Los (anti) consejos para una pareja en búsqueda de la mapaternidad

Belén Rey
6 min readMay 2, 2020

--

En estos 27 meses de búsqueda de la maternidad, además de aprender mucho, escuché todo tipo de consejos y palabras de aliento de personas del entorno más cercano y no tan cercano, eso que se suele denominar como “tribu”.

Realmente, en este camino de tratamientos de fertilidad, para mí fueron indispensables los espacios y conversaciones para “sacar afuera” sentimientos, emociones y preocupaciones. Y es que, como escribí en mis 7 aprendizajes, contar con un entorno que brinde soporte y acompañamiento ayuda un montón para pasar mejor todo el proceso. Pero así como ayudan, determinados comentarios o sugerencias, a veces pueden provocar el efecto adverso.

Ustedes dirán, “bueno, las querés todas. Cada uno brinda el consejo que mejor le sale, no hay malas intenciones”. Y está claro que no se trata de personas mal intencionadas. Creo que cada charla que tuve con diversas personas en ninguna percibí eso, quizás sí cierta incomodidad o el “no saber qué decir”.

Lo que sí noté es que a veces sin mala intención, decimos cosas, que pueden o no ser hirientes, pero que no terminan de construir o alentar a quien está afrontando un tratamiento de fertilidad. O, al menos, eso me pasaba a mí.

El objetivo de mi segundo artículo es compartirles algunos (anti) consejos que me transmitieron en este camino y que, quizás está bueno tener presentes por si nos toca en algún momento conversar con una persona que está atravesando este proceso.

Mi punto de partida en este aspecto es: no solemos saber quién de nuestro entorno está en búsqueda de un embarazo. Si lo sabemos, no tenemos ni la menor idea cómo está llevando ese camino y cuáles son sus emociones más profundas. De esta forma, algo que aprendí, a partir de haberlo vivido en primera persona, es que hay que evitar los comentarios como: “¿Y? ¿Para cuándo el bebé?”o “Mucho viaje, mucho trabajo, ¿pero cuándo agrandan la familia?” y similares. No saben cuánto pesan esos comentarios cuando estás acumulando frustraciones mes a mes por no quedar.

Antes de pasar por tratamientos de fertilidad, yo "jugaba" en el equipo de los que hacía ese tipo de comentarios a personas de la familia, a amig@s y compañer@s de trabajo. Hoy me doy cuenta lo equivocada que estaba y cómo la estaba pifiando. En torno a esto, no solo aprendí a dejar de hacer esas preguntas por el simple hecho de que no soy nadie para opinar sobre cómo otras personas planifican o dejan de planificar su familia, sino también porque parecen comentarios amigables y divertidos, pero pueden no serlo para quien lo recibe.

PH. www.mamichamaternidad.com

Establecido mi punto de partida, y considerando que uno de mis aprendizajes en este proceso es que hay que llevarlo con humor, haré mi “top 3 de los anti-consejos que recibí” en este tiempo.

  1. Tienen que tener paciencia, dicen que cuando te relajas y dejas de pensar en el tema, quedas embarazada”. Desde que empezamos nuestra búsqueda hasta que llegó Gino, dejé uno de mis dos trabajos, empecé natación 2 a 3 veces por semana, tuvimos la suerte de poder planificar vacaciones y “escapadas” para relajar (bien organizadas en mis días ‘más fértiles’), empecé yoga, hice reiki… Lamento comunicar que toda la relajación no fue suficiente. Ojalá fuera solo una cuestión de relajarse. Está comprobado que el stress no colabora, y no quiero negar eso, pero no es lo único. De hecho, también se sabe que muchas parejas no pueden lograr la concepción por problemas físicos concretos, que requieren algún tipo de intervención médica. Por lo tanto, reducirlo a un tema de stress y paciencia me parece muy poco atinado.
    También, el consejo de “dejá de pensar en el tema” es poco práctico. Estoy convencida que ninguna pareja en búsqueda del embarazo está queriendo pensar en ese tema todo el tiempo, de hecho le gustaría hasta poder pensar menos pero no siempre se puede lograr. El deseo, la ansiedad, los nervios y los mismos tiempos del tratamiento hacen que sea muy difícil olvidar el tema y “relajarse”. En este aspecto, propongo que en vez de decir “relajate y no pienses” digamos “¿Tenés ganas de hacer una caminata así te despejas?” o “¿Cómo te puedo ayudar a relajarte o pensar en otra cosa?”.
  2. Sos muy joven, tenés tiempo, relájate que ya va a llegar”. Eso me lo dijeron varias personas pero una de ellas fue un médico. Yo por dentro pensaba: claro Roberto, yo entiendo, pero tengo el deseo de ser mamá ahora, a esta edad. Lo vengo buscando hace más de un año, no me conforma ser joven y que me cuentes que muchas mujeres queden embarazadas a los 40. La tan escuchada frase: “sos joven para ser mamá”, ¿desde qué observador se dice? Digo, lo que es joven para mí, no lo es para vos.
    Es un hecho que hoy gracias al avance de la medicina se logra el embarazo a edades que hace unos años era inimaginable pero eso quizás es alentador para algunas mujeres, no necesariamente a todas. A mí por lo menos no me conformaba saber que había empezado a buscar a los 28 años y tenía más de 12 años por delante.
  3. Qué increíble todo lo que te pasa, nosotros un mes sin cuidarnos, y ya llegóy en la misma línea: Me enteré que estaba embarazada a los 2 meses. ¡¿Como hiciste Mabel?! Yo sé hasta el minuto y el segundo en el que me tiene que venir, sé cuánto me duelen los ovarios, cuántas toallitas higiénicas uso cada vez que me viene, y vos… ¿NO te diste cuenta que estabas embarazada? ¿No se te hincharon las tetas? ¿No tenias sueño? Realmente no entiendo.

Cuando contaba lo que me estaba pasando a alguien no esperaba una respuesta mágica que me saque el dolor, ni tampoco la fórmula exacta para lograr el embarazo. La mayoría de las veces lo único que buscaba era desahogarme, sentirme escuchada, acompañada. También soy (o era) del equipo de los que siempre tienen que tener algo para aconsejar o sugerir ante un conflicto que me comparte alguien. Sin embargo, por lo menos en temas de fertilidad, a mi me alcanzaba con muchísimo menos.

Con este artículo no quiero sonar desagradecida con todas aquellas personas que me acompañaron en el camino de búsqueda. Solo brindar algunas herramientas que sí pueden ser efectivas para acompañar. La primera es la escucha activa. Cuando cursaba la diplomatura en Inteligencia Emocional me dijeron una vez “habla solo cuando tus palabras puedan mejorar tus silencios”. Y creo que esa frase resume en gran medida lo que me pasaba mientras estaba atravesando mis tratamientos de fertilidad. Lo que más necesitaba era que me escuchen, y sentirme escuchada. La mayoría de las veces no pretendía una respuesta, o “la fórmula para resolver lo que me estaba ocurriendo” pero sí buscaba una escucha activa, esas en las que la mirada, el tiempo, el cuerpo conecta con el otro y logra apaciguar el tormento de pensamientos.

La segunda forma de acompañar es mostrarse cercano sin invadir. Un mensajito de “estoy acá, si me necesitas avisame” o “¿Necesitas salir a caminar o despejarte?”. Abrir la puerta para ayudar a desagotar la mente o a despejarla pero respetando los tiempos de la otra persona. Personalmente me pasaba que EL día que me venía la colorada indeseada, sobre todo cuando hacía ya varios meses que veníamos buscando y realizando distintos tipos de tratamiento, lo único que quería era llorar. Necesitaba desagotar la ilusión que tenía en forma de lágrimas. Una vez que había hecho eso, contar lo que me pasaba o salir a hacer otras cosas me re ayudaba a salir del foco.

La tercera forma de acompañar puede estar ligada a estar presente. Los tratamientos de fertilidad y los estudios que te permiten llegar a ellos son bastante invasivos y, por más de que no sean invasivos, suelen conllevar una carga emocional muy fuerte. Cada ecografía de monitoreo de ovulación para mi era un tema: ¿Vendrá todo bien? ¿Podremos seguir con el tratamiento? ¿Me encontrarán algo?

Yo tuve la suerte de que mi compañero contó con mucha flexibilidad y apoyo de su trabajo para estar presente en cada consulta, estudio o intervención. Sé que esto, lamentablemente, no le pasa a todas las mujeres. En este aspecto, como amigos o familiares cercanos, quizás podemos acompañar a la mujer para que no esté sola en este tipo de consultas.

Como todo en la vida, no hay recetas únicas. Tampoco tengo la fórmula de Coca Cola. Pero sí quiero compartir lo que a mi me ayudó y lo que no. Ojalá que estos humildes consejos los ayuden a ayudar a alguien que esté atravesando este camino.

--

--

Belén Rey

Mamá de Gino. Precastinadora, apasionada y siempre para adelante. Amante de los proyectos con propósito #Educación #Emprendedores #Oratoria. #ElFuturoEsFemenino