Reconocer nuestra sombra

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4 min readAug 13, 2022

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Tal como afirmaba Carl Jung, cada persona lleva dentro un Dr. Jekyll y un Mr. Hyde: una persona que busca la bondad y ser agradable y otra malvada y hasta cruel. Sin embargo, la cultura, la sociedad y nuestra propia historia nos han empujado a esconder emociones y conductas desagradables como rabia, asco, envidia, celos, resentimiento, además de un cúmulo de frustraciones, experiencias vergonzosas y dolorosas: miedos, inseguridades, rencores y otras heridas emocionales que nos han marcado a lo largo de nuestra vida.

Aprender a reconocer tu sombra y trabajar sobre ella

La sombra es toda esa parte que nos desagrada de nosotros mismos y que no queremos reconocer como propia, pero que fácilmente podemos ver en otros y criticamos o rechazamos.

Existe una conexión entre la sombra y la cultura, donde todo lo que percibimos como “negativo” de nosotros mismos, lo negamos tanto, que ni siquiera podemos mirarlo y se asoma en lo que rechazamos, y en lo que no podemos aceptar. ¿Cuánto poder, cuánta capacidad de elección perdemos por no poder mostrar esa parte de nuestros deseos, sueños o elecciones? ¿Cuánto de nuestro ser “artistas” se esconde debajo de los “deber- ser” y la libertad queda en las sombras? Reconocer, aceptar y gestionar la sombra, significa ser valientes y caminar hacia nuestra autenticidad y vulnerabilidad.

También existe un lado blanco de la sombra. Está formado por aquellas cualidades que nos agradan, que poseemos y somos, y por las que sentimos orgullo. Sin embargo no permitimos que otras personas las vean porque socialmente son símbolos de debilidad. Por ejemplo, se puede tener en la sombra la ternura, la sensibilidad y el éxito. Desde nuestra infancia, nos enseñan a no mostrar ciertas actitudes o no presumir de algunas cualidades. Y por lo que puedan pensar los demás y cubrir nuestra necesidad de aceptación y pertenencia al grupo, elegimos no expresarlas.

5 maneras de observar nuestra sombra

  1. Comportamientos de otras personas.

Se puede observar en esos sentimientos dramatizados y en el volumen de la emoción, cuando se dicen frases como: “¡No puedo creer que fuera tan irresponsable!”. “No comprendo cómo puede ser tan desleal”, “¡Qué mala persona es!”.

2. En los comentarios de otras personas hacia nosotros.

Nuestras relaciones nos sirven de espejo, observa cada comentario negativo que recibes: “Es la segunda vez que llegas tarde sin avisar”, y todos los comentarios que te generan culpa.

3. Momentos de impulsividad y lapsus mentales.

Cuando se habla irreflexivamente y después se dice: “¡No quise expresarlo así!”, “¿Yo he dicho eso?”.

4. Sentimientos de humillación.

Cuando estamos en una situación en la que sentimos que la otra persona nos humilla y pensamos: Y sentimos vergûenza por ello.

5. Reacción ante los errores de otras personas.

La podemos percibir cuando tenemos emociones fuertes frente a las quejas y el enfado de los demás y criticamos sus errores. Quizás reaccionamos de forma desproporcionada para la situación. Sumamos dramatismo o rencor y decimos: “¡Nunca hace las cosas a tiempo!”. “Siempre igual. Es imposible creerle en lo que dice“.

Uno no se ilumina imaginando figuras de luz Carl Jung.

¿Cómo trabajar con nuestra sombra?

Todos somos luces y sombras. Reconocer la sombra requiere una buena dosis de valentía, confianza y motivación. Requiere también un alto grado de autoestima. También es importante entrenar la mente para la aceptación y la integración de la sombra.

Si por definición la sombra es inconsciente quiere decir que estamos sometidos a ella. Jung define el arquetipo sombra como el aspecto inconsciente de la personalidad caracterizado por rasgos y actitudes que el Yo Consciente no reconoce como propios. El inconsciente lucha por mostrarse, pero es reprimido continuamente. La sombra está formada por energía psíquica reprimida que se proyecta en el exterior. La más usual es la que conocemos como “luchar para ser bueno”. Por eso Jung decía: “Prefiero ser un individuo completo que una persona buena”.

También tenemos creencias-sombra que son las que controlan nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros comportamientos. Cada experiencia de la vida es una oportunidad de elegir de nuevo, una oportunidad de enmendar viejos errores que nos permite crecer, experimentar y desarrollarnos.

Todos tenemos una doble historia, la que mostramos y con la que nos identificamos y la que ocultamos y a la que rechazamos. A aquello que rechazamos lo llamamos ‘la historia detrás de la historia’. Es justamente esta historia oculta la que nos hace repetir situaciones, dramas y patrones que no nos benefician, una y otra vez.

Cada persona tiene su sombra y una manera de empezar a detectarla es cambiar nuestro diálogo interno y aprender a distinguir que cuando nos quejamos de algo o de alguien nos estamos quejando de algo propio. Deja de calificar tu sombra como algo malo y trata de observarla sin emitir juicios. Sácala a la luz y afróntala, de ello depende tu bienestar. Acéptala y transfórmala en una fortaleza, de eso depende tu crecimiento personal.

Enfrentar nuestra sombra y aceptarla es algo que se trabaja mucho en el coaching, tanto con nosotros mismos como con nuestros coachees.

Mariana Cieplinski
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