucharlo de principio a fin, al destapar tu cerveza favorita y no demorar en tomarla para que no se caliente, para escucharlo de fondo mientras realizas cualquier actividad sin que te robe la atención, o cuando debas trasladarte de punto A a punto B en menos de media hora. Ideal para arreglarte por las mañanas, quizá te dé tiempo de asearte y arreglarte antes de que termine el bonus track.
Si no quieres escuchar todo el álbum, dale una oportunidad con darle play a: Nobody but You, Keep Your Hands off Her, Meet Me in the City.
“B-Side Series es un proyecto que recopila una crĂtica personal de álbumes y canciones de artistas y bandas que han marcado la historia de la mĂşsica, con los que he conectado de alguna manera a lo largo de mi vida. Deseo compartir en este espacio, pĂşblicamente, y en letras cada uno y una de ellas, como si fuera un Easter Egg, para quien llegue hasta aquĂ sienta como si hubiese descubierto un magnĂfico tesoro o el inicio de algo increĂble”. — Isa Pinagui