¡El rinconcito pop del manifiesto!
Tuca y Bertie es una serie animada adulta disponible en Netflix, creada por Lisa Hanawalt, quién también participó del diseño y creación de otra serie muy exitosa, Bojack Horseman, su primo hermano con quién comparte parte de las reglas del universo — sus personajes son animales antropomorfos, pero T&B lo lleva un paso más adelante- hay hasta plantas y bichos antropomorfos, para describir un mundo realmente delirante, surrealista pero lleno de matices y puns al respecto.
Tuca y Bertie sigue la historia de dos pajaritas treintañeras, Tuca (con la voz de Tiffany Hadish) el tucán extrovertido, estridente y despelotado y Bertie (con la voz de Ali Wong, conocida “standupera” y escritora de comedia) un zorzal bastante más terrenal pero soñadora y un poco ansiosa, en una relación con Speckle (con la voz de Steve Yeun, conocido por su rol de Glenn en “The Walking Dead”) un pájaro petirrojo muy tradicional y con su vida bastante arreglada.
Con un argumento muy sólido, en un universo muy rico, lo bueno de Tuca y Bertie es que subvierte bastante las expectativas de los tropos presentados: no es una comedia clásica sobre una amiga extrovertida que sale con su amiga introvertida y su novio serio, sino que solo es un punto de partida para que los personajes se desarrollen y rompan completamente con los estereotipos para mostrar el dilema que afrontamos los millenials: no tenemos idea qué carajo estamos haciendo y cuán solos nos sentimos al respecto.
Y acá el por qué escribo esto: lamentablemente a pesar del gran éxito y ser muy aclamada por la crítica, Netflix decidió cancelar esta hermosa serie. Y yo pretendo explicar por qué es importante que estas series existan.
Tuca y Bertie subvierte completamente todas los cánones de qué es y cómo debe hacerse comedia, es una serie comprometida a mostrar personajes reales (paradójicamente en un mundo surrealista) llenos de matices; los personajes se sienten incluso más reales que en su primo Bojack, que atraviesan problemas que nos son comunes a toda una generación, desde una perspectiva bellísima y constructiva.
No solo puede trazar líneas sobre problemas generacionales: la ansiedad de no saber qué hacer con tu vida, los problemas con viejas amistades y tomar caminos distintos, qué significa crecer, cómo lidiar con problemas de salud mental a medida que lo haces pero la manera en que usa la comedia para retratar estos temas.
T&B logra hacer comedia de tópicos jodidos como el acoso sexual laboral, la ansiedad, la precarización laboral, el bajo acceso a vivienda, etc. desde una perspectiva novedosa: el chiste no es “ja! te acosan sexualmente, que divertido!” como en muchas mediocres comedias, el remate del chiste no es que es gracioso el acoso en sí poniendo foco en quién lo transita, sino lo que sucede alrededor. El contexto, el surrealismo y el absurdo que existe en esas situaciones nos permiten reírnos de las mismas, incluso de una manera que es terapéutica y constructiva y no nos revictimiza.
Y esto es para todos los que dicen “ya no se puede hacer más chistes” claro que se puede, ¡T&B te enseña cómo! pero si el chiste es reírnos del acoso sexual, que sea desde una perspectiva que no se trate de humillar a quienes lo transitaron, porque en definitiva ¿por qué querrías lastimar a otra persona deliberadamente? eso no es humor, es una búsqueda propia de sadismo, y en definitiva, no es gracioso. No es gracioso, no porque sea un tópico “fuera de los límites”, no es gracioso porque hace 100 años que están haciendo el mismo chiste reciclado “ja! te acosaron sexualmente, que gracioso!”: lo escuchamos 10000 veces por minuto en cada sitcom pedorra que sacó Warner en los últimos 40 años. No es gracioso porque ya no es gracioso.
Y esto es lo bueno de la representación y de T&B: está escrito por mujeres y personas de identidades racializadas no blancas, que pueden traer a contexto muchísimos tópicos que transitan, desde una perspectiva “nueva”: la comedia planteada subvierte de qué reírnos y por qué, simplemente dándole espacio a alguien más a que cuente sobre su mundo y que es lo gracioso en el mismo; y es porque las mujeres (y todas las identidades subalternas) conocemos la oscuridad de aquello que transitamos, y es desde esa oscuridad que la mejor comedia nace, podemos hacer comedia de una forma muchísimo más subversiva y estridente que cualquier salame haciendo chistes sobre mujeres trans y travestis cree que puede hacer, porque conocemos el dolor, y eso, es nafta para la mejor comedia.
No deberían darnos un espacio porque “somos mujeres” o cualquier identidad subalterna, deberían darnos espacio porque tenemos narrativas importantes que contar, llenas de matices que otras identidades pierden en el camino, que subvierte las expectativas, que son interesantes, que modifican la manera en que nos relacionamos con nuestro dolor, y que sobre todo, son graciosas y gratas de ver.
Asi que si, pueden hacer humor con “lo que sea”, el problema no es que ciertos tópicos están fuera de los límites: sino que ustedes son vagos y simplemente malos haciendo reír a la gente, contando los mismos chistes que hace 40 años. Y nosotrXs, estamos cansadXs.
Consiganse chistes nuevos, algunos que realmente importen. Como los de Tuca y Bertie. Y eso solo ocurre en la diversidad.
También hay muchas tetas animadas y bien hechas (nadie nunca le pega a las tetas) realmente sorprendente 10/10.
ML.