¿Cómo actuaremos después del COVID 19?

Lizette Brenes
4 min readMar 27, 2020

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Liz Brenes

La humanidad deja la vida lineal y empieza la vida exponencial. El COVID-19 más que una pandemia, se convirtió en el primer reto planetario de la era exponencial. Queda atrás la vida predecible, en la que una profesión y un trabajo ocupaban un papel central, en la que los países apuntaban al crecimiento económico como prioridad y las empresas querían el máximo rendimiento y crecimiento.

Millones de personas y organizaciones están desaprendiendo, probando, aprendiendo y mezclando en diferentes áreas de sus vidas y de forma intensa y acelerada. Estas acciones conforman el ciclo que modifica el sistema operativo de las personas para vivir en la era exponencial. Cinco saltos evolutivos en el pensamiento y comportamiento se darán gracias a la oportunidad que representa esta pandemia.

  1. Apuntar a la luna

El primer salto evolutivo en la forma de actuar será apuntar a la luna. Significa, por un lado, acelerar los esfuerzos espaciales, especialmente los ecosistemas cerrados habitables. Por otro lado, es priorizar el bienestar de la población sobre el crecimiento económico. Repensar la riqueza y la pobreza.

En los últimos tiempos las mediciones tradicionales perdieron su importancia. Como planteó Jacinda Arden en Davos (2018): ¿de que sirve el crecimiento económico si crece también la cantidad de personas sin hogar, desempleadas o con enfermedades mentales?

Probablemente sea alto el porcentaje de personas que se queden sin trabajo, pero será más alto el porcentaje de personas que repiensan lo que hacen, donde lo hacen y para qué lo hacen. Crecerá la cantidad de personas que deciden reinventarse, una vez que se dan cuenta de lo que significa tener tiempo libre, pero no libertad.

2. Elegir la tecnología para co-vivir

El segundo salto evolutivo es la oportunidad de descubrir mejores formas de aprovechar la tecnología para co-vivir, co-crear y co-liderar. El uso intensivo de las opciones tecnológicas ya crece exponencialmente con esta pandemia.

Porque en la vida exponencial se hace necesario desarrollar un nuevo tipo de destrezas: las destrezas colectivas. La tecnología para que todas las personas tengan una mejor vida, ya existe, el reto es aprovecharla de forma diferente.

3. Priorizar la empatía y confianza

Mientras que las estructuras tradicionales que daban confianza, la podrían perder. Con la confianza en las manos se comprende que resulta central la confianza en si mismo y en la capacidad para desaprender, probar, aprender y mezclar. El resto de la confianza será compartida con personas, medios y colectivos que muestran empatía más que autoridad.

4. Cultivar la autonomía

El cuarto salto evolutivo se refiere a cultivar la autonomía. Generar energía eléctrica sostenible, producir alimentos e imprimir ropa, comida o cosas, conectarse para co-crear, son actividades que pueden ser realizadas por las familias en el lugar que habiten. Lo que necesitan es salud, conocimiento y tecnologías que son accesibles para la mayoría de las familias.

Esta época ha sido una oportunidad para la interacción de cinco generaciones de personas quienes complementen sus perspectivas y capacidades. Las familias y cada uno de sus miembros pueden escalar su nivel de autonomía y promover su contribución ideal.

5. Estar mejor preparados para otro evento planetario

El quinto salto evolutivo se refiere a las nuevas capacidades para enfrentar los retos planetarios y tomar decisiones en la vida exponencial

Para tomar decisiones, según el modelo de Boone y Snowden (2007) se puede estar en cuatro diferentes contextos. El primero, donde la relación causa-efecto es obvia y por consiguiente, las decisiones, como en este caso: lavarse las manos. El segundo, definido como “complicado”, en el que la relación causa-efecto, requiere la generación de conocimiento y especialistas que definan soluciones. En este caso, los científicos que estudian el comportamiento del virus y una posible vacuna. Estos contextos se enmarcan en el ámbito de lo predecible.

El tercero, es el contexto complejo, en el que las relaciones causa y efecto solo se pueden ver en retrospectiva, por lo que se convierte en una invitación a experimentar, por lo que emergen prácticas innovadoras. El cuarto contexto es el caótico, donde no es posible ver la relación causa-efecto y la toma de decisiones se orienta a “triage” o priorizar lo que se debe atender y hacerlo en ese orden. Estos contextos se enmarcan en el ámbito de lo impredecible.

¿Qué sucede cuando estamos ante los cuatro contextos al mismo tiempo? Lo que sucede es que aprendemos a tomar decisiones en diferentes direcciones, experimentamos, investigamos, priorizamos y promovemos las acciones obvias.

El escenario de COVID 19 es ideal para preparar a la humanidad para la vida exponencial. La brújula de la vida en el siglo pasado apuntaba hacia una dirección, la de esta época apunta hacia varias direcciones y esa mezcla de varias rutas es la nueva vida exponencial.

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