¿Cuál es tu toalla?

Flexibles para servir en lo cotidiano

Lisi Clark
3 min readMay 4, 2022

“Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía; así que se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba en la cintura”. — Juan 13:3–5

“¿Puedo usar yo una toalla como Él la utilizó? Las toallas, los platos, las sandalias, y todas las demás cosas tan ordinarias de nuestras vidas revelan de qué estamos hechos más rápido que ninguna otra cosa”. — Oswald Chambers, En pos de lo supremo

Cinco toallas dobladas de lino en tonos neutros reposan sobre una balda de madera.
Foto: Maite Oñate /Unsplash

Dice Chambers que los que siguen a Jesús a menudo esperan crisis o circunstancias extraordinarias para demostrar su fe. Pero Jesús utilizó una toalla corriente para lavar los pies de sus discípulos. Queremos organizar nuestras circunstancias para “servir a Dios”, cuando en realidad Él nos da oportunidades de servicio y misión a diario.

La toalla es casi un objeto universal, desde la toalla de algodón egipcio en un hotel de cinco estrellas hasta la toalla desechable en el baño de una gasolinera. Nuestra toalla de servicio está lista para usar, estemos donde estemos. Aunque nuestro entorno no sea nada especial, Dios lo ha preparado, y es el mejor marco para poner de manifiesto quién es Él.

La toalla además tiene la ventaja de ser suave, flexible, portátil, retando nuestra rigidez y pudiendo estar siempre presente en las circunstancias más aleatorias. Hagamos planes que sean documentos abiertos editables por Dios.

“La misión busca oportunidades en las dificultades”, señala el autor Timothy Keller en Gálatas para ti, partiendo de que no estaba en los planes del apóstol Pablo predicar a los gálatas, sino que fue un desvío en su itinerario por una enfermedad. Gracias a la dolorosa demora que Dios permitió en su vida, cientos de personas fueron transformadas. Escribe Keller:

“La mayoría de nosotros puede contar historias personales de cómo Dios obró en nuestras vidas o en las vidas a nuestro alrededor a través de errores, ‘desastres’, penas y cambios de planes, a menudo mucho más que a través de nuestras acciones y metas deliberadas”.

Por último, ¿qué nos motiva a utilizar la toalla? La dignidad y majestuosidad de Jesús en Juan 13 nos roba el aliento. No está haciendo otra cosa que representar su identidad y misión:

“siendo por naturaleza Dios… se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo… se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte ¡y muerte de cruz!” — Filipenses 2:5–8

“Vuestra actitud debe ser como la de Cristo Jesús”: si Él — ¡Él! — dejó su gloria y acabó en el corredor de la muerte por nuestra raza traidora, ¿qué menos que utilizar nuestra simple toalla donde nos haya puesto?

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