Manías de lectores y listas infumables

Isabel Ginés
5 min readApr 17, 2018

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He leído infinidad de blogs con ese título de “Libros que debes leer antes de morir”, creo que una vez pequé de ello (de seguir una o recomendar). No estoy segura.
Cuando te abstraes en mil posts sobre esto va llegando un fino resquemor que se convierte en un vehemente discurso en contra.
Estamos rodeados de gente que lee, más o menos pero lee, cuando y como quiere y debe leer lo que quiere.

Obligar a leer es lo que a muchos les hace luego odiar la lectura o no aficionarse.

La lectura no es una imposición, debería ser un placer o entretenimiento.
En el sistema educativo no hay mucha gama para que acabes estimando la lectura.
Son alicientes externos, personas externas o tu ánimo a explorar lo que te hace acabar prendado de la lectura.
Y nunca hay que hacer listas donde seguramente no has leído la mitad de lo que pones o que te han disgustado, JAMÁS recomiendes algo que has aborrecido.
Otro tema son los lectores inventores:
Aquellos que dicen leer algo y no lo han leído (o como mucho han visionado la película).
Mucha gente se inventa que lee un libro porque está recomendado leerlo (antes de morir o por todos) en una lista que no hay por dónde abarcarla. Esa persona no ha tocado ese libro, por no hacer ni lo palpó, pero se sube al carro de “he leído ese libro”; se hace lector inventor: invento que he leído porque todos recomiendan leerlo o dicen que es buen libro.
Aborrezco a estas personas, al final se acaban autodelatando que sea la verdad dicha.

¿Cuánta gente dirá que ha leído un libro que no ha leído ni leerá?
Yo imagino que bastante y me da un poco de pesadumbre que tengamos que fingir.
Nadie es mejor que otro por leer el libro pesado pero encantador de “Crimen y castigo” de Dostoyevski.
Ni es mejor el que se enamora de “Cien años de soledad”, por poner un libro encantador para mí en todas su facetas.
La literatura clásica o la literatura universal no debe meterse en la mente o en la listas de lecturas pendientes de nadie con calzador, no es un “leer o morir”, no morirías por no leerlos, puede ser aconsejable pero no es algo que debas hacer.
Y sobre esos terribles consejos de “no serás buen escritor sin leer X”: a ver, escribirás un poco mejor o entenderás cosas si lees a grandes autores pero no X libro ni todos los libros clásicos.

Otro tema es los prejuicios lectores:
La soberbia del lector que cree que lo que el lee es el barómetro que se mide todo
Y el genero más señalado es: el juvenil
Los prejuicios sobre quien lee libros juveniles, el típico y absurdo “¿Lees ese libro? ¿No es de críos?”.
Pues yo leo de todo, lo que me apetece, eso de etiquetar o creerse mejor por leer un tipo de literatura creo que es repulsivo.
Mal lector eres si miras a otro por encima del hombro por lo que lee.
Y lo digo yo, que no tengo potestad ninguna pero que he leído hace poco “Siega”, el cual devoré porque me ha fascinado, seguí con “Niebla en Tánger” y ahora estoy con “Americanah”. Varío mucho y leo lo que me atrae, puede gustarme un género más que otro, puedo ser más rápida leyendo un tipo u otro o engancharme más o menos pero no etiqueto lo que leo, me gusta que esté bien escrito, que me enganche, que logre sumergirme y olvidarme de todo y que sea original; pero no miro el qué o el cómo, solo el proceso de disfrutarlo.

Y eso que creo que los lectores más asiduos tenemos manías pero una es la de que nos juzguen por lo que leemos.

Otras son (bueno, las mías, pero pluralizo porque sé que una persona, aunque sea solo una, coincidirá):
- Intentar ver qué lee el que tenemos cerca, sea en el metro o en una cafetería, ver esa portada y decir “ahhh” o un “no sé de qué va, voy a mirar en Google”.
- Donde vas va tu libro, da igual que sea a dar una vuelta o a hacer un reportaje, siempre puedes tener un hueco para leer y el libro va contigo.
- Recomendar un libro con ilusión y ver que le gusta y sentir un flechazo literario.
- Entrar en una librería y querer todos, descubrir más y acabar con una lista más larga.
- Tener libros pendientes y aun así comprar más libros, “el síndrome de Diógenes del lector”: ¿Tengo 5 pendientes? Pues añadir 10 más no queda mal… Al final, claro, tienes ahí una pila enorme que jamás desciende.
- Me enfada ir por la mitad y ya saber perfectamente qué ocurrirá, lo termino pero es todo como muy predecible.
- Tener una novela en varias versiones (por su portada, porque sacan edición especial, por estar ilustrada…).
- Tener preparados varios libros para saber al terminar cuál cogerás y tenerlo hilado.
- Me gusta mi Kindle pero necesito leer en papel, no puedo hacer el cambio totalmente.
- Si me gusta un autor suelo leer sus obras y si me decepciona tardo un poco en volver a él.
- No juzgar por lo que uno lee sino mirar si disfruta o no.

Todos los lectores tenemos esas manías lectoras que otros pueden ver raras pero nosotros lo vemos como nuestra firma de vivir, es parte de nuestro proceso lector.
Por eso odio que digan “los mil y un libros que leer antes de dormir”, “ese no es un libro de verdad”, “¿Lees eso? Uff…”. Deja leer y que la persona decida al terminar. Y aconseja libros pero no digas eso de “libros que DEBES leer” ni “si no lees este no molas”.
Y os digo algo: muchos que hacen listas no los leyeron todos, los ponen porque los ven en otras listas o porque vieron la película.
No creáis todas las listas y haceros la vuestra o pedid una a quien os conozca y sepa cómo puede guiaros.
No hay listas eficaces generales sino personales.

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Isabel Ginés

Journalist. Screenwriter and documentary filmmaker, love communication and literature