Abejas

Ixchel Gonzalez
4 min readJun 1, 2022

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Las abejas son vitales para la vida en la tierra. Sin embargo, estos polinizadores se encuentran en peligro de extinción y muchas de sus especies están en grave declive.

La abeja melífera (esto es, la que elabora miel) es un artrópodo, pues tiene patas articuladas. Pertenece a la clase de los insectos y, además, es un insecto himenóptero, ya que posee alas membranosas. Las principales partes del cuerpo de las abejas son: cabeza, tórax y abdomen.

Las abejas son insectos sociales y colaboradores que viven en las colmenas formando grandes colonias, lo que ha proporcionado a las sociedades humanas miel y cera de abeja desde hace miles de años. Este uso comercial ha desarrollado la industria de la apicultura, que se dedica a la cría de abejas, aunque muchas especies siguen viviendo en la naturaleza.

Con cerebros del tamaño de una semilla, las abejas son insectos que llevan a cabo sorprendentes funciones interconectadas para mantener la salud de su colmena. Dentro de lo que llamamos comúnmente abejas existen en realidad tres castas: las abejas obreras, la abeja reina y los zánganos.

El trabajo de una abeja viene determinado por su sexo. Las únicas que normalmente vemos son las abejas obreras. Una única colmena de abejas tiene aproximadamente de 30 000 a 80 000 y, de ellas, casi todas son abejas obreras. Esto significa que son hembras más pequeñas que la reina y que no pueden reproducirse.

Tan solo en algunos casos, las abejas obreras pondrán huevos no fecundados de los que nacen zánganos de un tamaño mucho más pequeño que aquellos que nacen de los huevos que pone la abeja reina.

Las abejas obreras viven una media de 105 días — y no salen de la colmena hasta los 21 días — , y aunque puede parecer una vida muy corta, las abejas en realidad tienen una mayor longevidad que otros insectos, y la duración de su vida depende de la función que desempeñen.

Además de las tareas limpiadoras, la abeja obrera pasa casi una semana cuidando y alimentando a las larvas con jalea real, una secreción nutritiva que contiene proteínas, azúcares, lípidos y vitaminas.

Las cereras construyen los paneles de cera, las almacenadoras reciben el alimento y lo colocan en los panales, las guardianas vigilan que no entren abejas de otras colmenas ni avispas y las ventiladoras generan una corriente de aire para airear y deshidratar el néctar.

Entre todas, realizan la tarea completa de la producción de alimentos con el polen y el néctar de las flores, construyen la colmena y la protegen, la limpian, hacen correr el aire batiendo sus alas y realizan otras muchas tareas para la comunidad.

La abeja reina y los zánganos

El trabajo de la abeja reina es sencillo: pone los huevos que constituirán la nueva generación de abejas. Normalmente no hay más que una abeja reina en una colmena. Si muere, las obreras crean una nueva abeja reina alimentando a una de las obreras con una dieta especial, la jalea real.

Este elixir hace que la abeja obrera se desarrolle y se convierta en una reina fértil. Las reinas también ponen orden en el trabajo de la colmena desarrollando productos químicos que guían el comportamiento de las demás abejas.

Las abejas macho, o zánganos, no trabajan. Su función pasa por comer miel y aguardar la oportunidad de aparearse. Cuando llega el momento de que la abeja reina se aparee, los zánganos de otras colonias compiten para inseminarla.

En el aire, tratan de aparearse con ella y, si lo logran, caen al suelo en una muerte victoriosa. La abeja reina se aparea con hasta 20 zánganos y almacena los espermatozoides durante el resto de su vida.

Características físicas de la abejas

  • La abeja melífera (esto es, la que elabora miel) es un artrópodo, pues tiene patas articuladas. Pertenece a la clase de los insectos y, además, es un insecto himenóptero, ya que posee alas membranosas. Las principales partes del cuerpo de las abejas son: cabeza, tórax y abdomen.
  • En su cabeza destaca la existencia de tres ojos simples u ocelos entre los dos ojos compuestos, formados estos últimos por miles de ojos simples a su vez.
  • Curiosamente, en las antenas albergan los sentidos del tacto, olfato y oído.
  • También es de gran interés la probóscide, que es una estructura tubular y alargada con la que ingieren el néctar contenido en las flores.
  • Además, en sus patas tienen una especie de cestillos en donde van acumulando el polen que recogen cuando visitan las flores.
  • En su abdomen, podemos encontrar diferentes glándulas que les permiten fabricar cera, comunicarse entre ellas, etc., y el aguijón con el cual se defienden.
Imagen tridimensional
Gift animado
Mapa conceptual

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