¿Quién es Jesús? By R.C Sproul
¿Quién es Jesús? Es el primer libro de R.C Sproul que leo, y pues queda recomendado para todos, a mi parecer es un libro súper sencillo que enseña lo básico y lo necesario acerca de Jesús, del Jesús bíblico que hoy tan olvidado está.
Y pues las grandes lecciones que me llevo de este libro son muchas, pero acá quiero compartir unas pocas y necesarias para la juventud actual.
1. Jesús no es un camaleón
En el laboratorio de los teólogos, tratan a Jesús como un camaleón; lo fuerzan a adaptarse a un fondo pintado por el teólogo
Lastimosamente la doctrina actual es una que ha dejado de lado al Jesús bíblico y se ha centrado en enseñar o a un Jesús que abunda en gracia y misericordia pero no es Justo o a un Jesús que es fuego consumidor y no acepta nada que no esté más limpio que el bisturí de un cirujano a punto de realizar la primer incisión. Sí, a eso lastimosamente hemos llegado.
Cuando Sproul habla del Jesús bíblico habla de alguien que es ajeno para muchísimos de nosotros dentro de la Iglesia (me incluyo, porque antes de leer este libro habían ciertos vacíos en cuanto a mi conocimiento acerca de Jesús). Alguien que es amoroso, misericordioso, lleno de gracia y perdón, alguien que conoció muy profundamente su misión y la ejecutó con tal amor que no le importo dar su propia vida para salvarnos a nosotros de nuestras propias faltas, para salvarte a vos y para salvar al borracho que está tirado en la calle, al indigente que no tiene hogar por las noches, para salvar al compañero que tanto criticas u odias y sí, para salvar al más inmundo; el Jesús de la Biblia murió por cada uno de ellos.
“Pedro tomó la palabra, y dijo: ―Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos, sino que en toda nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia.’’ Hechos 10:34–35 NVI
2. Yo no salvo, vos no salvás, vos no decidís.
La iglesia puede predicar la salvación y alimentar al salvado, pero no puede salvar. La iglesia puede predicar, exhortar, reprender, y amonestar contra el pecado, puede proclamar el perdón de pecados y puede definir teológicamente el pecado, pero la iglesia no puede expiar el pecado.
Creo que uno de los puntos más importantes actualmente, es alimentar nuestra sana doctrina, lastimosamente a los jóvenes se nos ha descuidado en las congregaciones más no es excusa para andar replicando patrones dañados. Aprendamos del libro más genial de la historia las lecciones de vida que nadie más puede enseñar y una de ellas es esta verdad que Sproul plasma en este libro, claro, para nadie debería ser un secreto ya que el mismo Pablo nos lo enseñó
“Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad. Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida como rescate por todos. Este testimonio Dios lo ha dado a su debido tiempo, y para proclamarlo me nombró heraldo y apóstol. Digo la verdad y no miento: Dios me hizo maestro de los gentiles para enseñarles la verdadera fe.” 1 Timoteo 2:3–7 NVI
Lo que no comprendo del todo es por qué si el mismo Pablo nos enseñó este fundamento de vida y si el mismo Jesús nos dio el ejemplo de cómo llevar el mensaje de verdad, nos hemos alejado y hemos empezado a ser jueces, consideramos que tenemos el derecho de decidir quién es digno y quién no de dicho mensaje o quién conoce a Jesús y quién no; sabios es nuestra propia opinión diría un muy buen proverbio.
La iglesia se está dañando a sí misma, se automutila y ha creado una especie de círculo selecto, me pregunto ¿qué te diría Jesús de esto? Bueno, Sproul nos dice una verdad de la cual muchas veces nos hemos hecho «de la vista gorda»:
Puesto que es evidente que las personas pueden honrar a Cristo con sus labios mientras sus corazones están lejos de él.
Tan ciegos estamos que nos interesa crear réplicas religiosas en lugar de discípulos de Jesús. ¡Qué peligroso! Después nos preguntamos por qué estamos como estamos.
3. Jesús fue/es/será radical
Si Jesús fue Radical, creo que el ser discípulo de él me vuelve alguien radical, concuerdo al 100% con Sproul
Yo quiero conocer al Jesús que radicalizó a Mateo, que transformó a Pedro, que dio vuelta al revés a Saulo de Tarso en el camino a Damasco. Si estos testigos directos no pueden llevarme al “verdadero” Jesús, ¿quién puede hacerlo?
Hoy día se nos ha enseñado a los jóvenes que no debemos guiarnos por emociones o por la atmósfera del momento, totalmente de acuerdo pero, ¿dónde están los líderes que nos llevarán al genial libro de vida?
No estoy en contra de las actividades y demás pero creo que entre tanto se ha perdido el norte (el mensaje de Jesús) se nos ha dejado a la deriva con pocos fundamentos de donde agarrarnos cuando lleguemos a un mundo lleno de lógica y razón; sí a nosotros nos gusta pensar, ayúdennos a pensar correctamente.
4. Palabras finales
Quiero dejar acá mis citas favoritas del libro y mis pensamientos al respecto.
Ser un hijo de Dios bíblicamente es ser alguien que está en una relación única de obediencia a la voluntad de Dios.
Nadie puede definir mi nivel de hijo sino es el Padre.
El teólogo suizo Karl Barth dijo que la palabra más importante del Nuevo Testamento es la palabrita griega huper. La palabra huper simplemente significa “en lugar de”. La muerte de Jesús es en nuestro lugar.
Cuando entendamos la profundidad de este cambio, lograremos entender su amor y su mensaje y es allí donde dejaremos de ocultar el mensaje y lo tiraremos al mundo sin miedo entendiendo que el que lleva el mensaje es el Espíritu Santo y no nosotros.
Un cristiano no es un escéptico. Un cristiano es una persona con un corazón que arde, un corazón en llamas con la certeza de la resurrección.
Obediencia. Certeza. Convicción.
Por mucho mi cita favorita del libro,
Le toca a la iglesia hacer visible su reinado invisible.
