El Seno Materno

Mariana Beatriz
4 min readMay 22, 2019

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Hace unos años, mi papá me confesó con timidez que había ido a un curandero. No me acuerdo bien de qué estábamos hablando, pero sí recuerdo que hice un gesto socarrón y me reí. Él, que ama lo solemne, frunció un poquito la boca y dijo muy serio “con tu madre”. Me dejé de reír. “Estábamos tan desesperados que lo intentamos todo. Le dió unos yuyos.” Mamá murió unos meses más tarde.

Pero mamá también viajó por el mundo. Viajó a Nueva York. Todo fue pagado por su jefe, el presidente de la Fundación para el Estudio de Enfermedades Neurometabólicas, su amigo, el Dr. Chamoles, alguien que se murió antes de que pudiera agradecerle todo lo que hizo por ella y por mí (me pagó por años una prepaga que el apretadito sueldo de mi padre no podía costear).

Bueno, me fui por las ramas, pero la historia de Chamoles lo valía. Mamá viajó a Nueva York a hacerse ver la teta. El cáncer había reaparecido y no con menos energías. Los médicos de Estados Unidos le fueron muy sinceros: señora, acá no hay nada que hacer. Llegó muy tarde. Y así mamá se volvió a la Argentina con muchas fotos de ardillas y una angustia que al día de hoy no puedo imaginar.

Bueno, entonces mamá se murió, mamá viajó, y ahora agrego una más: mamá usó peluca y prótesis mamaria.

¡Tarada! Miro los pocos videos que me quedan de vos y me enojo.

¡Una prótesis mamaria y una peluca, como si fueras la drag queen de la quimioterapia! ¡Horneando con peluca enfrente de tu hija! ¡Con el calor que debía hacer en esa cocina! ¡Seguro la cabeza te transpiraba, pavota! Marche un baño de deconstrucción al más allá.

Cerremos ya la narrativa lacrimosa: murió, viajó a Nueva York, y mamá usó peluca y prótesis mamaria porque no quería asustar a su hija. No estaba buscando seducir hombres ni salir en las revistas de moda. No estaba luciendo una “cabellera hegemónica” por gusto. Se sacaba la peluca y la prótesis antes de irse a dormir y las ocultaba de mi vista, no de la vista de su esposo. Bah, intentaba ocultar. Como si mi pasatiempo preferido no hubiera sido meterme en su habitación, acariciar todo en silencio, y desear tener mi propia peluca y mi propia prótesis algún día.

Tres pequeñas respuestas a la nota “No es color de rosa”

(www.pagina12.com.ar/194276-no-es-color-de-rosa)

Mamá se murió

1) “Como todo dispositivo de control sobre los cuerpos feminizados se empezó a emitir el mantra salvador: si te hacés los chequeos te salvás”

Decir que “si te hacés los chequeos, te salvás” es un “mantra salvador” podría costarle la vida a alguien. Así de fácil. Y que se publique esto en un diario es un acto irresponsable: si no te hacés los chequeos a tiempo, después puede pasarte que llegues muy tarde. Mamá se murió. Y andá a escribir una carta de lectores a Página 12 después.

La gente del National Cancer Insitute dice que el estadio en el cual el cáncer es diagnosticado determina las posibilidades de que la o el paciente sobrevivan. Por favor, háganse los chequeos. Mas información acá: https://seer.cancer.gov/statfacts/html/breast.html

Mamá viajó a Nueva York

2) “La elección, para ella, no es entre la medicina y terapias alternativas, sino sobre formas de concebir la salud y la enfermedad”

Y aquí es cuando las amigas se disparan en el propio pie de la manera más desastrosa. Al presentar al cáncer como un problema mental, la carga termina siendo enteramente depositada en los hombros de la enferma. No mamá, el problema no fue que tardaste mucho en hacerte tratar. El problema fue que concebiste todo mal. Mama viajó a Nueva York al pedo.

Es claro que cada persona tiene que buscar un tratamiento que se adapte a su organismo. Pero ello no excluye que cada elección deba ser contextualizada por conocimientos médicos. Hay tratamientos que funcionan más que otros. La mamografía no cura el cáncer, como bien dicen nuestras amigas mientras citan a una autora que a su vez cita “Effect of Three Decades of Screening Mammography on Breast-Cancer Incidence” por Bleyer & Welch (2012). Pero lo que no saben es que ese paper también termina diciendo que la muerte por cáncer de mama bajó POR LO MENOS un 28% gracias a las mamografías (y hay números que apuntan hasta el 65%).

Mamá usó peluca y prótesis mamaria

3) “La perspectiva feminista es hipercrítica del lazo rosa”

La “perspectiva feminista” no es decretada por tres o cuatro mujeres. No puede serlo. Porque si así lo fuera, se mordería la cola a sí misma. Por eso intento pensar mi práctica feminista principalmente como un ejercicio escéptico y no dogmático. Ante cualquier evento importante que se me presenta en la vida, me detengo y me pregunto qué dispositivos patriarcales podrían estar operando allí.

Mamá no se puso “dos voluminosas tetas” porque necesitaba atraer más hombres. Mamá no lució una peluca en la intimidad de su casa porque era una mujer oprimida. Mamá hizo lo que quiso, y se preocupó por cuidar las últimas memorias mías y, por qué no, las suyas. Hay muchas maneras en las cuales un cuerpo enfermo puede empoderarse, y ella eligió el suyo. Mamá usó peluca y prótesis mamaria porque ella quería.

Y esa es la perspectiva feminista que yo también quiero tener.

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