Agile Gov Shake it!

Melina Jajamovich
3 min readSep 30, 2019

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Cerraba el post anterior preguntando-te/me si se podía trabajar por un Agile Gov y prometiendo que iba a compartir mi respuesta. O al menos mis aventuras. Y es que mi respuesta, no es otra cosa que mi experiencia. Así que… ¡aquí va!

El 2017 fue el año de cumplir un sueño: trabajar (muy) activamente para llevar agile al Gobierno. Y cuando me refiero a Gobierno no me refiero a las áreas de Sistemas o Modernización sino a Gobierno. Todo. Cruzando gerencias, direcciones y ministerios. Con talleres de formación, clínicas y coaching. Llevando agile de forma ágil, obvio: experimentando, aprendiendo y experimentando otra vez.

Mi aterrizaje con Agile en el ámbito público -tanto en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación- empezó igual que en cualquier otra organización con “Tasting Agile”, una charla en la que catamos Agile. Eso sí, ¡ojito! No catamos las metodologías (que es lo que más de uno querría) sino que nos adentramos en él -a veces muy incómodo- mundo de este nuevo mindset y sus valores.

Si bien le llamo Tasting podría llamarle “Shake it” porque mi intención es sacudir ideas-cuerpos-miradas. Agile es un cambio de chip y, como tal, no es nada sencillo. Cambiar la forma en la que estamos seteados es difícil, incómodo, molesto. Y encima, tramposo. Porque en el discurso, todos (o casi todos) estamos de acuerdo con la lógica ágil, sí. Pero del discurso a la práctica, ¡mamita! ¡qué trecho!

Por todo esto, trabajo con juegos que nos permitan experimentar el mindset ágil, pasando el mensaje por el cuerpo y dándole tiempo para que después llegue a la cabeza. Y es que el cuerpo nunca engaña… ¡y el juego tampoco! En el juego fluimos y dejamos que nuestros verdaderos valores vean la luz.

Ahora, más de uno me dirá: ¡¿pero de qué va esa cata?!

En este acercamiento entre Agilidad y Gobierno, vemos:

La definición de Agile Gov y porqué es necesario ahora.

El Manifiesto para el Agile Gov, adaptando el Manifiesto Ágil al gobierno: Políticas públicas validadas en territorio (sobre políticas creadas en oficinas) + Políticas públicas centradas en la ciudadanía (sobre intereses políticos partidarios) + Colaboración con otros agentes políticos, sociales y económicos (sobre negociación) + Respuesta ante el cambio y versiones “beta” (sobre planes estrictos y documentación exhaustiva) + Error como parte de un Gobierno que aprende (Sobre verdad absoluta y recetas mágicas).

Las leyes del mindset ágil de Steve Denning, customizadas para la ocasión: La ley del vecino. O acerca de cómo poner al vecino en el centro de todo y darle valor de forma continua y temprana + La ley del equipo pequeño. O acerca de cómo romper los silos y fomentar equipos pequeños, cross y autogestionados que puedan obtener los mejores resultados + La ley de la red. O acerca de cómo trabajar en (y por) un entorno de confianza, colaboración y comunicación abierta y transparente. Donde realmente hagamos “menos teatro” y compartamos aquello que realmente es necesario para que los proyectos avancen. Y bajo mi autoría, la ley de la experimentación. O acerca de cómo tenemos que experimentar, fracasar y aprender rápido y barato en Gobierno.

También vemos ejemplos para inspirarnos y motivarnos + algunos tips y rituales para llevarnos “a casa”: desde las daily’s a los kudos y… varias anécdotas que puedo contar después de más de una década trabajando para gobiernos en España y Argentina.

El cierre del taller siempre viene de la mano de la conversación, dando el espacio para ver dónde estamos hoy y cómo podemos hacer para ser más ágiles.

Entonces, paso 1: Tasting Agile / Shake it. Ya catamos Agile, sí. ¡¿Y…?! Obviamente, te tengo que contar qué resultados da este batido. La cata tiene efectos diversos: están quienes estaban esperando este mensaje con los brazos abiertos. ¡Por fin alguien dice lo que llevo años pensando! + Otros que abren los ojos, entre esperanzados e incrédulos. ¡¿Puede existir algo así aquí?! ¡Ojalá! + Y quedan los que no pueden disimular sus caras de fastidio al grito de “esto es imposible en Gobierno”. (Reconozco que son pocos los que se quedan indiferentes y apáticos.)

Ahora, como entenderás, sea que hayamos generado amor u odio, nada cambiará con un taller. Por eso, tenemos que ir al paso 2. Agile Clinic. Y para eso, ¡tendrás que esperar al próximo post!

(marzo 2018)

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