Villa Domínico: La “Feria de los pájaros”, sin pájaros

Iván Puga
5 min readJul 31, 2017

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El histórico paseo de compras que tiene lugar en el Parque Domínico ya no vende animales por una orden Municipal. Hablamos con un experto y con los comerciantes afectados.

Pese al mal día, los vecinos se acercan a la feria para hacer sus compras.

La histórica “Feria de los pájaros”, que en sus orígenes era de animales (especialmente aves, por eso su nombre), está situada en el Parque “Los derechos del Trabajador” o mejor conocido como Parque Domínico desde hace más de 40 años y funciona todos los domingos.

Desde sus inicios, la atracción principal de la feria era la diversidad de animales, pero en la actualidad, debido a ordenanzas de la Municipalidad de Avellaneda y Fauna de Buenos Aires, no pueden comercializarse más. Esto se debe a que la gran mayoría de las aves en venta eran conseguidas mediante el tráfico ilegal. Hoy, sólo se venden peces y mercadería diferente como ropa.

La medida afectó económicamente a los comerciantes y a la feria en sí, que no tiene tantos visitantes como antes. Quiénes comercializaban con aves, gallos y gallinas, ahora simplemente deben conformarse con vender jaulas y demás accesorios.

Hablamos con Jorge Traba, uno de los vendedores afectados: “Obviamente me afecta, antes estábamos bien, ahora con las jaulas apenas me alcanza para comer. Hace 20 años que estoy acá en la feria. Nos metimos con abogados, fuimos a hablar hasta La Plata al Ministerio de Agroindustria, todo, pero no hay caso. No nos dejan vender más pájaros”.

Las jaulas, que antes estaban llenas de distintos tipos de aves, ahora están vacías.

Claudio Bertonatti, naturalista, museólogo y docente con un posgrado en Managment ambiental, se refirió a la medida implementada: A mi juicio es muy desacertada. Lo inteligente hubiera sido un control sostenido sobre esos comerciantes, para limitar su oferta solamente a las especies permitidas, es decir, solamente aquellas que son originarias de criaderos como los canarios, los diamantes, los mandarines o los calafates. Como así también aquellas especies que han sido declaradas plagas o perjudiciales y cuya caza está permitida, como es el caso de la cotorra común”.

Luego, agregó: El haber desterrado a éstos comerciantes de la feria es una medida muy poco inteligente y totalmente ineficaz. El creer que por sacarlos de la feria van a desaparecer como comerciantes y ofertantes de lo ilegal es una estupidez y muestra un gran desconocimiento de la materia. En lugar de tener un único lugar de control para esta gente, están todos desparramados y con una mayor dificultad de control, con más anonimato para operar”.

Bertonatti además fue director de la Fundación Vida Silvestre, la Reserva Ecológica Costanera Sur y el Zoológico de Buenos Aires.

En sus comienzos, la feria era exclusivamente para la venta de pájaros, porque en la zona había muchas quintas donde se criaban distintas especies de aves de corral. Con el tiempo, se fue convirtiendo en una feria polirubro. Fueron agregándose puestos de artículos varios (al principio los comerciantes simplemente tendían una manta) hasta que se oficializó y municipalizó.

Si bien está prohibida la venta, la exposición de animales es legal. Estos dos hombres aprovechan y cobran por el “paseo” en pony para los más chicos.

Después, el naturalista expresó que hay más de un culpable: “Si bien se visualiza a los traficantes de fauna como los protagonistas de éste problema, no se ve a los coprotagonistas, que por un lado es la sociedad que compra especies prohibidas. Curiosamente es gente que quiere a los animales, pero es un amor egoísta y dañino, porque con su compra lo que hacen es contribuir a que desaparezcan éstas especies. Los otros coprotagonistas, muy relevantes y desaparecidos de la escena a la vez, son los jueces. Éste negocio ilegal existe porque hay jueces que amparan la impunidad.

La “Feria de los pájaros” bordea las vías del tren Roca y abarca un total de seis cuadras. Se lleva a cabo en la calle Emilio Zola, que es cortada exclusivamente para esto cada domingo.

“Con la Fundación Azara en los últimos 6 meses hemos denunciado más de cien sitios y grupos cerrados que ofertan aves silvestres prohibidas. Basta con meterse en Facebook y rastrearlos con palabras claves como ‘aves’, por supuesto sin la palabra ‘venta’ para encontrarlos” dijo Bertonatti.

“Existe un comercio legal y uno ilegal. No estoy en contra del comercio de especies silvestres sino en contra del comercio ilegal, y de aquel que legalmente lo hace sin estudios previos, sin evaluar la capacidad de los recursos, de aquellos que conllevan maltrato, no solamente a los animales sino también hacia las personas que participan de ese comercio, porque por ejemplo, el precio justo es algo que suele desconocerse.”

Uno de los cuatro puestos de peces, los únicos animales que se pueden vender en la feria de Domínico.

Era muy común hasta los años 70 que la gente en sus casas tuviera gallineros, o criara distintos tipos de mascotas que no son domésticas (además de perros y gatos se podían ver gallinas, tucanes, lagartos, conejos, arañas, tortugas, búhos, tapires e inclusive monos).

“En el contexto del comercio ilegal de fauna en la Argentina, las ferias de pájaros históricamente ocuparon un lugar protagónico. Sin embargo ese protagonismo no lo tuvieron por la relevancia o el volumen de lo que se traficaba, sino por mostrar el nivel de impunidad que existía y aún existe en el país. El control del comercio en las ferias es algo importantísimo Finalizó Claudio Bertonatti.

“Fue una muy linda feria, ahora se convirtió en cualquier cosa. Ya no es lo mismo, sin los animales no es como antes” nos dice Miguel, un vecino del barrio, nostálgico con el parque que conoce desde su infancia.

En cuanto a la gastronomía, en la feria hay varias opciones de comidas rápidas y también elaboradas.

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