Probé “Un día sin tecnología y en silencio”

Todos en algún momento, nos encontramos en una situación donde las obligaciones y “el hacer” ocupan mayor parte de nuestra energía.

Karelia Blum
6 min readJun 13, 2020
Images by Motoki Tonn and I’m Martin

¿Qué me motivó a experimentar con esta idea?

“Donde pones tu atención, pones tu energía”.

Nuestra energía no sólo se manifiesta en el plano físico o material, sino también a través de nuestros pensamientos, emociones y nuestro campo espiritual. Cuando esta energía fluye de manera caótica y casi automática, reducimos nuestra capacidad de actuar conscientemente.

Reflexionando alrededor de esta frase, me di cuenta que a pesar de dedicar tiempo a la meditación y otras actividades similares, aún existen momentos en los que termino dedicando la mayor parte de mi energía a las obligaciones pendientes y al final del día termino abrumada y muchas veces, insatisfecha.

Ciertamente, cuando toda nuestra energía se encuentra aferrada únicamente en el que-hacer o en cualquier otro patrón de tipo físico, mental o emocional, es señal de que existe un desbalance en nuestra vida.

Es así como surgió esta idea, siendo conscientes de esto, mi novio y yo, tomamos la decisión de escoger un día para hacer todo lo contrario.

Llegó el día

Decidimos alejarnos de nuestras herramientas de trabajo, celular, computadora o cualquier otro aparato electrónico. De esta manera, sería más fácil desconectarnos de la rutina.

Image by Motoki Tonn

Ambos queríamos conectar con nuestro interior y simplemente “ser”.

Por esto, también decidimos mantenernos en silencio, sin embargo, acordamos hablar sólo si era sumamente necesario.

¿Por qué en silencio? ¿Y qué abarca este silencio?

En ocasiones, las palabras suelen persuadirnos a no desarrollar nuestra capacidad de sentir, especialmente cuando permitimos que nuestra mente guíe todas nuestras decisiones.

La finalidad era no sólo silenciar la voz, sino también la mente. Y qué sucede cuando practicamos esto, emerge nuestra verdadera naturaleza como seres de luz, nuestra consciencia ya no se encuentra más en el plano físico, sino que se fusiona en el campo cuántico.

Observar en silencio, es para mi una terapia, una herramienta de descubrimiento y sanación personal. Nos ayuda a armonizar el ser, nuestro cuerpo mental, nuestro cuerpo físico, nuestro cuerpo emocional y nuestro cuerpo causal.

Definitivamente, es una terapia que recomiendo a quien quiera descubrir que nos está deteniendo en nuestra evolución espiritual.

La experiencia

Image by Jared Rice

Ese día desperté muy motivada, establecí una intención en mi corazón y empezamos.

Luego de tomar nuestro desayuno, sentí un llamado a la luz del sol que a esa hora de la mañana, ingresaba por la ventana de una de las habitaciones y reposaba sobre nuestros cristales.

El cielo estaba despejado, un celeste tenue se abría ante mis ojos mientras observaba placidamente como los cristales se recargaban con la luz y el calor del sol. Me sentí transportada a la mitad del claro de un bosque, en silencio y en paz absoluta.

Dejé mi cuerpo reposar junto a ellos, cerré los ojos y me dediqué a sentir la luz del sol en mi piel y en todo mi interior. Coloqué uno de los cuarzos en mi frente y me abrí a su ayuda, fue algo mágico.

Toda la mañana hasta pasado el almuerzo, me sentí motivada a meditar, a conectar con mi centro y a estirar el cuerpo. Muchas veces, no dedico el tiempo necesario a esta última actividad, así que me dejé llevar por aquellos ejercicios, asanas o estiramientos que se sentían bien.

Durante la tarde y la noche, se presentaron momentos de gran descubrimiento. Al principio, los sentí muy desafiantes, pero estaban allí para mostrarme algo.

Descubriendo cómo fui programada

Mi subconsciente estaba sacando a flote varios comportamientos a los que somos programados desde niños y que son síntomas que requieren acción de nuestra parte. Especialmente si deseamos vivir realmente la vida que deseamos.

Y es que, aunque parece difícil de creer, la mayor parte de nuestro día lo vivimos guiados por nuestro subconsciente; y, alrededor de un 70% de nuestro subconsciente ha sido programado de manera negativa.

Es allí donde radica el problema, la razón por la cual seguimos cometiendo los mismos errores, reaccionando negativamente ante diversas situaciones, aún cuando somos conscientes de que estos comportamientos no nos están ayudando a crecer y ser felices.

Me costó mucho poder reconocer cuáles eran estos programas, entender de donde venían y cómo han venido influyendo la manera en que percibo mi vida, mi propia realidad.

Observar sin juzgar.

Fue difícil, pero no imposible. Ser paciente, dócil y realizar una introspección con mucho amor me ayudó muchísimo esta vez.

Normalmente estos programas se esconden detrás de emociones muy densas, energías negativas que abarcan creencias que hemos aprendido desde niños y que nuestro subconsciente ha programado como positivas, cuando en realidad detrás de ese velo, yacen recuerdos, pensamientos y principalmente, comportamientos destructivos que consumen nuestra energía y nos impiden comandar nuestra propia realidad.

Cómo reprogramar nuestro subconsciente

Para poder reprogramar nuestro subconsciente, primero debemos aprender cómo acceder a él conscientemente.

La respuesta es la meditación. Es aquí donde nuestra atención no se encuentra más en el plano físico sino en nuestro interior. Esto produce que nuestras ondas cerebrales disminuyan de Beta (estado de consciencia) a Alfa, Theta o Delta (estado subconsciente).

Cuando logramos esto, nuestra mente ya no está analizando más, sino que nos encontramos sumergidos en el plano cuántico, en el plano espiritual. Aquí estamos listos para experimentar un estado de armonía, donde tenemos la oportunidad de re-programar nuestro subconsciente incluyendo vivencias pasadas, patrones de comportamiento, creencias y todo aquello que sentimos que es tiempo de dejar ir.

Que aprendí

Image by I’m Martin

Siento una gratitud infinita con esta experiencia. Me ayudó a liberarme en una magnitud que no esperaba percibir. Aprendí más de mi misma y a apreciar la compasión desde otro punto de vista.

Naturalmente, somos seres que habitamos más allá de lo que los ojos pueden ver y las palabras pueden describir.

Finalmente, reafirmé una lección muy bella, cuando abrimos nuestro corazón con una intención pura hacia la luz de la unidad, fuente de toda la creación universal, eventos maravillosos sucederán.

Si resuena en ti la idea de experimentar “un día sin tecnología y en silencio”, adelante! conectarse con uno mismo trae aprendizaje, sanación y mucho amor.

También existen prácticas como el yoga, meditación, tai-chi, que nos ayudan a enfocar nuestra energía en campos más sutiles y a encontrar nuestro balance holístico.

Cada uno de nosotros somos seres únicos y evolucionamos de diferentes maneras. Te animo a re-descubrirte y sembrar una semilla en tu interior. La semilla del amor.

Con amor,
Karelia 🪶

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Karelia Blum

Superándome a mí misma ❤️ para vivir en unidad. Escritora 🌎 artista 🎨 y alquimista 🧙‍♀️ [Viajera de la Vida]