El futuro en los márgenes del periodismo

Los medios no han sabido vender todas sus habilidades

José Manuel Noguera
4 min readJun 6, 2014

El tradicional purismo de algunos periodistas y responsables de medios es uno de los factores que ha dejado la profesión agonizando. Existe un perfil de periodista que siempre se ha defendido de cualquier intento de innovación señalando que él sólo debía ocuparse de contar buenas historias: “yo soy periodista, me dedico a escribir. Y punto”.

Eso le ha dejado en fuera de juego frente a otros actores que también saben contar buenas historias y que, además, se han preocupado de estudiar cómo hacer comunidad, cómo difundir historias en las nuevas plataformas y cómo hacerlas atractivas para un público diferente: digital, en red e infiel, con menos tiempo y más oferta informativa.

Muchas empresas han interpretado perfectamente el nuevo escenario mediático y han creado sus propios medios para lanzar sus contenidos sin intermediarios, máxime cuando la credibilidad y confianza en los medios está, otra vez, bajo mínimos. Por ejemplo, de una empresa como Red Bull bien se podría decir que en realidad es una corporación de medios financiada mediante la venta de bebidas. Su división Red Bull Media House encajaría a la perfección bajo esta definición y ejerce casi todo el protagonismo de la compañía en la actualidad.

¿Por qué decimos que el futuro de los periodistas está en los márgenes del periodismo? Está claro que la esencia de los medios son sus noticias (prolongadas y explicadas con el resto de géneros periodísticos), pero las noticias son un producto difícilmente financiable por sí mismo. ¿Quién paga por noticias? ¿Cuánto? Es difícil explicarle a una industria que su core business (las noticias) ya no genera un valor económico directo, pero así es. La idea del brand journalism, el contenido de medios elaborado para marcas, está emergiendo con fuerza como una opción más que viable para salvaguardar, paradójicamente, la independencia de los medios a partir de su solvencia económica.

Los medios pueden garantizar la calidad de su mayor valor, las noticias, a partir de la comercialización de sus habilidades relacionadas con la producción y edición de contenidos. Ésta fue una de las conclusiones de un seminario para profesores de periodismo celebrado la primera semana de junio de 2014 en el campus de Cuenca de la UCLM. Uno de los ponentes, Alberte González Patiño, recordó que de la tradicional cadena de valor periodística (contenido, edición y distribución), los medios sólo suelen comercializar la última parte: la distribución de contenidos.

El recorrido del papel es muy corto porque se basa en percepciones y extrapolaciones de dudosa fiabilidad, con números que no dejan de descender, mientras que los medios nativos digitales no se mueven por sensaciones, sino por analítica web y números precisos. Así, emprender no parece una opción sino más bien un estado permanente para los medios y un punto de no retorno.

Hay habilidades periodísticas que las empresas necesitan en un escenario de desintermediación cada vez más horizontal. Cuando todos pueden comunicar, el periodista es más necesario y si los medios no empiezan a aprovechar todo su capital humano (en lugar de despedirlo para ahorrarse grandes nóminas y sustituirlas con becarios), ese terreno lo seguirán conquistando otros profesionales afines al mundo de la comunicación.

La penúltima oportunidad para la supervivencia del periodismo pasa por comprender que la cadena de valor de los medios va mucho más allá de generar noticias. Los medios se construyen bajo una misión y línea editorial, pero también alrededor de entornos y comunidades locales o temáticas con múltiples necesidades. En la periferia del periodismo se encuentran los eventos culturales, la alfabetización mediática de la ciudadanía, la comunicación para el desarrollo o la responsabilidad social corporativa de las empresas locales, por ejemplo.

Por otro lado, los balances de algunos nativos digitales, como el publicado por eldiario.es en septiembre de 2013 tras su primer año de vida, muestran que otro tipo de iniciativas pueden ser viables y sostenibles, pero no parecen modelos que puedan sostener las pesadas estructuras de otros grupos mediáticos que nada tienen que ver con las dimensiones de los pequeños nuevos medios. Mientras aceptamos que vamos hacia un escenario de muchos más medios, pero mucho más pequeños, ¿qué hacemos con el capital humano que suponen los miles de periodistas de las grandes cabeceras? La respuesta, o la oportunidad, puede estar en los márgenes del periodismo, en todo aquello que no es periodismo pero puede salvarlo.

¿Pondrían en riesgo todas estas iniciativas de brand journalism la credibilidad e independencia de los medios? Dado el escenario actual, parece que no hay mucho que perder en ese sentido.

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José Manuel Noguera

Profesor de Periodismo en la UCAM. Cultura digital, medios y tecnología.