Magdalena Melgarejo | Responsable de la Secretaría de la Mujer de Comisiones Obreras de Elda durante los 80
“Un derecho no es una obligación, sino que tiene que ver con la libertad individual”
Melgarejo recuerda la lucha activa por la legalización del aborto durante los 80 como una época difícil llena de enfrentamientos
Magdalena Melgarejo (Jumilla, 1957) fue responsable de la Secretaria de la Mujer de Comisiones Obreras de Elda durante los 80 y participó activamente en la lucha feminista por los derechos de la mujer. Vive en Elche desde hace 26 años, ciudad en la que ha continuado luchando. Actualmente es portavoz de la Plataforma de Pensionistas de Elche.
La activista recuerda que un punto clave en las campañas a nivel estatal por la legalización del aborto eran las autoinculpaciones ante notario, un tipo de acción que también resalta su compañera del movimiento Gloria Marín. En el 85, durante unas Jornadas en Barcelona, “en una sala se practicaron abortos, se grabaron y se presentaron en una rueda de prensa”. Era una forma de luchar por el derecho al aborto a través de la desobedicencia civil.
Magdalena Melgarejo: “la Iglesia en España ha hecho mucho daño y tiene un peso muy fuerte al intentar culpabilizar a las mujeres de abortar”
A la Secretaría de la Mujer de Elda acudían mujeres a pedir direcciones de clínicas en las que poder abortar de forma clandestina. Melgarejo denuncia que “las personas que oficialmente se posicionaban en contra del aborto y hacían campañas mandaban a sus mujeres a Inglaterra y a Holanda a practicarles abortos, porque tenían medios económicos, mientras que otras mujeres en zonas rurales de España recurrían a las curanderas y a clínicas clandestinas”. Además, insiste en que “la derecha y la ultraderecha siempre han negado derechos como el divorcio y el aborto pero han sido los primeros en hacerlo” y que, en la actualidad, “Vox y los nuevos guardianes de la pureza y de la moral intentan que la sociedad retroceda”.
Blasa Coronado (Águilas, 1952), portavoz junto con Melgarejo de la Plataforma de Pensionistas de Elche, coincide con su compañera en que “la derecha en estos temas ha sido muy hipócrita porque ellos dicen ‘haz lo que yo te diga, pero no hagas lo que yo hago’”.
Además, Melgarejo destaca el papel de la Iglesia en el país: “la Iglesia en España ha hecho mucho daño y, nos guste o no, tiene un peso muy fuerte al intentar culpabilizar a las mujeres de abortar. Si hubiese hecho el mismo trabajo con la pederastia nos hubiera hecho un favor”.
Melgarejo insta a “defender los derechos conseguidos y sobre todo luchar contra la violencia machista, que se ha llevado más víctimas que el terrorismo de ETA”
Según relata la activista, en los 80 se ejercía excesiva violencia contra las manifestaciones. Fue una época que en la que se produjeron redadas, clínicas cerradas, médicos y personal en la cárcel. Pero no solo se producían altercados contra esta reivindicación. En Elda, ciudad en la que centró su lucha, Teófilo del Valle Pérez murió por los disparos de la Policía Armada durante una huelga del calzado, siendo considerado la primera víctima de la Transición española. Ahora, la violencia ha cambiado y se esconde detrás de las leyes como la Ley Mordaza: “Es necesario que esa ley se quite porque va en contra de la libertad de expresión y es un arma que utilizan lo gobiernos reaccionarios para amedrentar y paralizar a los movimientos sociales”.
Según Melgarejo, “las desigualdades entre hombres y mujeres se tienen que trabajar desde la cuna con medidas como compartir tareas de casa y tratar igual al hijo que a la hija”. En etapa de adolescencia, es primordial ofrecer “una adecuada educación sexual, facilitar el acceso a la información, realizar cursos educativos y favorecer el acceso a los métodos anticonceptivos en todas las administraciones públicas”. Para la activista, si se toman estas medidas, se evitará un amplio número de embarazos no deseados.
En el contexto nacional y mundial, Melgarejo cree que “el movimiento feminista tiene bastante trabajo y muchos frentes como la brecha salarial, vientres de alquiler o prostitución” pero que, principalmente, hay que “defender los derechos conseguidos, no retroceder ni un paso y sobre todo luchar contra la violencia machista, que se ha llevado más víctimas que el terrorismo de ETA”.
