5 ideas para fortalecer I+D+I en Paraguay

Matías Insaurralde
8 min readAug 14, 2019

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En las últimas semanas hemos visto discusiones sobre temas muy relevantes para el futuro de Paraguay, entre ellos podemos citar la visión de “Paraguay 2023” y la renegociación del Tratado de Itaipú, el dilema del juicio político, los cambios en el acceso a las DDJJ y en menor medida la crisis en CONACYT, que según se informó oficialmente, desencadenará en un cambio de autoridades:

El 9 de agosto se publicó el Decreto Nº 2314 que conforma un “equipo impulsor para la elaboración de estrategia nacional de innovación”, por supuesto este es un tema transversal que implica ciencia, tecnología y otras áreas más. A continuación, algunas ideas y críticas que pueden servir para el debate:

1 — Se debe evaluar cuál es el impacto real de las incubadoras que reciben fondos de CONACYT. Cuando solicité una lista de las empresas incubadas por estas entidades, dicha información no me fue proporcionada. Para tener una idea, el proyecto DeTIEC (Desarrollo Tecnológico, Innovación y Evaluación de la Conformidad) ejecutó aproximadamente Gs. 27.490.864.370 entre 2011 y 2018, unos 6 millones de dólares, según se menciona en este enlace. Una parte de este presupuesto se destinó al ítem denominado “creación o fortalecimiento de incubadoras de empresas”:

Fuente: Solicitud 23079

La financiación fue con contrapartida y los montos proporcionados por CONACYT a las incubadoras se distribuyeron así:

Si bien existe un resumen ejecutivo con importantes sugerencias para iniciativas futuras, no se encuentra información pública con detalles del rendimiento de cada incubadora. Además el resumen habla de que se incubaron unas 40 empresas, ¿se puede calcular un costo estimado por empresa incubada? ¿Fue eficiente el gasto? Es muy importante hacer este análisis.

También preocupa que no existe información pública sobre la actividad de las entidades privadas que percibieron fondos como incubadoras.

Otro punto importante es: ¿son estas incubadoras únicamente para empresas de base tecnológica o se incuban empresas de cualquier tipo? En una publicación de la Municipalidad de Asunción se menciona que la incubadora de CEMUPE busca “incentivar a niños y adolescentes en el arte y acompañar el proceso de creación de microempresas del rubro musical”.

Por último, según se puede leer aquí, INCUNA incubó 31 empresas en aprox. 10 años, ¿tenemos métricas de todo este proceso, funciona el modelo? ¿Cuál es el costo anual de esta incubadora?

Un documento que puede aportar al tema es el informe reciente de INCUPAR que se puede encontrar aquí.

2 — Ampliar nuestras métricas de ciencia y tecnología, son insuficientes para medir el impacto. Las métricas de Paraguay que miden actividades científicas y gasto en I+D empezaron a recopilarse bastante tarde si las comparamos con los demás países de la región, a esto se suma otro problema que describiré en el siguiente párrafo. Podemos comprobar los datos que venimos recopilando hasta ahora en el sitio de CONACYT como en el de RICYT (Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interamericana, apoyada por la Organización de Estados Iberoamericanos). Si observamos el primer reporte de CONACYT (2001) sobre los indicadores de ciencia y tecnología, encontraremos innumerables citas de Mario Albornoz y su libro “Indicadores y Política Científica y Tecnológica”. Mario es un investigador argentino que viene estudiando la política científica desde hace varias décadas. En un libro en el que también participó, titulado “Las universidades, pilares de la ciencia y la tecnología en América Latina”, se menciona lo siguiente:

Si bien existe información sobre el personal, los recursos económicos y los resultados de la I+D en las universidades latinoamericanas, hay un vacío considerable de información comparable en un punto crítico: la vinculación de las universidades con su entorno socioeconómico. En una región caracterizada por el rol protagónico de estas instituciones en la producción de conocimiento, por un bajo dinamismo innovador de las empresas y por fuertes demandas sociales, medir la interacción de las universidades con la sociedad y el sector productivo es vital para aproximarse al impacto social de la ciencia y la tecnología.

Una publicación reciente presentada en IATED por investigadores ecuatorianos hace referencia a este problema y sugiere, al igual que Albornoz, la utilización del Manual de Valencia, un manual elaborado por OICTS (Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, La Tecnología y la Sociedad) y RICYT. Dicho manual contiene una propuesta de indicadores que busca medir la interacción entre la universidad y la sociedad (su impacto socioeconómico). Estos son algunos de los indicadores definidos por el Manual de Valencia:

Fuente: Publicación

En mi opinión incentivar el uso de estas métricas puede ayudarnos a revisar el gasto público y los resultados asociados a actividades científicas e inversión en I+D (en Paraguay, el Estado financia una buena parte de estas dos actividades, por no decir la totalidad), como también entender mejor el impacto de los proyectos relacionados a emprendedurismo, incubadoras, etc. Es de suma importancia considerando que nuestra inversión es débil.

Los indicadores que propone el manual abarcan también las actividades de extensión, la divulgación fuera del área académica, las pasantías y las colaboraciones en general. En fin, este es un tema que se debería discutir entre CONACYT y las universidades, con miras a entender en dónde estamos parados y qué aspectos fortalecer.

3 — Mejorar la evaluación de los proyectos de innovación. Esto es muy similar al punto 1, entre las actividades que financia CONACYT se encuentra la de incentivar innovación en empresas. La evaluación final de lo que fue el proyecto DeTIEC deja mucho que desear ya que afirma que no todos los beneficiarios participaron de la misma, o se negaron a proveer los datos solicitados (¡los más importantes!):

Fuente: CONACYT

Por otro lado, cuando empezábamos a discutir sobre la #AgendaDigital hace unos meses, tampoco encontramos informes o evaluaciones de los programas de capital semilla que se dieron en el marco de InnovandoPY. Se debe tener en cuenta esto para iniciativas futuras.

4 — Articular mejor las actividades de entidades relacionadas a innovación y emprendedurismo. Tengo entendido que existen varias entidades a nivel gobierno, relacionadas al tema de innovación y emprendedurismo, DINAEM, Centro del Emprendedor (SNPP), CEMUPE (Municipalidad de Asunción), etc. Este tema me llamó la atención en junio cuando se publicó al respecto de las charlas de emprendedurismo pagadas por MITIC, por un monto de Gs. 200.000.000. Para tener una referencia, este monto representa casi la mitad del presupuesto del Viceministerio de MIPYMES del cual DINAEM también forma parte y en mi opinión los indicadores y metas de estos últimos se encuentran mucho mejor establecidos. DINAEM realiza charlas y capacitaciones sobre el mismo contenido por el cual se pagaron 200 millones, ¿podemos evitar el doble gasto?

Presupuesto de VM de MIPYMES y DINAEM, fuente aquí

5 — Transparentar y potenciar el Parque Tecnológico Itaipú (PTI-PY). La UKSPA (United Kingdom Park Association) define los parques tecnológicos como iniciativas de negocio y transferencia tecnológica, destinadas a fomentar los emprendimientos y la creación de conocimiento. Países como México, Brasil, Colombia, Suecia y especialmente China vienen aprovechando este modelo desde hace varias décadas.

El PTI-PY es el único parque tecnológico de Paraguay, fue creado en 2003 y es financiado por Itaipú. Las políticas públicas relacionadas a ciencia, tecnología e innovación deberían buscar la forma de aprovechar este espacio. El último pedido de información que realicé al respecto no fue respondido.

Actualmente no sabemos en detalle qué tipo de actividades se vienen dando en el PTI-PY, tampoco sabemos sobre su situación financiera o producción científica, ¿hay equilibrio? ¿cuánto se destina a actividades científicas? La única fuente pública en la que podemos hallar algunas pistas es un informe de la Contraloría General de la República en el que se investigan sospechas de malversación en el parque.

En el 2011/2012 el Congreso solicitó información al respecto del PTI:

Estos son los puntos más interesantes que plantea el pedido:

En mi investigación sobre los parques tecnológicos en el mundo vengo recopilando información sobre unos 400 parques con la idea de analizar sus condiciones, impacto, etc. y entender cuáles son las ventajas y las limitaciones del modelo. La transparencia es una parte importante de muchos de ellos. Disponibilizan información como las patentes solicitadas, publicaciones científicas, etc. Tan solo al otro lado del río, la versión brasilera del Parque Tecnológico de Itaipú, publica libros producidos por ellos, estados financieros e incluso un plan estratégico 2024. El segundo factor importante es la forma en la que se evalúa el impacto del parque, si bien la literatura académica presenta una serie de casos, existe cierto consenso sobre métricas como el gasto en I+D de las empresas que se encuentran dentro del parque, impacto en la economía regional, etc. En China la política de los parques tecnológicos es estricta y requiere a las empresas invertir al menos el 3% de su recaudación en actividades de I+D, además de estar sujetas a un chequeo periódico que las hace perder sus incentivos fiscales si no lo cumplen (Wang et al., 2014).

Me parece que si no estamos haciendo que este modelo funcione como tal, estamos desaprovechando un espacio interesante, el cual no descarto que reciba más fondos en el futuro.

6 — Conclusión

Una publicación reciente de Journal Of Economic Perspectives, titulada “A toolkit of policies to promote innovation”, hace un análisis muy interesante del impacto de las políticas de innovación en el tiempo. Sugiere que los incentivos fiscales, la financiación pública directa (con las evaluaciones correctas) y la inmigración especializada (opino que esta política aplicaría más a los países desarrollados) son las que mejores resultados producen en el corto y mediano plazo. Al mismo tiempo, potenciar el capital humano en STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) es lo más efectivo en el largo plazo.

Según el Global Innovation Index, estas son las áreas en las que nos desempeñamos peor con respecto a los países que más innovan en Latinoamérica. Las instituciones y el capital humano son los pilares que muestran peor desempeño:

Al mismo tiempo nuestro “output” se ha venido reduciendo en los últimos 8 años:

Otras variables interesantes son estas:

Gracias por leer hasta aquí.

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