Ofrendas de muertos, un ritual al recuerdo

Queremos recordarte a quienes les rendimos tributo esta temporada.

Esta época es una fiesta, una gran y tradicional fiesta que se festeja en cada rincón del país: La fiesta de los muertos, una fiesta que rinde tributo a la propia muerte.

Toda esta celebración basa sus rituales en todos nuestros antecedentes prehispánicos, en el cual se levantan altares para celebrar a los santos difuntos. Se pone la mesa con manteles largos para recibir la presencia de quienes ocuparon un lugar en el mundo de los vivos y que ahora toman forma en esencias, alimentos, bebidas y elementos que los traen de vuelta.

La ofrenda consiste en una mesa puesta a manteles largos, una práctica existente desde que en el México prehispánico se rendía culto a los difuntos con rituales mortuorios destinados a encaminar su alma hacia el lugar de la muerte que les correspondía, ya fuera Mictlán o Tlalocan.

La ofrenda es la manifestación de las ideas de los antiguos mexicanos sobre la permanencia de los lazos que se mantenían con nuestros muertos, los que no abandonan del todo este plano y conviven con los vivos. Para los antiguos pueblos indígenas de México, y hasta ahora, la muerte es vida y trascendencia que se traduce en rituales como las ofrendas de día de muertos.

La ofrenda es en sí, una práctica sagrada en la que, se hace un regalo para nuestro muerto a través del pan, la sal, la fruta, el agua, el vino y el alimento preferido del difunto. Los elementos y ornamentos se enriquecen según la tradición de la región, la comunidad o la familia; en donde también se pueden incluir otros elementos que personalicen el acto. La ofrenda es en su más pura expresión, el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria para recordar a los que ya se fueron.

Lo que debe de contener una ofrenda

Agua. Fuente de vida. Después del recorrido que han transitado las ánimas, se ofrece el líquido para mitigar su sed y fortalecer su regreso.

Sal. Como elemento purificador ayuda a que el cuerpo no se corrompa y se mantenga en condiciones para su viaje de vuelta y su próxima venida.

Velas/veladoras. Las velas simbolizan la luz que guía a las ánimas en su visita y de vuelta a su morada. La flama simboliza la luz, la fe y la esperanza; en el México antiguo se utilizaban rajas de ocote, las que se intercambiaron por veladoras o cirios. En la tradición indígena cada vela representa a un difunto, y su color dependerá de la condición de la familia: los cirios morados son señal de duelo.

Copal e incienso. El copal es para los indígenas lo que el incienso para los españoles. Con la fragancia que despiden, se cree, se limpia el lugar de la ofrenda de los malos espíritus para que el alma pueda entrar sin ningún riesgo.

Las flores. La flor representativa de la festividad es la de cempasúchil. En el pasado se creía que esta flor tenía propiedades curativas, sin embargo ahora sólo se utiliza para adornar y aromatizar, algunas veces se deshoja para hacer caminos de pétalos que guíen al difunto del cementerio a la ofrenda, y de regreso.

El pan. Uno de los elementos indispensables del altar es el ya súper tradicional pan de muerto, símbolo de fraternidad reconocido como “el cuerpo de Cristo”.

Un retrato. Se cree que la imagen debe permanecer escondida para que sólo pueda verse con un espejo, una manera de explicar que el difunto está pero ya no existe.

Plato favorito del difunto y decoración. El mole, las calaveras de azúcar, el licor, una cruz de ceniza y papel picado se colocan para que con sus aromas, colores y recuerdos se complete la mesa y escenografía en cada hogar.

La diversidad y multiculturalidad que inunda el país hace que cada región lleve a cabo una práctica particular para celebrar a los muertos.

En muchos lugares de México se acostumbra levantar ofrendas de siete, tres o dos niveles, cada uno con un significado diferente. Cada nivel simboliza algo distinto; por ejemplo, el primero lleva elementos referentes a la tierra como frutos, mientras que en el último se coloca el retrato del difunto para simbolizar el lugar donde se encuentra: el cielo.

No olvidemos nuestras tradiciones. Disfruta de este día de muertos con los que más quieres, y recuerda siempre a los que ya se fueron.

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