Gloria Marín | Miembro de l’Assemblea de dones d’Elx

“Continuamos defendiendo el aborto libre y gratuito en la sanidad pública”

La lucha de los 80 se centraba en la legalización del aborto, su evolución ha desembocado en reivindicar las condiciones de su práctica

Judith Maldonado
3 min readJun 11, 2019
Gloria Marín lleva más de cuarenta años luchando por los derechos de las personas/Foto cedida

Gloria Marín (Socovos, 1955) llegó a Elche con 23 años para ejercer como profesora. Enseguida se unió a la Secretaría de la Mujer de Comisiones Obreras y, posteriormente, a l’Assemblea de dones d’Elx. Ha estado en las principales acciones feministas desde entonces, sobre todo en los comienzos de la lucha por la legalización del aborto en la década de los 80.

Durante esos años, abortar era ilegal pero se seguía haciendo de dos formas: o bien recurriendo a mujeres que lo practicaban o bien viajando a ciudades como Londres o Ámsterdam. Según cuenta Marín, “l’Assemblea de dones d’Elx hablaba con la persona afectada y le explicaba las posibilidades del viaje y la burocracia necesaria para realizarlo, como llevar el pasaporte. Según las circunstancias se elegía un destino, por ejemplo, si se tenían recursos económicos y viajaban solas, era conveniente ir a Londres; si por el contrario no tenían recursos y viajaban dos personas, se recomendaba alguna ciudad de Francia”. Esta información se ofrecía de forma privada a las mujeres.

Gloria Marín: “La lucha de los 80 se basaba en la solidaridad, las autoinculpaciones y la desobediencia civil”

Otra vía importante para abortar que resalta la activista eran los ginecólogos. Algunos de ellos, aunque públicamente estuvieran en contra del aborto, los practicaban clandestinamente por un precio muy elevado. “Ésto era negativo en el sentido de que estas personas tenían una doble moral. Recuerdo que una mujer nos contó cómo se lo habían provocado con dolor ya que, si no te ponen anestesia, es brutal y humillante para la mujer porque es como decirte: “aguanta que para eso follaste”, reivindica Marín.

La lucha de la época se basaba en la solidaridad con las mujeres que querían abortar, las autoinculpaciones y la desobediencia civil. Uno de los casos de apoyo local fue el de la mujer que conocían como Isabelita, aunque éste no fuera su nombre real, que Marín recuerda con especial cariño e importancia: “A Isabelita la denunciaron, detuvieron y encerraron, así que realizamos una campaña de solidaridad. El problema no era que la mujer practicara abortos, sino que acudían a ella porque no tenían otra opción por falta de recursos. Estas personas eran las que más sufrían porque ponían en peligro su vida”. Este caso se resolvió con éxito ya que lograron que pudiera regresar a su trabajo. Según la activista, “la solidaridad comenzó cuando el aborto era ilegal pero ha continuado como uno de los ejes en defensa del aborto”.

La activista afirma que “es necesario un cambio social que obligue a aplicar políticas adecuadas para mejorar la situación del aborto”

Las autoinculpaciones fueron una manera de romper la situación y presionar para conseguir frenar los juicios contra las mujeres que estaban abortando. A partir de un movimiento surgido en Francia, según relata Marín, en el país se hizo “una lista, que realmente no coincidía con las mujeres que habían abortado, pero en la que se apuntaron autoinculpaciones y se presentó ante el juzgado”.

El colectivo feminista siempre ha creído que es importante que la teoría reconozca el aborto como un derecho para que mejore la práctica. Por este motivo, se ha reivindicado el aborto libre y gratuito en la sanidad pública desde el primer momento. “No es lo mismo ir al médico y tener que convencerlo que acudir porque tienes derecho a hacerlo”, afirma Marín.

Según la activista, desde su visión como educadora, es necesario una transformación social que obligue a aplicar políticas adecuadas para evitar embarazos no deseados y mejorar la situación del aborto.

Marín cree que “la ley actual mejora para la mayoría de las mujeres en el período de 14 semanas, pero da más problemas con los que tienen que ver con malformaciones o casos más graves en el tramo de 14 a 22 semanas”. La ley debe mejorar el plazo en el que permite practicar abortos ya que considera que “es muy ajustado”. Éste es uno de los puntos en los que seguirá centrando sus esfuerzos por la lucha de unas condiciones favorables al aborto.

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Judith Maldonado

Periodista ilicitana, asociada de la Asociación de Periodistas de Elche. Graduada por la Universidad Miguel Hernández.