Estamos bombardeados de contenido, videos, embajadores, tuits, posteos, shares, campañas, concursos y lives. En ese contexto es importante precisar algo. Les pasa a las personas. Y a las marcas. Piensa en ese minuto en el que, ya sea como persona (artista, emprendedor, propietario de una pyme, consultor, etc) estás con miedo e indeciso sobre qué hacer o, como marca, empiezas a cuestionar y congelarte sobre cómo saltar a la piscina y qué hacer en digital…
Simple.
Si eres persona, empieza a comportarte como una marca y crea contenido como si fueras una. Establece un foco, busca y encuentra tu tono y estilo o forma de comunicar favorita. Y comunica. Todo el tiempo. Documenta lo que haces. Lo que piensas. Entrega información de valor al resto que demuestre tu grado de expertise sobre un tema en particular. Pero agregando valor y no solo creando promoción por promoción.
Y si eres una marca, es hora que te des cuenta que eres más que eso. Tienes doble capacidad: de poder conectarte como persona y establecer vínculos (y realmente de resolverle los reclamos a tu comunidad) y, en paralelo, de comportarte como un medio. Es hora de producir contenido que salga de lo estrictamente publicitario. Olvídate del formato afiche o aviso de diario o del comercial de TV llevado a Youtube. Cambia el foco. Todavía estás a tiempo.