El orgullo ateo de Richard Dawkins

Manuel Pulido Mendoza
Morir sin dios
Published in
2 min readFeb 13, 2018

Hoy finalmente acabé de leer este libro de Richard Dawkins. Había empezado la versión en inglés (The God Delusion, 2006), pero me cansé a la mitad. Lo encontré muy denso. Luego vi que había edición Kindle en español y lo releí y acabé. Es una apología del ateísmo. Aquellos que no quieran ver confrontadas sus creencias religiosas, mejor deberían evitarlo, corren el riesgo de volverse ateos. De todos modos es un libro que ataca más la hipótesis de la existencia de un Dios personal, de raigambre abrahamánica, que la idea politeísta o panteísta. Se mete poco con los budistas e hinduístas. Si tienes credos new age no te sentirás muy aludido.

Me gustó la idea de que pueda haber algo así como un orgullo ateo que nos saque del clóset y la idea de que no hay niños cristianos, musulmanes o judíos, como no hay niños keynesianos, liberales o marxistas. Hasta que el niño no expresa libremente su opinión madura, solo puede decirse que es un niño o niña hijo o hija de ateo o de católico o de monetarista.

Su apasionada defensa de la teoría de la evolución de Darwin, de la posibilidad de la complejidad no diseñada y su defensa implícita de los órdenes espontáneos y la democracia liberal fue otro punto a favor del libro.

Creo que nadie duda ya de que la Biblia, pese a su valor cultural y literario, no es fuente de conocimiento científico. Más polémico es el hecho de decir que es posible ser ateo y ético o moral, aunque para los que somos defensores de una ética laica, no hay polémica posible.

El punto flojo del libro para mí es que no abunda mucho en cómo convencer a los agnósticos y a los “creyentes en la creencia” de que se puede encontrar consuelo y alivio ante el infortunio, la pérdida o la muerte fuera de la creencia religiosa. Es el tema que estoy investigando ahora.

--

--