Hablemos sobre la violencia de género en el Ecosistema

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A lxs estudiantes; A las autoridades académicxs y trabajadorxs de las instituciones educativas; A las personas que forman parte del Ecosistema del emprendimiento mexicano; A ALLVP,

LA REFLEXIÓN

Las últimas cinco semanas han sido un periodo de profunda reflexión, en el que hemos observado, escuchado, discutido y analizado: ¿tenemos responsabilidad ante los actos de violencia de género?, ¿estamos preparadxs para escuchar, prevenir, acompañar a víctimas y enfrentar estas situaciones?, ¿tenemos herramientas para presentar denuncias contra actos de violencia de género?, ¿cómo construimos un espacio seguro para que las víctimas de actos de violencia de género encuentren apoyo y acompañamiento?, y sobre todo ¿cómo nos organizamos para visibilizar, dejar de normalizar y desterrar la violencia de género?

Junto con estas preguntas, hemos pensado con cuidado (tal vez de más) cuáles son las palabras adecuadas para alzar nuestras voces respecto del problema. Seamos conscientes de lo sencillo que es hablar de situaciones que se vuelven del conocimiento público, pero hay muchas otras que pasan desapercibidas. Desafortunadamente, hay un sinnúmero de casos, y con seguridad no será la última vez que esto suceda. No podemos suponer que todxs cuentan con el contexto completo de los eventos que han detonado esta reflexión; nosotrxs mismxs tal vez no contemos con el contexto completo, ya que mucho (si no es que todo) de lo ocurrido se ha discutido mediante vías informales, y no mediante canales oficiales y/o vías institucionales (si es que los hay).

Como primera invitación, queremos propiciar el diálogo entre cualquier persona interesada, así como idear y compartir posibles soluciones a este problema de manera abierta y participativa. Esta es la importancia del contexto.

EL CONTEXTO

Comenzaremos por relatar, de la manera más objetiva posible lo ocurrido durante las pasadas semanas, dejando atrás las comunicaciones privadas, rumores, relatos incompletos y explicaciones vagas:

1. El 10 de noviembre del 2021, estudiantes del Instituto Tecnológico Autónomo de México (“ITAM”) participaron en la protesta denominada “El Tendedero”, un espacio donde las mujeres de manera pública y anónima exponen actos de violencia de género que son o fueron perpetrados por otrxs estudiantes, profesorxs y/o autoridades de esa institución.

2. Fotografías de dichas acusaciones fueron compartidas en las redes sociales de los grupos estudiantiles del ITAM, incluyendo la denuncia que citamos a continuación:

“Fernando Lelo de Larrea y de Haro, profesor de administración aprovecha su posición para insinuarse a sus alumnas. La calificación del curso, depende en buena medida, de si le contestas los mensajes privados donde te invita a salir”

3. Desde entonces, la fotografía de esta acusación ha sido compartida en conversaciones privadas de trabajadorxs, founders, inversionistas y personas diversas dentro del ecosistema del emprendimiento mexicano (el “Ecosistema”). Cabe mencionar que antes de la fotografía de “El Tendedero” ya existían rumores respecto al comportamiento de Fernando hacia mujeres en el Ecosistema. Se hace mención de los rumores, no por repetirlos, sino porque es relevante analizar el por qué ciertas situaciones se transmiten de manera repetida y privada respecto de una misma conducta.

4. Hasta el día de ayer, desconocíamos que una primera edición de “El Tendedero” del ITAM se llevó a cabo el 12 de marzo de 2020. En la cual, también hubo una acusación sobre el comportamiento de Fernando, compuesta por una carta y una serie de capturas de pantalla de conversaciones en las que parece ser, participa Fernando.

LOS CUESTIONAMIENTOS

Es por lo anterior que hoy nos preguntamos: ¿son rumores o secretos?, ¿con qué espacio contamos para denunciar dichos actos?, cuando existen estos espacios, ¿por qué las víctimas no recurren a ellos?, ¿se puede exigir a una víctima que reclame o denuncie aunado al sufrimiento que está viviendo, con el riesgo de ser revictimizada?, ¿es posible que algunos actos de violencia de género están tan normalizados y/o sistematizados que no son fáciles de identificar incluso para quien los sufre o los realiza?, y ¿es posible que, a pesar de los esfuerzos de visibilización de los distintos tipos de violencia, el mismo sistema impide de forma sistemática que se denuncien?

Estos cuestionamientos son importantes, ya que no todos los actos de violencia de género son constitutivos de delito y cuando lo son, no siempre se quiere presentar una denuncia; es decir, algunos de estos actos son invisibilizados por parámetros culturales y sociales establecidos, sistemas ideológicos y hasta normas jurídicas que ocasionan la explotación, marginación y/o rezago de las mujeres; en este caso particular, en los ámbitos académico y profesional.

5. El 3 de diciembre circularon, a través de mensajes privados, dos documentos que trataremos como “no oficiales”, debido a que carecen de firma y no se han publicado en las cuentas personales y/o institucionales de las personas de las que dicen provenir. Sobre dichos comunicados, de manera respetuosa y constructiva comentamos lo siguiente:

  1. Consideramos que debieron emitirse a través de canales institucionales u oficiales de comunicación y no a través de mensajes enviados a grupos y conversaciones privadas de Whatsapp. Ambos comunicados argumentan que no hay denuncias realizadas mediante vías institucionales, ¿no sería congruente utilizar las vías institucionales para la socialización de dichos comunicados?
  2. Hay una falta dolorosa de reconocimiento a las víctimas por dicho comportamiento, ya que ambos comunicados son dirigidos al Ecosistema.
  3. Respecto del comunicado no oficial de Fernando, del cual citaremos un extracto:

“En un acto de incongruencia con la ética con la que busco conducirme, en el pasado cometí errores en comunicaciones con mujeres vía mensajes, donde si bien no hubo nunca una intención enfocada en lastimar, condicionar o faltar al respeto, me expresé de una manera donde incomodé o conduje, inconsciente e irresponsablemente, a interpretaciones que no preví. Se trata de un comportamiento que indirectamente también repercute en el bienestar de las mujeres en general y es inaceptable, por lo que ofrezco mis más sinceras disculpas por mi falta de entendimiento, de sensibilidad y por las repercusiones a quienes afecté con mis palabras.

Escribir mensajes privados sin un acuerdo de comunicación previo mutuamente aceptado es inaceptable. No volverá a suceder y quiero ayudar a que otros no cometan estos errores”

a. Del lenguaje utilizado se desprende que dicha conducta se llevó a cabo con varias mujeres y de manera reiterada, lo cual no es propio de una “incongruencia”, sino de un patrón de comportamiento habitual.

b. Si bien, se admite cierta impropiedad, no es preciso respecto de: (i) la naturaleza exacta de la conducta admitida; (ii) el número de personas afectadas por su conducta y en qué calidad se acercó a ellas (como profesor, colega, inversionista o cualquier otro ámbito profesional), y (iii) el periodo de tiempo durante el cual tuvo este patrón de comportamiento.

c. Es cierto que las denuncias bajo los protocolos institucionales y/o autoridades gubernamentales fortalecen e incentivan la justicia. No obstante, la carta exhibida por Fernando, firmada por la Abogada General del ITAM, indica que: dicha institución investiga únicamente las quejas realizadas a través de las vías institucionales. En México, durante 2020, el 98.6% de los casos de violencia sexual que sufrieron las mujeres mayores de 18 años no se denunciaron o no se inició una investigación[1]. ¿Qué sucede con las vías institucionales, que lxs estudiantes prefieren recurrir a mecanismos de desahogo como “El Tendedero”? Realizar una denuncia tiene como consecuencia sufrimiento psicoemocional y/o patrimonial. Un claro ejemplo es la experiencia de una de las estudiantes del ITAM, quien sí acudió a las vías institucionales para realizar una denuncia:

“Un día me hicieron saber que un profesor que me había dado clases tenía una carpeta electrónica privada que contenía fotografías mías y de otras alumnas. Las fotografías en las que yo aparecía habían sido descargadas de mis redes sociales y en dos estaba expuesto mi cuerpo en traje de baño y la tercera era un acercamiento de mi cara. Decidí presentar una queja ante el ITAM. Durante este proceso me enfrenté con profesoras que expresaban su apoyo para que yo y las otras alumnas involucradas obtuviéramos justicia, pero también me enfrenté con posturas de otras profesoras que externaban que la conducta del profesor no encuadraba en la conducta de acoso por lo que probablemente no habría mucho que pudiera hacerse. El profesor dirigía la clínica penal probono del ITAM y aunque lo quitaron de manera oficial, era sabido que, de facto, seguía supervisando los asuntos. El protocolo aplicable en ese momento dictaba que se tenían dos meses para resolver la queja y tardaron más de ese tiempo. Finalmente resolvieron despedir al profesor. No obstante, el resultado positivo, me parece sumamente grave que las autoridades encargadas de resolver la queja tardaran más de dos meses en decidir que almacenar fotografías de alumnas era suficientemente grave. Éstas tenían una copia de toda la carpeta y pruebas irrefutables que lo señalaban y de todos modos consideraron que no podía determinarse de manera contundente en menos de dos meses que él representaba un peligro para las alumnas. Este mismo profesor había sido postulado por el ITAM como experto en género para una organización internacional prestigiosa, aunque ya existían quejas sobre su comportamiento en torno a las alumnas. De igual modo, a partir de su participación en determinado evento sobre derecho, los organizadores habían señalado que su comportamiento alrededor de determinadas alumnas de otras universidades era inadecuado.”

d. No podemos ignorar el hecho de que, durante los últimos años, personas acusadas de actos de violencia de género bajo movimientos como #metoo han utilizado como estrategia de relaciones públicas el argumento de que han decidido guardar silencio “para no minimizar las acusaciones de mayor gravedad realizadas por otros supuestos agresores a otras supuestas víctimas”. Lo anterior, precisamente con el ánimo de minimizar y atenuar la naturaleza de sus propias conductas.

e. Creemos que es válido cuestionarse si ante la admisión de un patrón de conducta, la manifestación de la voluntad de cambiar es suficiente. Dicha manifestación fue acompañada con una breve y ambigua mención de las medidas a las que Fernando se someterá, tales como cursos especializados y “mecanismos de rendición de cuentas específicos en su forma de interactuar”.

  1. Sobre el comunicado no oficial de los socios de ALLVP:

a. Mencionan la importancia del apego a las mejores prácticas internacionales “en donde la relación del inversionista con los emprendedores se cuide al máximo”. Sin embargo, de su comunicado no se desprende que se haya realizado alguna investigación sobre la conducta de Fernando dentro del Ecosistema (en donde se desempeña principalmente), fuera de la acusación del ITAM o bajo los “protocolos internos de ALLVP para denuncias por hostigamiento o acoso”.

b. Si bien mencionan que su área de Compliance y Recursos Humanos investigó el tema de las acusaciones (en plural) hacia Fernando en el ITAM (con la información disponible), omiten especificar qué acusaciones fueron investigadas y cuál fue la información disponible. Esto es relevante, ya que:

i. De la información que hasta el momento es pública, se han realizado dos acusaciones vía “El Tendedero” (citadas al principio de este texto); y de las cuales no es claro si la acusación de 2020 es conocida públicamente.

ii. Fernando en su carta admite cierto comportamiento en sus comunicaciones con mujeres; dicho comunicado debió aclarar si dentro de “la información disponible” se incluyen o no las comunicaciones a las cuales se refiere.

iii. Fue el área de Compliance y Recursos Humanos de ALLVP (empresa de la cual, Fernando es socio fundador) y los mismos socios quienes realizaron las investigaciones y determinaron que dichas acusaciones carecen de fundamento. ¿Pueden entonces garantizar la imparcialidad de esas investigaciones y/o determinaciones?

c. Por último, se menciona de una manera poco contundente que “ALLVP estaría abierto a contratar a una firma de prestigio para que de manera independiente investigue el tema y exponga sus conclusiones”.

Si los sucesos ocurridos en el ITAM, han propiciado que tanto Fernando, como ALLVP realicen comunicados dirigidos exclusivamente al Ecosistema; entonces por qué no nos concierne a nosotrxs cuestionar el contenido de los mismos sobre una conducta que por lo menos se rumora desde 2019 dentro del mismo Ecosistema. Sin duda hay algo roto, lo que es difícil decir en los pasillos y la plaza roja del ITAM es casi imposible de decir entre personas en un ambiente profesional.

Los comentarios que hemos realizado sobre ambos documentos deben leerse con respeto y con el objetivo de construir. Sobre los mismos, tenemos dos peticiones: (i) que nos indiquen el método de acceso al buzón de denuncias anónimas para casos fuera de su organización, y (ii) que evalúen seriamente la posibilidad de contratar a una firma independiente que investigue el tema y exponga sus conclusiones, tal como indica el inciso c., anterior.

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EL LLAMADO A LA ACCIÓN

Dicho lo anterior, consideramos que es importante enviar un mensaje claro a las personas que forman parte de nuestro Ecosistema, y así preparar el camino para las jóvenes y niñas que en un futuro se incorporarán a la vida profesional: No es normal; Sí es importante; Sí te creemos; No estás sola.

Es por eso que extendemos la segunda invitación a las personas del Ecosistema y la comunidad estudiantil para generar canales de comunicación permanente, así como para:

A partir de el 15 de enero de 2022, participar en mesas de trabajo para llevar a cabo actividades de investigación, análisis, discusión, ideación y desarrollo de herramientas participativas y colaborativas para la recepción de denuncias, identificación, prevención y erradicación de la violencia de género en el Ecosistema, siempre tomando en cuenta la perspectiva y necesidades de las mujeres que denuncien y/o reporten alguna afectación por dichas conductas.

Propiciar el diálogo con las comunidades estudiantiles del ITAM y demás instituciones educativas con la finalidad de conocer y tomar en cuenta, en todo momento, sus necesidades y así colaborar en la elaboración de garantías y compromisos mínimos que el Ecosistema procurará en el proceso de solución del problema.

No ignorar las graves acusaciones expuestas en “El Tendedero”, y otros mecanismos de expresión y/o denuncia de violencia de género en instituciones educativas. Por lo anterior, solicitamos a las autoridades educativas correspondientes que informen (si no lo han hecho) a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ) sobre las acusaciones realizadas en “El Tendedero” que versen sobre actos constitutivos de delito que conforme a la legislación mexicana vigente en la materia ameriten investigación.

Propiciar que los inversionistas de ALLVP investiguen la naturaleza de la conducta admitida y anuncien sus resoluciones a este caso, junto con los mecanismos de rendición de cuentas aplicables. Lo anterior, sin necesidad de indagar y revictimizar personas del Ecosistema, si no, mediante la investigación directa de las propias admisiones realizadas por Fernando.

Queremos concluir, agradeciendo el valor de la comunidad estudiantil quienes durante las últimas semanas nos han ayudado a visibilizar y nos han hecho reflexionar sobre nuestro papel y responsabilidad ante los actos de violencia de género que se suscitan en la cotidianidad de las niñas y mujeres, y los cuales, se extienden a su vida académica y profesional; y nos comprometemos a colaborar para la construcción de un espacio seguro y accesible para las víctimas de estos actos, el cual, permanezca vivo para la atención y erradicación de la violencia de género dentro del Ecosistema. Estamos conscientes de que aunque esta situación es confusa para muchxs y no estamos preparadxs para enfrentarla, cada unx de nosotrxs debemos y podemos hacer algo.

LAS PERSONAS QUE FIRMAN EL PRESENTE TEXTO, LO HACEN RESPECTO DEL APARTADO DE “EL LLAMADO A LA ACCIÓN”; EN ATENCIÓN A QUE LOS APARTADOS DE “EL CONTEXTO” Y “LOS CUESTIONAMIENTOS” PUEDEN DIFERIR DE PERSONA EN PERSONA, Y POR TANTO NO SE PUEDEN SUSCRIBIR POR TODXS.

ATENTAMENTE,

Oriana Mazón González, COO y abogada en legalmind.mx

Ana Paola Mejía de Anda, abogada en legalmind.mx

Daniel Rodríguez Meléndez, Country Manager Picap.

Candy Flores-Gracia, Catalizadora de Innovación | Creadora de Empresas de base científica y tecnológica | Desarrolladora de comunidades de emprendimiento

Bernardo Tamez Alarcón, Fundador y abogado en legalmind.mx

Marisol Vargas, abogada

Alina González Gallardo, tesista de la licenciatura en Derecho cursada en el ITAM

Gabriel Charles Cavazos, Fundador de Supter.ai

Daniela Mendez, ingeniera civil

Forma parte de las mesas de trabajo que comenzarán el 15 de enero de 2021, o suscribe el presente texto, a través de este formulario.

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