2019 : La mutación.

Escribo esta reflexión a modo de “call to action”, porque de manera personal he descubierto que las cosas se vuelven realidad cuando salen de mi cabeza.

Mariana Pedroza
2 min readJan 14, 2019

Admito tener cierta patología con exponerme, con mostrar, con hablar demasiado. Me queda claro que cada que escribo me desgasto un poco, pierdo materia y también riego sustancia. Estoy consciente que creer que mis palabras sobrevivirán o significarán algo es engañarme, no soy yo quien debe reconocerlo.

Me repito estas palabras unas 10 veces para poder encontrar que cosas son las que debo reconocer. Anoto en mi Laika A5: — Lo que tengo que reconocer es el ritmo que genera mi pie izquierdo cuando escucha notas que le hacen sentido. Darme cuenta de los cuerpos celestes que giran a mi alrededor en días como ese miércoles por la noche, que recibí la noticia más triste de mi vida , y porqué no, el cosquilleo que se siente en las yemas de los dedos cuando no he abierto Instagram y ya son las 8 de la mañana.

Doy un sobro a mi té negro con tapioca, fiel compañero de tardes de sábado de escritura y continuo con la reflexión : — Debo observar la dirección hacia la que están viendo mis manos y de la misma forma dejarlas que tejan historias, tal como lo he hecho con mis pies. Para observar mejor con las manos debo darle más espacio al silencio, ese espacio en el que la falta de todo hará posible la mutación. —

Estas notas me obligan a reconocer que toda mutación necesita cierta rebeldía, como fuerza gravitatoria y como textura fundamental. Es ahí donde me nace la necesidad de enlistar las cosas contra las que debo revelarme y desdibujar lo que fueron:

  1. Me rebelo contra los libros que se quedan solos en los libreros por falta de ojos que les presenten atención, también contra las lágrimas no derramadas que construyen estanques en la memoria.
  2. Me rebelo contra los barcos que navegan sin brújula dentro de mis entrañas y contra la comodidad de no hacer nada con los privilegios que tengo.
  3. Me rebelo contra los platos de comida que se enfrían por miedo a ser devorados, también de los abrazos huérfanos y de los sueños no escuchados.
  4. Me rebelo contra el cansancio infinito de no ser nosotros, contra el pecado original y todos esos fantasmas que me apartan del camino a ser yo misma.

Creo que 4 rebeldías son más que suficientes, me conformo con esas. Las publico para ver si en la presión social, la incongruencia , los memes y el tumulto también encuentro la libertad.

¿y tú, que rebeldías necesitas este 2019?

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Mariana Pedroza

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