La vida de un joven español 100 años atrás.

Jóvenes en Libertad
3 min readAug 12, 2020

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por Eduardo López

Yo nací en 1988, pero, por un momento, supongamos que hubiese nacido 100 años antes, en 1888.

Si hubiera nacido en Cuba, Puerto Rico o la Española (actual Dominicana), habría nacido en una provincia española. Llegado 1898, y comenzada ya la Guerra de la Independencia cubana, y con 10 años, mis padres hubiesen buscado, tal vez, un salvoconducto para volver a España, el cual podría haber sido Colombia.

Hubiese llegado a un país bello y verde. Sin embargo, en este país estalló la Guerra de los 1000 días en 1899, siendo una de las grandes guerras civiles conocidas, donde pereció el 10% de la población, originando la independencia del Canal de Panamá y el nacimiento o semilla de las actuales guerrillas. De alguna manera, mis padres hubieran buscado de nuevo la manera de volver a España.

Llegados a España, pasarían 14 años, por así decirlo, estables. Supongamos que en el año 1914 me encontrase, trabajando en Francia, o tal vez formándome en algún taller manufacturero como artesano o quién sabe si estudiando en alguna universidad francesa, pero hubiera tenido que volver a España durante 4 años debido al estallido de la Gran Guerra. Tras ésta, comienza entonces a expandirse en 1918 la famosa Gripe Española por todo el mundo. Me encontraría así con 30 años, tal vez hubiera encontrado el amor y me hubiera casado y tendría hijos o tal vez no, tener una familia me daría esperanzas de luchar en un mundo devastado.

Pasados los años 20, y una vez contenida la ya mencionada gripe, me encontraría en una postguerra europea, y decidiría emigrar y probar suerte, ya con 40 años en New York, esa ciudad de oportunidades, donde un año después se produce el Crack del 29. La mayor crisis económica conocida hasta el momento.
Por lo que, ya desesperado, hubiera decidido volver a mi querida España.

Justo al poco tiempo de mi llegada, en 1931, se produce un cambio político e institucional, donde el rey se va para evitar una guerra civil.
Son años difíciles, pero consigo trabajo y puedo emprender durante esos años, hasta que en 1936, estalla la Guerra Civil española, por lo que, una vez más, decido emigrar de nuevo a Francia, un lugar ya conocido.

Seguramente ya estaría algo cansado, y más si tuviera familia e hijos, pero tendría que luchar por ellos más que nada. Llegamos así con buena salud a 1937 y consigo empezar un negocio al norte de Francia, entre Alsacia y Lorena, frontera con la Alemania nazi.
Es cuando estalla la Segunda Guerra Mundial en 1939, pero decido aguantar, ya que el negocio va bien y cuento ya con 51 primaveras.

Con 57 inviernos a mis espaldas, y tras esta devastadora guerra, más brutal que ninguna otra, me encontraría ya muy cansado. Corre el año 1946, pero tal vez podría vivir en paz. De todos estos años, hubiera quizá pasado los mejores entre 1900 y 1912 en España.

Echando la vista un mundo no muy lejano, ¿de qué nos quejamos, si aún con esta pandemia lo tenemos todo? Tal vez si levantara la cabeza algún antepasado nuestro se extrañaría de los motivos de nuestras quejas.

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