#Fintech: Qué hay tras la millonaria compra de Plaid

Jose Tomas Lobo
8 min readJan 27, 2020

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El año comenzó con interesantes noticias en el mundo de las fintech: Visa compra Plaid por una millonaria cifra. Pareciera lejano, pero esto marca un precedente para la industria financiera en Latinoamérica. Viviendo en Londres, la capital fintech del mundo, he podido conocer un par de insights que quiero compartir.

5,3 Billones de dólares (5.300 millones de dólares) fue la cifra que pagó Visa, la emisora de tarjetas de crédito, para adquirir Plaid, una startup que desarrolla APIs (Application Programming Interface. Para saber qué es una API puedes leer este medium o ver este video) de servicios financieros, que ayuda a los desarrolladores a compartir información financiera y bancaria de manera más fácil. Es lo que se llama un “Finance as a Service”.

Una de las cosas que más me llamó la atención de este acuerdo es la cifra. El monto es, casualmente (o no) el doble de su última valorización a fines de 2018, cuando tuvo una inversión de US$250 millones que la valorizó en US$2.4 Billones. ¿Por qué Visa pagaría el doble del valor de la valorización de una startup para comprarla en una cifra millonaria?

Primero, desde el punto de vista de Plaid. Algo que he aprendido es que muchas startups quieren llegar a su soñado IPO (Oferta Pública Inicial, por sus siglas en inglés) donde se abren a la bolsa, muchas personas compran acciones y los dueños hacen un gran negocio si logran mantener e incrementar el precio de la acción (como el caso de facebook, que luego de un año de su salida a la bolsa logró recuperar su precio y seguir subiendo luego de eso) o irse cuesta abajo (como Snapchat, que luego de tres años no ha logrado recuperar el precio de su acción). El gran John Freddy Vega de Platzi explica las IPOs en el contexto del desastre de WeWork y su frustrada IPO, en este video.

Entonces, ¿Por qué Plaid, teniendo un buen producto y un crecimiento sostenido, no esperó a hacer su IPO? Tiene que haber una gran oferta del otro lado de la mesa para que eso suceda. Recordemos que no es solo el dinero lo que buscan muchos fundadores de estas empresas de tecnología, sino que de alguna manera, revolucionar la industria en la que se desenvuelven. Eso apela directamente al ego de un@ emprendedor@, que en muchos casos, puede ser un driver mucho más poderoso que el dinero. Por otro lado, consejos como el del profesor de NYU Scott Galloway, son simplemente vender lo antes posible. Hacer un IPO exitoso tiene costos enormes para un emprendedor, tanto personales como monetarios.

Ahora, desde el punto de vista de Visa, ¿Por qué adquirir una startup al doble de su valor por esa cifra millonaria? La respuesta desde Visa vino en un deck que hicieron para justificar la inversión. Principalmente, se basan en tres razones:

Primero, que esta compra le entregará un acceso más profundo de un mercado que está explotando, el de las fintech. Esto porque, como mencionamos al principio, Plaid provee a otras startups de datos financieros a través de sus servicios de APIs. Segundo, le ayudaría a Visa a aumentar su crecimiento y tercero, proveer de un medio para expandir el TAM (Total Addressable Market, o el mercado total accesible, que se refiere al mercado disponible en cuanto a ganancias de un determinado producto o servicio). Este último punto es fundamental, ya que le permitiría a Visa acceder a una base atractiva de clientes de Plaid que le permite hacer crecer su mercado en el futuro.

La verdad de la milanesa es que Visa ve un potencial competidor que está teniendo buenos resultados (Visa había sido parte de la última ronda de inversión, por lo que se estima que tenía acceso a los resultados de Plaid) y que se maneja en un mundo donde ellos no son los expertos, que son las fintech. En vez de hacer un producto que compita contra ellos y que, probablemente, sea más deficiente, deciden comprarlos. Nada mal para los inversionistas de Plaid, quienes, según datos de CrunchBase, habían invertido US$310 millones de dólares.

Ahora bien, ¿Significa esto que Visa va por la vida comprando cada competidor? Por supuesto que no. De hecho, tuvimos la suerte de visitar el centro de innovación de Visa en Londres, donde trabajan creando y prototipando las nuevas aplicaciones finaniceras que puedan agregar valor a las personas. De lo que más me llamó la atención fue lo siguiente:

  • Sistema de pagos aplicado en el auto: En lo que la gente del centro de innovación llamaba el “auto del futuro”. La verdad, el diseño del auto es solo un prototipo de plástico que hace que la oficina se vea bastante cool. La innovación estaba en la aplicación al interior (prototipada en un iPad) que conectaba los servicios financieros al auto. “Visa, necesito cargar bencina”. Con esa instrucción la app buscaba la estación de servicio más cercano, marcando la ruta. “Entrar al cargador 2” mandaba la app, para poder cargar bencina, pagar automáticamente y salir de inmediato. Esto era aplicable a la compra de comida, pago de estacionamientos, etc.
  • Sistemas de pago: Para las tarjetas también tenían prototipos de innovaciones. Tarjetas de crédito con lector de huella, que permite evitar los fraudes, o el código CVV dinámico.
  • Informes de stock y ventas para pequeños negocios: A través de los sistemas de pago, con solo una máquina que tiene un costo aprox de US$250, se podía recibir pagos con tarjeta y entregar reportes de analítica para el negocio, que pueden ser fundamentales.
Visa Innovation Center, London, UK.
Visa Innovation Center, London, UK.

La innovación más importante era una que aún no habían logrado sacar del prototipo. Se trataba de un informe de emisiones de CO2 en base a las compras de los usuarios. Es decir, por comprar este pasaje de avión o esta comida, estoy generando X emisiones de CO2. Esto diseñaría un comportamiento de parte de las personas, al estar más concientes de sus emisiones. Lo mismo con los comercios, que tendrían que disponer de la data de sus emisiones reales, perimiendo a los consumidores hacer decisiones de compra más informadas y premiar a quienes tengan esa preocupación. En un mundo donde tenemos la obligación de ser más sustentables para sobrevivir, estos servicios pasan a tener vital relevancia.

A pesar de que no suenan como grandes innovaciones, son importantes porque buscan conectarse con algunas tendencias que se vienen fuertes en los próximos años en cuanto a la industria de Fintech. Como lo grafica Nik Milanovic, experto en Fintech de Google y columnista de TechCrunch, en sus predicciones para la siguiente década en cuanto a fintech. Milanovic plantea que los servicios financieros básicos se convertirán en protocolos abiertos, bajando las barreras para cualquier compañía para ofrecer productos financieros a sus clientes. En este episodio de un podcast llamado Equity (100% recomendable) hablan sobre por qué todas las startups son bancos (o quieren serlo). Y la verdad es que, con servicios como Plaid y muchos otros en la industria fintech, se hace muy sencillo ofrecer servicios financieros atados a una gran experiencia de usuario.

De hecho, desde mi punto de vista, todas las empresas en industrias que arriesgan desaparecer (agencias de turismo, pequeños retail) deberían iterar a convertirse en negocios financieros. En caso de tener un negocio que esté centrado en sus usuarios, sin duda que será exitoso. Mercados donde no hay mayor preocupación por los usuarios o corporaciones que siguen centradas en sus procesos por sobre los usuarios, tenderán a ser rápidamente reemplazadas por quienes los entiendan y les ofrezcan productos que no solo les resuelven el problema básico (servicios financieros) sino que además lo hacen centrados en ell@s. Hace unos días fui a un meetup organizado por la Sociedad de Fintech de UCL con David Hudson, el encargado de la estrategia digital de JP Morgan y conocido por ser una de las personas de temer y que reporta directamente al CEO. En su presentación, hablaba de los cuatro factores que agregan valor a los clientes:

David Hudson- UCL Fintech Society, January 2020, London UK

Sin duda la Cyberseguridad será uno de los factores más desafiantes para las organizaciones financieras alrededor del mundo, para entregar seguridad a sus usuarios. Pero además de eso, todos los otros factores se centran en la personalización y la experiencia de los usuarios. Con la tecnología disponible (y accesible para JP Morgan) las posibilidades de personalización se multiplican. Generalmente, las empresas tienen el presupuesto, pero son deficientes en la innovación, contrario a lo que sucede con las startups, donde hay alta disrupción y capacidad de iteración, pero bajo presupuesto. En este caso, con ambas en la mira, puede ser interesante de seguir en 2020. Las últimas inversiones de JP Morgan en Inteligencia Artificial nos hace ver que se tomaron en serio el rol.

“La gente necesita servicios financieros, pero no a los bancos” — Bill Gates

Esto abre un precedente importante para los grandes players de la industria financiera en nuestra región. En un mundo cada vez más conectado, estas noticias no pasan desapercibidas. Y, en mi humilde opinión, no es algo que inquiete mucho a los actores financieros en Chile o gran parte de Latinoamérica. Bill Gates en los noventa ya planteaba que la gente necesita servicios financieros, pero no necesita bancos. Continuando con el punto anterior, las organizaciones que entiendan su mercado como algo estático se verán mucho más amenazadas que aquellas que entiendan el dinamismo del mundo en que vivimos, donde la competencia está en quien agregue el mismo valor a mi usuario y los servicios financieros podrán convertirse en un commodity. Más aún, deberían tender a integrarse a otras aplicaciones de uso diario, como lo hace la app china WeChat. La red social o plataforma que primero interactúe con los usuarios será la que primero podrá ofrecerle servicios financieros. Y es sabido que la gente suele permanecer un buen tiempo y cotizar otros productos financieros en su primer banco.

Si es que alguien ha tenido experiencias utilizando servicios financieros de bancos tradicionales y de startups tales como Fintual u otra fuera del país, entenderá la (infinita) diferencia entre uno y otro. La mala noticia para la banca tradicional, es que estas innovaciones van a ser cada vez más comunes y fáciles de implementar. Hace unos días vi la portada del diario La Tercera, la publicidad de un banco que decía “Una cuenta que no te cobra por sacar plata”. Cuánto habrá costado ese aviso para anunciar algo que para los usuarios es mínimo.

Esta semana estaré en el Artificial Intelligence in Business and Ethics Summit, AIBE 2020, donde he tenido la suerte de ser parte del equipo organizador. La agenda del evento incluye desde la estrategia de AI (Artificial Intelligence) del Reino Unido; AI y desiciones basadas en data en el medio-ambiente; inversiones de VC (capitales de riesgo) basadas en AI, entre otras. Con speakers de Google, Amazon, Accenture, entre muchos otros, promete ser un gran evento. Más adelante les contaré los principales aprendizajes del encuentro.

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