Volver a Nacer: «A veces, la costumbre te vuelve estúpido»
La costumbre te vuelve estúpido y te sume en una espiral de repetición, de conformismo, de soledad, y te impide ver lo que ocurre a tu alrededor, lo realmente esencial.
El pasado domingo 4 de diciembre, tuve la oportunidad de asistir al cierre de la primera temporada de Volver a Nacer, montaje teatral producido por la compañía de teatro La Máscara del Sacristán y dirigido y actuado por Gerald Havliczek Silva, en compañía de Lindsay Contardo Wirth, coprotagonista; y Miguel Ángel Díaz, encargado de musicalizar la obra.
Volver a Nacer nos sumerge en el mundo de dos hermanos, Antonio y Lucía, y nos muestra cómo es un día de su vida. Mediante sus juegos y conversaciones más íntimas, estos mellizos peliazules nos llevan de la mano por sus sueños, sus ambiciones y sus miedos, y presentan –de un modo brutalmente honesto– la realidad que perciben de la gente: la falta de comunicación, la hipocresía y la pretensión. Al tiempo que Miguel Ángel acompaña, como un personaje más de este curioso mundo, a nuestros protagonistas con su música.
Te cuestionarás, reirás, llorarás y, finalmente, te quedarás con un mensaje esperanzador.
El elenco utiliza un atrezo sencillo, pero efectivo. Elementos precisos para lograr contar su historia de un modo dinámico. Además, logra romper la cuarta muralla en varias ocasiones, haciéndonos sentir parte de la trama. La iluminación y la música juegan un rol fundamental, y se deja entrever un excelente trabajo de todo el equipo al lograr un nivel de sincronía perfecto.
Habrá una segunda temporada, aunque sin fecha definida aún (pero se los haré saber). Recomiendo totalmente esta obra a todo el mundo. Podría ayudarte, como a mí, a dar ese primer paso, a ganar ese coraje que necesitas para bajarte del tren y comenzar la vida que realmente quieres tener. Es un viaje cargado de emociones, es una muestra de vulnerabilidad humana; la desesperación por trascender y no caer en el olvido; el deseo de escapar, de volver a empezar, de volver a nacer.