5 razones por las que tu organización debería ser agile

Jorge Maestre
5 min readFeb 20, 2020

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O de la evolución de las organizaciones

Ilustraciones de John Gould sobre la evolución de los pinzones de Darwin

La popularización de la agilidad la ha puesto en boca de todos. Lo que comenzó como un manifiesto de desarrolladores de software ha trascendido en una cuasi-filosofía que impregna todo el mundo empresarial y a todos los niveles de las organizaciones. Algunos incluso tildan agile como un estado mental con el que enfrentarse a lo que nos depara vida. Con este hype no es raro que frecuentemente managers y directores se interesen y me pregunten porqué su organización debería ser agile. Ahí van cinco razones.

1. Si no eres ágil desaparecerás en 10 años

Tu competencia actual ya es agile. Y si no lo es, está en camino de serlo. Además todos los días surgen cientos de startups capaces de vislumbrar nuevas oportunidades de negocio y disputar el mercado; su agilidad les permite adaptarse a cada nuevo situación del mismo. Los cambios son continuos e inciertos en sistemas complejos y sólo aquellas organizaciones capaces de adaptarse a ellos sobrevivirán. La vida en la tierra por ejemplo comenzó con un (eco)-sistema relativamente sencillo de bacterias simples para evolucionar al estado actual, donde millones de especies de seres vivos pueblan la tierra en un complejo sistema. Todo ello pasando por la desaparición de infinitas especies por no haberse adaptado a los cambios internos o inducidos externamente. Puedes preguntar a los dinosaurios por el meteorito. O te adaptas, o mueres.

Si estás en un momento de urgencia y lo que has probado no te ha funcionado, probablemente este sea tu último cartucho. Las medidas que tomes serán desesperadas y probablemente no sean las acertadas, al fin y al cabo es un problema complejo para el que no hay pócimas mágicas. Es posible que sea demasiado tarde, pero no te queda otra. Si no es así y estáis en un buen momento, mejor empezar cuanto antes, no sabes qué cambio te va a traer el futuro pero mejor estar preparado. Tu competencia ya lo está haciendo.

2. Ganar más

Tenlo siempre presente, las empresas existen para ganar dinero. Todo el que se pueda. Punto. Como los organismos tienen que crecer y en un entorno cada vez más competitivo e incierto se hace muy complicado. Podemos ser más eficientes, la agilidad operacional permite reducir costes, mejorar la calidad, llegar antes a los clientes y mejorar el ROI, extrayendo el máximo resultado de nuestros productos. Pero antes o después llegarán al final de su ciclo de vida y, a ser posible, dejando un bonito cadáver.

Ya no basta con eso, hay que buscar nuevos caladeros donde “extraer” valor de nuestros clientes. Este valor (ingresos) no es gratis, el usuario estará dispuesto a cederlo si y sólo si recibe valor a cambio. ¿Qué es valor para el usuario? Te toca descubrirlo. Una mala noticia: el valor para el usuario además cambia con el tiempo, por lo que además te tocará descubrirlo frecuentemente. Lo que funcionaba antes, no funciona ahora. Hay que reinventarse, buscar oportunidades y aprovecharlas. Es un proceso empírico de prueba y error, con el que incrementar continuamente el conocimiento validado de nuestros modelos de negocio. Agilidad Empresarial lo llaman y requiere cambiar la cultura de la empresa así como el estado mental de las personas.

3. Solucionar problemas reales de la gente

Las organizaciones dirigidas a obtener un cierto resultado económico tendrán cada vez más complicado identificar oportunidades sustanciales donde capturar valor. Su foco está en la eficiencia del proceso y no en qué quieren o necesitan sus clientes. ¿Pero por qué quedarse en sus actuales clientes? ¿Quienes podrían ser nuestros clientes? ¿En qué les podemos ayudar? ¿Qué valor podemos atrapar ahí afuera?

Tener una visión clara, ambiciosa y centrada en el cliente es el punto de partida desde el que diseñar una organización ágil. Define la visión, la misión y da capacidad y autonomía a los equipos para hacerla realidad. Después conecta los objetivos de la empresa y de estos equipos con el valor extraído a los usuarios gracias a los resultados que ellos obtengan y mídelo. Mide qué valor aportas a tus clientes. No es tanto un modelo como un marco de juego. Pasa de “vender un 10% más de hipotecas” a “conseguir que un 10% más de familias se muden a una nueva casa”. Esto cambia toda una organización.

4. Trabajar en un sitio que merezca la pena

Como trabajadores preferimos trabajar en una lugar donde “en tres meses hemos conseguido que 230 personas vivan en una nueva casa” a “que en tres meses hemos incrementado en un 10% el ROI del área de hipotecas”. Las conversaciones que se entablan por este cambio de paradigma no tienen nada que ver con las que se producen cuando se establecen objetivos únicamente económicos. No me malinterpretes, los indicadores económicos son importantes, pero si queremos ser ágiles, tenemos que poner foco en indicadores que midan el valor que aportamos a nuestros clientes, y alinearlos con el valor económico que nos generan.

Tener un propósito claro y alineado con los resultados de los clientes es mucho más motivador para los trabajadores. Es la guía principal para equipos multifuncionales, autosuficientes y auto-organizados, que son los que mejor conocen al cliente. Deja claro el qué, y que los que están más cerca del cliente decidan el cómo. La motivación de estos equipos es muy superior porque ofrecen realización por medio de un propósito, espacio para la creatividad para resolver problemas y autonomía para dar con una solución.

5. Causar un impacto positivo en el entorno

El estado mental que requiere centrarse en el usuario va más allá de nuestros propios clientes y obliga a pensar en modo “personas”, bien como potenciales clientes o porque de alguna forma la organización tiene o puede tener un impacto en ellas. Esto añade una visión hacia fuera de la organización, hacia otras organizaciones, hacia el entorno y hacia el medio que pesan cada vez más en el propósito y visión de las organizaciones. Las nuevas generaciones cada vez más tienen en cuenta los valores de la organización a la hora de elegir dónde y con quien colaborar (no trabajar). La hasta ahora asimétrica relación empresa-trabajador es cada vez más simétrica y las opiniones de los individuos ganan peso en las estrategias de las compañías. Las organizaciones ágiles, con un propósito claro y valores sociales fuertes, se llevarán el talento.

Aún estás a tiempo de iniciar el cambio en tu organización. Hoy mejor que mañana. La Transformación Evolución Digital es el único camino.

Be Agile or Die.

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Jorge Maestre

Ayudo a equipos y organizaciones a desarrollar su máximo potencial en contextos de trabajo más humanos.