Refuerzos de la A la Z

Newellsletter (Javier Acuña)
9 min readSep 16, 2023

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4 de enero de 1995. El día que Valderrama fue de Newell’s (captura de pantalla de TyC Sports)

Todavía dura el éxtasis por la evocación de los treinta años de la llegada de Maradona a Newell’s, el mejor refuerzo de la historia del club. No importa que apenas haya jugado cinco partidos oficiales, que no ganáramos nunca con él en cancha, que se fuera de manera intempestiva, de joda en Mar del Plata y a los balinazos contra periodistas. Es un detalle menor haber quedado al borde del descenso, lo que vale es el recuerdo de esos días, su imagen eterna con la rojinegra. Lo deportivo queda en un segundísimo plano. Además, nos hemos clavado con tantos refuerzos, mirá si nos vamos a quejar de Maradona.

Esta semana me puse a armar un listado de refuerzos de la A a la Z, un diccionario de un elemento por letra con el repaso de jugadores que, como el Diego, también llegaron al club y nos despertaron expectativas, desconfianza, indiferencia o cierto entusiasmo.

Aquí va.

Almaraz: Todo jugador nuevo que llega a un club sueña con ganar el clásico, salir campeón y entrar en el corazón de los hinchas. Al jujeño José Luis Almaraz le pasó lo primero, le pasó lo segundo, no lo tercero: nadie lo recuerda. Volante ofensivo con varios años en la primera de Gimnasia y Esgrima de su provincia, llegó en julio de 2004 al Newell’s de Gallego que sería campeón en diciembre. Entró por Manso a diez minutos del final en el clásico que ganamos en Arroyito en la segunda fecha, jugó un rato contra Banfield el día que debutó su coterráneo Burrito Ortega y reemplazó al Mago Capria en el tres a cero a Instituto. Nada más. Ochenta y dos minutos en cancha, probablemente uno de los ratios más efectivos de nuestra historia.

Bangert: Fue el arquero que eligió Castelli para reemplazar a Scoponi tras una década de titularidad y cuatro campeonatos ganados. Lo trajo del Deportivo Armenio y arrancó atajando en el Clausura 1995. Duró tres partidos. En el último minuto del estreno contra Talleres salió a cortar un centro con decisión y le dio un certero puñetazo al aire que simplificó el cabezazo goleador de Tweety Carrario. Es cierto que la defensa mucho no lo ayudaba: hay que ver los goles en la Bombonera del camerunés Tchami el domingo siguiente y los de Vélez una semana después. Recibió un gol en la fecha uno, dos en la fecha dos y tres en la fecha tres. Esa sucesión de Fibonacci lo sacó del equipo.

Canobbio: El único mérito de este delantero uruguayo que jugó en 1996 es que su apellido empieza con las siglas de Club Atlético Newell’s Old Boys.

Chalar: Reemplazar la ele por una ge y repetir muchas veces. Así fue el paso por el club de este delantero colombiano que trajo López en 2007.

Duda: Brasilero que vino al club para reforzar el equipo de Fútbol 5 (no confundir con Fútbol de Salón) y a comienzos de 1994 terminó jugando un par de partidos en Primera División con la diez en la espalda que unos meses antes había usado Maradona. Le metió un gol de tiro libre a Mandiyú.

Escalada: Nunca llegó el transfer.

Falero Robles: Un uruguayo que llegó como refuerzo en 1989, en la misma época que Tedini y el Panza Videla. Raúl Eduardo Falero Robles firmó contrato con el torneo empezado y debutó como titular en la fecha 10 contra Boca en la Bombonera con un gol: el segundo nuestro de un partido que iba 4 a 1 y perdimos 4 a 2. En la fecha siguiente lo expulsaron contra Argentinos Juniors. Volvió a jugar muy esporádicamente hasta esfumarse en fade out. Yo tenía un autógrafo suyo.

8 de octubre de 1989, día del debut de Falero en la Bombonera (Foto: El Gráfico)

Goycochea: Como Islas, Cristante, Nacho González y Passet, otro de los arqueros con recorrido por la selección que trajo López para que después el titular terminara siendo Terremoto Cejas. Su paso por el club fue olvidable. Muy. Después de jugar en Newell’s se retiró del fútbol.

Herrera: Baluarte en la defensa del Peñarol que ganó la Libertadores en 1987 y habitué de la selección uruguaya de la segunda mitad de los ochenta y la primera de los noventa. Jugó el Mundial de Italia y ganó la Copa América de 1995. Llegó al club para reforzar el equipo en el Apertura 1997. Mejor no recordarlo.

Iotov: Hay un episodio de Informe Robinson que se llama La leyenda de Tittyshev y cuenta la historia de un hincha del West Ham que el 27 de julio de 1994 jugó para el primer equipo en un partido amistoso de pretemporada contra un club de tercera división. El hincha estaba detrás del banco de suplentes y se la pasó puteando a un jugador que en un momento se lesionó, como al técnico ya no le quedaban más cambios en el banco decide mirar hacia atrás y preguntarle al hincha si quiere entrar, si es capaz de jugar mejor que el delantero al que hostigó todo el tiempo. El hincha dice que sí, el técnico manda al utilero a buscarle ropa y le inventa una identidad para avisarle al de la voz del estadio que va a entrar el nuevo refuerzo: el búlgaro Tittyshev, que viene de obtener el cuarto puesto con su selección en el Mundial de Estados Unidos. Tal vez el de Velko Iotov haya sido un caso similar y todavía no nos enteramos.

Jardel: Goleador y figura del Gremio de Porto Alegre campeón de América en 1995, crack indiscutido en el Porto y el Sporting de Lisboa. Entre los dos principales clubes portugueses jugó 178 partidos y metió 183 goles, esos números le permitieron ganar dos veces el Botín de Oro de Europa, ese mismo trofeo que en los últimos quince años estuvo prácticamente monopolizado por Messi y Cristiano Ronaldo. Las estadísticas oficiales también dicen que fue campeón del fútbol argentino en 2004. Y es verdad: jugó tres partidos en el torneo Apertura que ganó Newell’s. El brasilero Mario Jardel reemplazó a Nacho Scocco en la tercera fecha contra Huracán de Tres Arroyos y en la quinta contra Banfield. Además, fue titular en el debut contra Vélez. Hay una foto suya de ese día que lo muestra con el cuerpo balanceado a punto de patear. Tenía más panza que el Tolo Gallego.

Jardel el día de su debut, lo contrario de fina estampa.

Kmet: Impronunciable.

Lagorio: A los 19 años era el 9 titular del Gimnasia de Griguol que casi gana el campeonato en 1995. Después jugó en un par de clubes de México y también en Portugal. Vino como refuerzo en 2002. Lo más cerca que estuvo de meter un gol fue en el clásico donde perdimos el invicto de veintidós años como local. En realidad, metió un gol pero se lo anuló Baldassi por un offside que no fue.

Llama: Joven promesa. Surgió en Arsenal de Sarandí y llegó con buenas perspectivas a comienzos de 2008 después de una temporada en el Catania de Italia. Al comienzo de su carrera tuvo un paso por las selecciones juveniles de Argentina y se hizo amigo de Pablo Vitti. Esa amistad y una foto de entonces con la camiseta de Central de su compañero lo cancelaron en el club y terminó jugando muy poco. Arruinamos un potencial buen refuerzo por una pelotudez.

Mtawalli: Inexplicable.

Noir: Le cagaron la carrera con lo del rumor de Peratta.

Ñ: Ñubel nunca trajo un refuerzo que empezara con la eñe.

Ortiz: Creo que armé esta lista de jugadores sólo para hablar de su actuación en la tercera fecha de este campeonato contra Belgrano. Me da pena Ortiz. No me sale ensañarme los jugadores surgidos del club, mucho menos si están en la galería de campeones. Prefiero la piedad de la resignación. Pero Ortiz parece empeñado en disfrutar que lo puteen, se la pasa haciendo foules, no intimida cuando salta a cabecear y con los pies no es muy dúctil que digamos. El estilo de juego que propone Heinze lo deja expuesto, por eso resulta curioso que lo haya pedido como refuerzo el año pasado. O tal vez no, fueron compañeros en 2013 cuando uno se retiraba y el otro recién arrancaba, lo conoce, le debe haber visto condiciones, habrá seguido sus pasos cuando se fue del club y jugó en Aldosivi, Colón y Godoy Cruz, lo habrá visto maduro y entonces lo pidió para que volviera. Contra Belgrano lo sacó en el entretiempo. Menos mal.

Pasculli: Newell’s es de los poquitos clubes de Argentina que puede armar un equipo completo con jugadores campeones del mundo. Islas al arco, Ricardo Rocha, Daniel Killer y Lisandro Martínez en la defensa, Giusti, Gallego y Maradona al medio, arriba Almirón, Valdano y Trezeguet. ¿Y Pedro Pablo Pasculli? Si consideramos su aporte en los cinco partidos que jugó en el Clausura 93, tranquilamente podemos salir a la cancha con diez.

Quiroga: Típico refuerzo de Caruso Lombardi: fogueado en la B Nacional, una temporada en México, sacrificado, polifuncional, cumplidor. Llegó para la fecha 18 del Apertura 2007 y a los tres días fue titular en Jujuy contra Gimnasia y Esgrima. En el Clausura 2008 jugó casi siempre pero cuando Gamboa reemplazó a Caruso no le dio tanta bola. Sensini lo volvió a poner de titular al torneo siguiente y lo dejó en el banco la mayoría de los partidos del subcampeonato de 2009. La última fecha contra San Lorenzo jugó desde el arranque. Debe haber sido el peor partido de los cuarenta y siete que vistió la camiseta de Newell’s.

Ribair Rodríguez: Como dijo un amigo en Twitter el día de su debut contra Talleres el 9 de marzo de 2019, “la remake de Jardel, a los 10 minutos supimos que es un ex jugador”.

Sills: Una vez fue capitán.

Tudor: Gracias a Lukas conocí a María Fernanda Callejón y la saludé con un beso en la mejilla. El día que debutó el chileno contra Belgrano de Córdoba en el Parque, ella estaba en el palco oficial con el intermediario que lo trajo al club y yo acompañaba a mi papá. Tenía puesto un vestidito bobo de color amarillo bien de los noventa.

Úcero: El Profe Castelli nos salvó del descenso en 1994, la pegó con Siviero y le quedó el crédito abierto para traer a cualquiera: Pachorra Smaldone salió bien, Fabián Úcero no. Leí en el blog En una baldosa que en Colombia se usa su apellido como sinónimo de mal jugador o argentino ladrón.

Valderrama: Lo anunciaron como refuerzo, el 4 de enero de 1995 vino a Rosario, se puso la camiseta, dio una conferencia de prensa, López no le pagó como le había prometido, no firmó, se tomó un avión y se volvió a Colombia. Lo sintetizó muy bien el propio Valderrama en una charla informal con unos amigos hinchas de Newell’s que lo cruzaron una vez en el aeropuerto de Bogotá y le consultaron por el tema: “Mucho problema, poco billete”.

Waldemar Victorino: Campeón de América y del mundo con Nacional en 1980. Convirtió el gol en la final de la Libertadores contra el Inter de Brasil y también el de la Intercontinental en Japón contra el Nottingham Forest. Waldemar Victorino fue el primer jugador en ganar la llave grandota del auto Toyota. En 1981 fue campeón del Mundialito con la selección uruguaya y de nuevo metió el gol decisivo en la final (contra Brasil). Implacable en todos lados menos acá. Llegó en 1984 para reemplazar a Condorito Ramos cuando lo vendimos a Francia y apenas metió cinco goles en todo el torneo. Murió hace poco.

X: Muy útil como símbolo para ir tachando de la lista a los jugadores que se nombran como posibles refuerzos que nunca vienen.

Yonatan Cabral: Yonatan con i griega, todo dicho.

Zarfino: Un chiste.

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