Bebiendo el terroir: South Australia
Australia del Sur es a Australia lo que California a Estados Unidos: el estado vinícola por excelencia. Aquí se prensa una proporción cada vez mayor, ya casi la mitad, de todas las cosechas australianas y aquí se encuentran las organizaciones más importantes relacionadas con el vino y la investigación vinícola.
Situada a una latitud de 35º sur, Adelaida, capital de Australia Meridional, puede compararse con la Costa Central de California, en el aspecto climático. La brisa marina influye refrescando un clima que sería demasiado caluroso para producir vinos de gran calidad.
Iniciemos el recorrido de las principales zonas en su sector más septentrional: el Barossa Valley, sin duda alguna, el mayor distrito vinícola de gran calidad de Australia.
Los viñedos de Barossa se ubican en dos áreas principales: en el ondulado fondo del valle que sigue el curso del río North Para desde Lyndoch hasta el norte de Nuriootpa, y en las laderas del este. Los suelos son variados, desde marga pesada hasta arena ligera; algunos suelos necesitan cal para contrarrestar la acidez. Los subsuelos son de piedra caliza, arena de cuarzo y arcilla, y gredas rojas.
En el caluroso Barossa Valley se recurre al riego por goteo en los áridos veranos. Los terrenos del fondo del valle son mejores para los tintos fuertes; los terrenos a 300 y 400 m. de altitud en la cordillera de Barossa este son excelentes para los estilos de clima frío.
Clare valley es considerada como una de las más antiguas regiones vinícolas de Australia y es conocida por sus vinos riesling. El valle se posa a unos 120 kilómetros al norte de Adelaida. Es en realidad una serie de valles estrechos, que discurren principalmente de norte a sur, en una llanura elevada y con tipos de suelos muy distintos en cada uno.
En lo que se considera el núcleo meridional de la región, situado entre Watervale y Auburn, la región clásica del riesling, se encuentra parte de la famosa terra rossa a base de caliza, que produce rieslings perfumados y muy expresivos. La altura sobre el nivel del mar es de suma importancia y ninguno de los viñedos está a menos de 400 metros de altitud. La cresta de montañas del oeste son una bendición relativa. Protegen a los viñedos de los fríos y húmedos vientos de poniente. Sin embargo, Clare tiene uno de los índices más bajos de precipitaciones estivales de las mejores regiones vitivinícolas de Australia, y no le vendría mal un poco más de lluvia.
Eden Valley es un pequeño valle que se posa a 460 metros sobre el nivel del mar. Se trata de una región vinícola que comparte frontera con el Valle de Barossa. Se encuentra en un paisaje más elevado y más bonito que el de Barossa. Sus viñedos, plantados a 500 m, pero de manera mucho más esporádica que en el suelo del valle, se hallan dispersos entre montañas rocosas, caminos polvorientos, fincas rurales y campos de eucaliptos.
McLaren Vale es una región vinícola ubicada a unos 35 kilómetros al sur de Adelaide. La región es la cuna de la industria vinícola de Australia Meridional y alberga algunas de las vides más antiguas del mundo. Las primeras vides del Valle McLaren se plantaron en el año 1838. El clima mediterráneo del Valle McLaren ha creado las condiciones ideales para el cultivo de la vid. El cultivo de la variedad shiraz es el más importante de la región y representa casi la mitad de la producción total del área. El clima y el suelo producen una fruta de sabor intenso y un vino de profundo color púrpura que puede durar décadas en la botella.
En el extremo sudoeste de South Australia se encuentra la excelente región de Coonawarra. Son los viñedos más meridionales y, por tanto, los más fríos de Australia del Sur. La tierra es llana y, con el largo período de crecimiento, la gran intensidad de luz y la singular estructura del suelo, es perfecta para el cultivo de la vid.
La región es famosa por su particular suelo: la terra rosa, un tipo de suelo arcilloso de color rojo producido por la erosión de la piedra caliza.
Las subzonas
La Selección
Describiéndolos
Jacob’s Creek Chardonnay — Jacob’s Creek (Barossa Valley)
Cuando William Jacob inspeccionó por primera vez la región de Barossa, en 1839, acabó comprando con su hermano en Hundred of Moorooroo. Posteriormente se rebautizó Jacob’s Creek en honor a los hermanos Jacob, cuyas casitas continúan coronando el río.
Este Chardonnay es el buque insignia de la marca y está elaborado con un estilo simple, de baja acidez y un toque de roble, resulta consistente, fácil de beber, con sabores agradables. Se trata de un vino comercial excepcionalmente bien hecho. Nadie lo hace mejor.
Three Rivers Shiraz — Chris Ringland (Barossa Valley)
Aclamado como uno de los vinos de culto de Australia, solamente produce cada año menos 1000 botellas de este syrah. Se lo llama “Three Rivers” por la canción del cantante australiano de country Slim Dusty. Es uno de los pocos vinos 100 puntos Parker en esta parte del mundo.
Este tinto ofrece una explosiva nariz de frutos negros, y capas de crema de cassis, café y notas interesantes de grafito. En boca una increíble elegancia acompaña sus taninos maduros culminando con un largo final. De esos vinos creados para madurar en la cava.
The Florita Riesling — Jim Barry (Clare Valley)
Jim Barry Wines es una bodega familiar con sede en Clare Valley. Fue fundada en 1959 por Jim y Nancy Barry. Hoy en día está gestionada por Peter Barry, la segunda generación de esta familia de productores.
Son célebres sus rieslings y sobretodo del viñedo Florita, comprado por Barry en 1986. Amplio, exótico y con mucho sabor, el Florita tiene una exquisita calidad de textura en el paladar. Sus aromas evocan limón y lima, mandarina y pomelo. Tiene una veta mineral, que es uno de los rasgos distintivos de este viñedo. Como muchos Riesling de Clare, tiene la estructura necesaria para envejecer, pero tal vez sea mejor disfrutarlo joven, cuando la acidez y la fruta son mas aparentes.
The Armagh Shiraz — Jim Barry (Clare Valley)
En 1985, Barry puso a la venta el primer Armagh, elaborado a partir de cepas de bajo rendimiento que había plantado en 1968.
Quizas sea la apoteosis del syrah del sur de Australia: un vino solidamente concetrado y proporcionado. Es todo lo bueno que puede llegar a ser un syrah australiano (y eso es, sin duda, muy bueno).
Notas mentoladas, frutos rojos y negros bien vivaces y aromas terciarios de vainilla y especias dulces caracterizan su nariz. El paladar está muy bien estructurado, la jugosa acidez lo hace más accesible, con unos taninos elegantes y bien estructurados. El Armagh es un vino serio de una bodega seria.
Leonay Riesling — Leo Buring (Eden Valley)
Leonay era el nombre de la bodega original de Leo Buring en Barossa. Procede de un viñedo plantado a principio de los setenta.
Este riesling tiene una fragancia muy sutil y refinada de flores de cítricos con matices minerales y más florales. El paladar es finamente texturado y delicado, con gran línea y duración, acidez suave e integrada y una impresión general de armonía.
Hill of Grace — Henschke (Eden Valley)
El Hill oF Grace está situado tan sólo por detrás del Penfolds Grange entre los grandes tintos australianos, y es muy diferente a éste; procede de un solo viñedo y no de una mezcla de variedades, y busca elegancia antes que fuerza.
Este syrah presenta aromas de ciruela, mora y chocolate con taninos suaves y calcáreos y una enorme permanencia. Puede envejecerse con total confianza durante al menos diez años.
M3 Vineyard Chardonnay — Shaw & Smith (Adelaide Hills)
Esta bodega nació en 1989 cuando Martin Shaw y el Master of Wine Michael Hill-Smith decidieron llevar a cabo el viejo sueño de producir vino juntos. Desde la primera comercialización de este single vineyard en 2000, se ha distinguido por su equilibrio de fruta, acidez natural y roble.
Phoenix Cabernet Sauvignon — Penley Estate (Coonawarra)
En 1988 cuando Kym Tolley creó Penley Estate, quería continuar con el legado vitivinícola de las familias Penfold y Tolley, de las que desciende.
Este cabernet es un vino con aromas de grosella negra y cedro. La influencia del roble nuevo es relativamente pequeña, aunque el tanino de la madera
incorporado contribuye a dar al vino una estructura firme. Es apetecible siendo joven, aun cuando sea evidente el carácter vívido de la cabernet de Coonawarra, y puede beneficiarse de su almacenamiento durante cinco o más años.
