De la Arquitectura al Diseño UX

Jesús Beas
7 min readSep 17, 2018

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A mucha gente le resulta curioso que en el mundo de la experiencia de usuario empiece a haber tanto arquitecto. A priori pueden parecer profesiones totalmente opuestas pero la realidad es que son tremendamente parecidas.

¿Por qué abandonar la profesión de arquitecto?

Evidentemente, la principal razón tiene que ver con la precarización del mercado laboral y cómo ésta ha afectado, en gran medida, a la profesión de arquitecto.

La crisis dejó un panorama desolador en el mundo de la arquitectura y a día de hoy lo seguimos pagando en forma de: paro, trabajos no remunerados, eternos contratos de prácticas, falsos autónomos, etc.

Si tienes la suerte de conseguir un trabajo seguramente éste te genere bastante insatisfacción personal. La arquitectura es una profesión hermosa, muy completa en la que intervienen la técnica, lo artístico y lo social. Pasar horas sentado en una silla retocando planos no es precisamente creativo ni apasionante.

Otra razón es que a la arquitectura le cuesta abrazar el contexto digital en el que vivimos. Particularmente en España, al haber existido una industria y unas dinámicas muy fuertes el proceso hacia la digitalización del sector está siendo realmente lento.

¿Qué hace un diseñador de experiencia de usuario? ¿Qué tiene que ver eso con un arquitecto?

El presente artículo no pretende desgranar en profundidad en qué consiste el diseño UX. Aunque si tuviéramos que dar una definición rápida y general para compararla con la de arquitectura podría ser algo así:

La labor de un diseñador UX consiste en construir productos digitales atendiendo a las necesidades de los usuarios.

Un arquitecto también construye atendiendo a las demandas de ciertos usuarios. Aunque, por desgracia, para la gran mayoría es algo que se ha olvidado. Hemos dado de lado a los usuarios.

La principal diferencia es que el producto, en arquitectura, es un edificio, algo físico y no digital. Sin embargo, durante el proceso de construcción de un producto digital hay infinidad de paralelismos con el mundo de la arquitectura.

Proyecto UX vs Proyecto de Arquitectura

Las distintas etapas que conforman el desarrollo de un proyecto UX encuentran multitud de similitudes con las de un proyecto arquitectónico.

Aunque si hablamos en términos generales, podemos decir que un diseñador de experiencia de usuario es un solucionador de problemas con una visión holística del proyecto.

En definitiva, es un director de orquesta que debe tener bajo control todos los elementos para que la ejecución y el producto final se realicen de una manera satisfactoria y armónica. A un arquitecto podemos atribuirle, perfectamente, estas mismas cualidades generales.

A continuación se muestran las distintas etapas de las que se compone, a modo general, el desarrollo de un producto o servicio digital. En cada etapa del mismo se puede encontrar, fácilmente, un paralelismo con el desarrollo de un proyecto arquitectónico.

1 / Análisis e Investigación

Una vez recibido y analizado el briefing en el que se marcan una serie de objetivos, lo primero es realizar labor de análisis.

En UX esta labor de análisis se centra en el usuario mediante diversas técnicas: mapas de empatía, customer journey, test de usuario, etc. Paralelamente se realizan tareas de Benchmarking para estudiar a la competencia y sacar buenas prácticas. Si algo enseña el mundo de experiencia de usuario es que hay que aprender a copiar, la gente pasa casi todo su tiempo usando productos digitales diferentes al nuestro.

En arquitectura, lo primero es consultar proyectos parecidos al que se pretende desarrollar para sacar ideas y buenas prácticas. En cuanto al usuario, lo que enseñan en las escuelas es a pensar y a empatizar con el mismo y con el uso que éste hará de nuestro edificio. Sin embargo, no se enseñan técnicas de ningún tipo y al final las conclusiones acaban siendo más una creencia que una realidad tangible.

2 / Arquitectura de la Información

Tras sacar las conclusiones pertinentes derivadas del análisis hay que diseñar una estrategia que marcará cómo van a estructurarse los contenidos y cómo van a estar jerarquizados. Habrá que diseñar los sistemas de navegación para que el usuario se mueva por nuestro servicio digital.

Si buscamos una analogía con el mundo arquitectónico podemos asegurar que esos contenidos o páginas son el equivalente a las estancias que componen un edificio, estando siempre jerarquizadas por uso y tamaño. Dichas estancias se conectan entre sí mediante espacios de circulación (pasillos) y núcleos de comunicación vertical (escaleras y ascensores). Estos elementos, que permiten al usuario ir de un sitio a otro, son el equivalente a los sistemas de navegación.

3 / Bocetos

Seguramente esta sea la parte del proceso en la que UX y arquitectura más se parecen. Y es por eso que la mayoría de los arquitectos reconvertidos al UX se sienten muy cómodos en esta etapa.

Para realizar bocetos es imprescindible tener soltura a mano alzada y destreza manual. Pero, en realidad, lo principal es tener las ideas muy claras para que con un simple sketch se entienda cómo va a ser el producto.

No importa que las líneas estén perfectas o los dibujos sean realistas, lo que importa es que estemos plasmando elementos a escala, bien proporcionados, con textos y tamaños reales, para que la diferencia entre el boceto y el prototipo sea mínima.

Y hay que reconocer que haciendo eso los arquitectos son realmente buenos.

4 / Prototipo

Un buen boceto o proceso servilleta previo tendrá como consecuencia una fácil realización del prototipo. Para dar forma a éste se utilizan diversas herramientas como pueden ser: Sketch, Invision, Adobe XD, Framer, etc. Afortunadamente, dichas herramientas son muy parecidas a aquellas con las que se trabaja, continuamente, en arquitectura: Photoshop, Illustrator, etc.

El prototipo es el equivalente a los planos en un proyecto de arquitectura. Pretende ser una herramienta, lo más fiel a la realidad posible, que nos ayude a construir el producto.

En arquitectura se realizan infinidad de planos para llegar al detalle, como por ejemplo un despiece de armaduras en la estructura o de ladrillos en fachada. A día de hoy en el diseño de un producto digital este nivel de perfeccionamiento no se ha generalizado aún debido a que es una profesión joven. Sin embargo, ya se empiezan a construir productos digitales en base a sistemas de diseño y componentes. En definitiva, un producto digital es una obra de ingeniería aunque se tienda a ver como algo muy visual. Sin embargo ésta no es más que la primera capa superficial y sin todo lo demás tendremos un edificio muy bonito que se acabará cayendo.

5 / Construcción o Desarrollo

Una vez se tienen todos los planos se puede iniciar la obra. Cuanto más detallados y fieles a la realidad sean más se parecerá nuestro edificio o producto, ya construido, a lo plasmado en el papel.

Para que esto suceda, un arquitecto tiene que saber cómo se van a realizar todas y cada una de las partes del edificio. Seguramente jamás haya puesto un aislamiento en fachada con sus propias manos pero el saber cómo funciona y cómo se coloca hace que los obreros realicen la tarea en poco tiempo y de manera satisfactoria. Esto tiene como consecuencia el desarrollo fluido del proyecto, sin dejar margen a la improvisación.

Ni un arquitecto ni un diseñador UX deben ser albañiles ni desarrolladores pero ambos deben conocer, lo mejor posible, el trabajo de éstos.

En la construcción de un producto digital no es imprescindible que el diseñador UX sepa programar. Aunque sí debe tener muy presente la viabilidad y el tiempo que conlleva desarrollar cada elemento puesto que, al igual que en arquitectura, el desarrollo (mano de obra) es lo que más encarece el proyecto.

6 / Test

Testar el producto es algo que se debe hacer constantemente, no sólo en la fase final del proyecto. Realizar esta práctica da muy buen feedback para perfeccionar y ajustar el producto.

Es en esta fase donde el UX está a años luz de la arquitectura. Sin lugar a dudas, es el elemento diferenciador. Por desgracia, los arquitectos jamás se dedican a hacer test de usuario de sus propios edificios.

¡Arquitectos, no deis de lado a los usuarios!

Si algo tiene que aprender el mundo de la arquitectura del UX es a volver a poner el foco en el usuario.

Es evidente que hacer un test de usuario en un edificio ya construido de nada sirve puesto que cualquier cambio supondría un trastorno terrible para el usuario y un coste muy elevado. Sin embargo, podemos testar a usuarios de otros edificios con la misma tipología. O testar el nuestro para usar el feedback en futuros proyectos.

En arquitectura, debido al contexto propio de la burbuja, se ha trabajado de manera frenética y lineal, vomitando los proyectos sin apenas pensar en su función o en si ésta respondía realmente a las necesidades de la gente.

Es hora de parar, de trabajar iterativamente, de empatizar con los usuarios. ¿Alguien se imagina a un arquitecto preguntando a potenciales usuarios de su proyecto qué necesidades tienen? Realizar encuestas, o mapas de empatía no cuesta nada y gracias a estas técnicas se puede incrementar el valor (funcional y económico) de cualquier intervención arquitectónica.

Es imprescindible que la arquitectura aprenda esta lección del mundo de la experiencia de usuario y así pueda recuperar el prestigio perdido. La gente necesita volver a confiar en los arquitectos. Pero, ¿cómo vas a conseguir que las personas te valoren si tú ni siquiera las escuchas?

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