El Gasto Cardiaco

Martin E. Lucena H.
4 min readMay 30, 2023

El gasto cardíaco es una medida importante de la función del corazón. Se refiere a la cantidad de sangre que el corazón bombea por minuto y se calcula multiplicando la frecuencia cardíaca por el volumen sistólico. El volumen sistólico es la cantidad de sangre expulsada por el corazón en cada latido.

Perfusión y Gasto Cardiaco

El gasto cardíaco es esencial para mantener la adecuada perfusión de los tejidos y órganos del cuerpo. Si el gasto cardíaco es insuficiente, el cuerpo no recibe suficiente oxígeno y nutrientes, lo que puede llevar a la hipoxia tisular y la disfunción de los órganos. Por otro lado, si el gasto cardíaco es demasiado alto, puede ser un signo de un corazón que está trabajando demasiado y puede aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca y otros problemas de salud.

Factores que afectan el gasto cardiaco

El gasto cardíaco puede verse afectado por varios factores. La frecuencia cardíaca puede aumentar o disminuir en respuesta a una variedad de estímulos, como el ejercicio, el estrés y las enfermedades. El volumen sistólico también puede variar, según la cantidad de sangre que regresa al corazón después de su paso por el cuerpo. Esto se conoce como el retorno venoso, y está influenciado por la posición del cuerpo, la actividad física, la presión arterial y otros factores.

Ecocardiografía

Una forma de evaluar el gasto cardíaco es a través de la ecocardiografía, que utiliza ultrasonido para medir el volumen sistólico y otros parámetros del corazón. Otras pruebas que pueden ayudar a evaluar el gasto cardíaco incluyen la resonancia magnética cardiaca y la tomografía por emisión de positrones.

Acciones medicamentosas

El gasto cardíaco también puede ser modificado mediante el tratamiento de enfermedades cardiovasculares subyacentes, como la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardíaca. Los medicamentos que afectan la frecuencia cardíaca y la contractilidad del corazón también pueden ser útiles en algunos casos.

Hay varias enfermedades cardiovasculares que pueden afectar el gasto cardíaco. Algunas de las más comunes incluyen:

  1. Enfermedad coronaria: esta enfermedad se produce cuando las arterias coronarias que suministran sangre al corazón se estrechan debido a la acumulación de placa. Esto puede reducir el flujo de sangre al corazón, lo que puede disminuir el gasto cardíaco.
  2. Insuficiencia cardíaca: esta enfermedad ocurre cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo. La insuficiencia cardíaca puede ser causada por una variedad de factores, como la enfermedad coronaria, la hipertensión arterial, la enfermedad valvular y otros problemas del corazón.
  3. Hipertensión arterial: la hipertensión arterial, o presión arterial alta, puede hacer que el corazón trabaje más duro para bombear sangre a través del cuerpo. A largo plazo, esto puede causar una disminución en el gasto cardíaco.
  4. Arritmias cardíacas: las arritmias cardíacas son trastornos del ritmo cardíaco que pueden afectar el gasto cardíaco. Si el corazón late demasiado rápido, como en la fibrilación auricular, puede disminuir el llenado ventricular y, por lo tanto, disminuir el gasto cardíaco. Si el corazón late demasiado lento, como en el bloqueo auriculoventricular, también puede disminuir el gasto cardíaco.
  5. Enfermedades valvulares: las enfermedades valvulares, como la estenosis o la insuficiencia valvular, pueden afectar el flujo sanguíneo a través del corazón y reducir el gasto cardíaco.
  6. Miocardiopatías: las miocardiopatías son enfermedades que afectan el músculo cardíaco y pueden disminuir la capacidad del corazón para bombear sangre, lo que puede disminuir el gasto cardíaco.

Es importante destacar que, muchas veces, las enfermedades cardiovasculares pueden ser asintomáticas en las primeras etapas, por lo que es fundamental acudir al médico ante cualquier señal de alerta, como dolor en el pecho, dificultad para respirar, mareos o desmayos. Además, llevar un estilo de vida saludable, como seguir una dieta equilibrada, hacer actividad física regularmente, no fumar y controlar la presión arterial y el colesterol, puede ayudar a prevenir o retrasar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y mantener un gasto cardíaco óptimo.

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