Emergencia cultural
La Rioja que no imaginábamos.
El concepto de emergencia se relaciona estrechamente con los conceptos de autoorganización y superveniencia, y se define en oposición a los conceptos de reduccionismo y dualismo.
Hace unos días terminaron el primer encuentro de culturas autogestivas del noroeste y la feria del libro. Este viernes se superpone un Festival Social emergente con el 3er encuentro de Tecno Lab, y el sábado se espera que explote el Paseo Cultural con una gran concurrencia en la 4ta Otakai de La Rioja organizada por los mas jóvenes . Ademas de estos eventos, vienen sucediendo cada vez mas seguido muestras, charlas y espectáculos para todos los gustos.
Ya no es extraño debatir a donde cenamos o vamos a bailar. Hay restauranes con reserva, 4 cines, salas que rebosan en días de estreno y los domingos un parque repleto de familias disfrutando de su día libre. ¿Se acuerdan como era La Rioja hace unos años?
Hace 5 años una jornada de arte emergente en el Club Social difundía durante meses su convocatoria abierta para ampliar espacios, para que todos tuvieran la misma posibilidad de mostrar sus trabajos y exponer la abundancia. En aquel entonces, entre no tantos, debatíamos como la escasez de lugares y propuestas cercenaban los hábitos de participación. Hoy jornadas de similares características gozan con una intervención tan entusiasta que invitan a artistas locales, que quedaron fuera de la grilla, a anotarse para próximas ediciones.
¿Y que sucedió en el medio? La emergencia cultural riojana sucedió.
La emergencia es un proceso de aparición de estructuras complejas a partir de reglas simples. Un fenómeno emergente se manifiesta en un patrón global (macro) que nace como resultado de la interrelación de distintos procesos de nivel micro.
Antes las cosas eran mucho mas simples, casi toda la oferta cultural pasaba por el mismo lugar, se filtraba en una misma institución, los referentes eran pocos y los contenidos, por lo general, se referían a las mismas cosas. Cualquier variante en la oferta o se sometía a lobby para existir en espacios comunes o existía en la marginalidad. Nos restringía la ilusión de que el mundo era así y que ahí acababa. “Es lo que hay” era una expresión compartida como un sentimiento de resignación popular que nos caracterizaba y muchos creían que la única posibilidad de expandir horizontes era migrando geográficamente.
Pero el mundo cambio y se volvió mas complejo de golpe y sin reconocer fronteras. La facilidad de conexión humana apareció para cambiarlo todo en muy poco tiempo y al status quo de la cultura riojana se le escapo la tortuga. Muchas puertas que permanecían cerradas tuvieron porteros que ignoraban como las ventanas abiertas se multiplicaban, y así, una cosa llevo a la otra y muchas cosas jamas podrán ser como eran.
Hace menos de 10 años cuando un mural era tapiado para ocultar su contenido leíamos comentarios justificando que después de todo la obra “lo merecía”. Hoy cuando se tapan murales o a un artista le levantan una muestra sin mucha explicación, una multitud se solidariza por redes sociales repudiando el acto de censura. Algo bueno nos esta pasando.
Como en todo proceso de cambio cultural existen resistencias, y mucho más en una región donde la tradición y la historia han sido los valores culturales mejor instalados. Aun nos falta mucho para superar algunas atrofias arraigadas, como el dilema del prisionero por ejemplo. Pero hace 10 años no hubiéramos imaginado posible que casi 2000 chicos de entre 12 y 20 años hayan comprado su entrada para asistir a un evento auto gestado por un par de pibes que los convocan, con diversas actividades, a expresar su pasión por la cultura del fan, el anime y manga.
Por experiencia personal, me atrevo a decir, que esta emergencia inicio hace rato, pero en la practica recién se hace contundente hace un par de años. Cuando hicimos el primer NuArt en 2010 el habito era otro. Por ejemplo, cuando vino Piscitelli a la multitudinaria Feria del libro en 2011 apenas llenamos media sala, y la misma propuesta, casi sin difusión, cuatro años después, nos encontró con la sala del Club Social colmada. Del primer TEDx al último los niveles de participación tuvieron tal asenso que nos dejo de preocupar la convocatoria y el reto paso a ser poder dar respuesta a las demandas. Antes, lo difícil era llegar a mostrar algo y que la gente participara, ahora el desafío esta en crear propuestas atractivas que estén a la altura de las expectativas y las demandas de la gente.
Este nuevo panorama beneficia a todos los actores ignorados por los monopolios de la cultura, por ende es apenas el inicio de una emergencia cultural vibrante, que se organiza sin organizaciones y que no le pertenece a nadie para que nos pertenezca a todos.