Cero en geometría, por Fredric Brown

Julián J. Hernández
2 min readJul 22, 2017

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Henry miró el reloj. Dos de la madrugada. Cerró el libro con desesperación. Seguramente que mañana sería reprobado. Entre más quería hundirse en la geometría, menos la entendía. Dos fracasos ya, y sin duda iba a perder un año. Sólo un milagro podría salvarlo. Se levantó. ¿Un milagro? ¿Y por qué no? Siempre se había interesado en la magia. Tenía libros. Había encontrado instrucciones sencillísimas para llamar a los demonios y someterlos a su voluntad. Nunca había hecho la prueba. Era el momento: ahora o nunca.

Sacó del estante el mejor libro sobre magia negra. Era fácil. Algunas fórmulas. Ponerse al abrigo en un pentágono. El demonio llega. No puede nada contra uno, y se obtiene lo que se quiere. Probemos.

Movió los muebles hacia la pared, dejando el suelo limpio. Después dibujó sobre el piso, con un gis, el pentágono protector. Y después, pronunció las palabras cabalísticas. El demonio era horrible de verdad, pero Henry hizo acopio de valor y se dispuso a dictar su voluntad.

–Siempre he tenido cero en geometría –empezó.

–A quién se lo dices… –contestó el demonio con burla.

Y saltó las líneas del hexágono para devorar a Henry, que el muy idiota había dibujado en lugar de un pentágono.

Fredric Brown (EEUU, 1906–1972). Gran maestro del minirrelato, escribió historias de ciencia ficción, suspenso y novela negra, que destacaron por sus finales inesperados e ingeniosos. Por estas cualidades se le venera en Francia, Estados Unidos y Japón. Algunos sus mejores libros son Marciano, vete a casa, Pesadillas y Geezenstaks y Qué loco universo.

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