Miradas
Poema en prosa
Hay días como hoy que a veces, no siempre, sólo a diario, que te recuerdo en un presente inasible, que se escurre entre miradas. Entre voces y risas, tuyas y mías, que se extinguen en un recuerdo borroso de ensueño. Recuerdos vívidos y alegres de manos enlazadas, de suavidad y firmeza. Recuerdos vibrantes de tu voz que calma y que enseña. De pronto voy por un camino en un sueño nuevo que ya he vivido mil veces donde apareces siempre, siempre tu, como sitio de partida y de retorno. Siempre en tu mirada. Inicio mi camino en ese sueño hecho de sueños. Sueños del ser y el estar, todos ellos logrados pero siempre inconclusos, siempre insatisfechos. Aparece, ¿porque no? el perfil verde de tu pupila. Pupila amable y gentil de amor que se dilata en el espacio de Dios que mira siempre desde el fondo de los tiempos y el espacio. Caer en ese lugar, en esa pupila, es caer a la vida que trasciende a la muerte misma que te cerro los ojos y los fijó para siempre en recuerdos diarios de miradas. Miradas elevadas a la cumbre de la vida. Miradas imantadas a perpetuidad en el amoroso y violento encuentro de la eclosión de vida de un nacimiento. De mi nacimiento. Miradas que recordaban en su momento otros tiempos. Miradas transformadas con los años,pero intactas de su amor reciproco. Miradas que me vieron hasta el final. Miradas separadas en esta vida, pero que al final siempre se encuentran en el eterno instante de un recuerdo.
