Cómo motivar a los niños para la escuela en casa usando desarrollo ágil en tiempos de COVID-19

micaela blondet
7 min readApr 28, 2020

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Y no volverte loco en el proceso 😉

[Versión en inglés aquí.]

Sebastian focused on writing a comic for school, using headphones to concentrate.
Sebastián (11 años) enfocado en su trabajo. Foto: Micaela Blondet

Desde que empezaron a llegar múltiples correos del colegio con varios trabajos para los niños, me di cuenta que la mejor forma de ayudar a mis hijos (de 6 y 11) a completar sus trabajos, y de no volverme loca en el caos y estrés, es usar lo que aprendí en el trabajo: la metodología ágil para el desarrollo de producto. El tablero Kanban nos permite visualizar nuestro progreso, y Scrum nos permite ir refinando el proceso para mejorarlo la semana siguiente, o el día siguiente.

No entraré en detalle sobre Kanban (algo como “señal visual” en japonés) o Scrum, pero les mostraré cómo uso los dos marcos de trabajo para 1) motivar a mis hijos a hacer el trabajo, y 2) asegurar que completen su trabajo. Estos métodos ayudan a disminuir mi intervención en el proceso de la educación a distancia (aunque igual tenemos que apoyar a Matías de seis años con la mayoría de sus trabajos) y, ayudan a mantener armonía y buena energía en el flujo de los niños.

¿Cómo funciona?

Concretamos el trabajo que se debe hacer en una semana (en el mundo de tecnología, esto sería el sprint), visualizamos el progreso, y vemos qué tenemos que refinar y reiterar para la siguiente semana. Usamos los tres pilares de Scrum:

  • Transparencia (todos podemos ver claramente lo que tenemos que hacer)
  • Inspección (hablamos sobre qué tenemos que mejorar)
  • Adaptación (hacemos ajustes para mejorar cómo trabajamos)

El proceso es simplemente:

  • El colegio define el trabajo
  • Los niños escogen qué trabajos hacer cada día y trabajan
  • El adulto verifica si está realmente terminado o no el trabajo

Mientras más autonomía le damos a los niños para que ellos tomen sus propias decisiones (por ejemplo, qué tareas hacer primero, cómo hacerlas, etc.), mientras más reconocimiento y feedback reciben, más motivados estarán para sentarse a trabajar. Y, como siempre, mientras más positivismo y diversión añadimos, mejor. En mi caso, al inicio del sprint (que siempre empieza y termina los martes), les propongo a mis hijos terminar todo, o casi todo, el viernes, para que así puedan solo jugar, divertirse y relajarse el fin de semana, y el lunes. El lunes en la tarde nos dedicamos a ver una película juntos, o trato de darles algún tipo de premio (helados, pizza… ) para reconocer su trabajo.

¿Qué necesitas?

Crear un tablero, tener un espacio cómodo, una actitud positiva, comunicación y empatía. Para el tablero, necesitas:

  • Una pared
  • Cinta adhesiva
  • Sticky notes (o papeles cortados o tarjetas que puedas pegar con cinta)

Y, seguir una rutina simple (planning, daily, retrospectivas) para que los niños trabajen enfocados y tengan éxito.

El Tablero Kanban

Objetivo: visualizar el trabajo, limitar el trabajo en progreso y maximizar la eficiencia (o flujo).

Kanban board with the columns “To-do”, “Doing” and “Done”
Tablero Kanban casero, usando cinta adhesiva en un mueble. Foto: Micaela Blondet

Sprint Planning

Objetivo: definir lo que se tiene que completar y entregar durante la semana y cómo se va a hacer.

En nuestro caso, el colegio nos manda los trabajos todos los martes, y los niños tienen toda la semana para completarlos. Es decir, no tienen distintas fechas límites para entregar trabajos, pero si tu caso es así, simplemente se priorizan las tareas que se tienen que entregar primero. Una vez que tenemos los correos de los profesores con los trabajos de la semana, escribo cada tarea en un sticky note (si tus hijos todavía no leen, puedes dibujar la tarea en vez de escribirla, y si tus hijos son grandes, ellos mismos pueden escribir sus cursos en los sticky notes). En mi casa hemos aprendido que es mejor incluir clases virtuales en sticky notes también, porque ya no ha pasado que nos olvidamos de asistir a una clase!

Todas las tareas van en la columna “To do” (o “Pendiente”) y el equipo se compromete a hacerlas. El planning normalmente se hace con el equipo de desarrollo (en este caso los niños), pero al inicio de implementar Scrum con ellos lo he hecho sola para ir introduciendo el proceso de a pocos.

Si en tu caso tienen muchos trabajos con distintas fechas límites, puedes agregar una columna antes de la columna “To do” que se llama “Backlog” (o “Parking Lot”, “Actividades”, etc.), donde pones todas las tareas de la semana, y cada día lo niños mueven las tareas que se comprometen a hacer ese día a la columna “To do”. Así tienen solo lo que van a hacer ese día en “To do” y el resto de las tareas se quedan en el Backlog. Al día siguiente, escogen nuevas tareas del Backlog y las pasan a “To do” para desarrollar ese día.

Hay familias que incluyen tareas domésticas en sus tableros, pero yo prefiero poner solo tareas del colegio durante la cuarentena para no agobiarlos con mucha carga. Uso dos colores de sticky notes para diferenciar las tareas de cada niño: amarillo para Matías y fuxia para Sebastián. En el siguiente planning, re-uso los sticky notes, dado que siempre tienen los mismos cursos (con algunos cambios a veces).

Daily Scrum

Objetivo: alinearnos rápidamente sobre lo que vamos a avanzar hoy

La comunicación es clave. Cada mañana (después de desayunar y alistarnos para el “colegio”, lo cual es lavarnos los dientes, vestirnos y estirar la cama), miramos el tablero juntos para decidir lo que va a hacer cada uno. Aquí es importantísimo darles autonomía a los niños para que ellos mismos escojan la tarea que quieren completar primero (esto ayuda a motivarlos). Yo estoy ahí para facilitar la conversación y tal vez ayudarlos a priorizar, pero no para decidir por ellos. Si hay tareas que se tienen que entregar primero, les sugiero priorizar esas, por ejemplo. Una vez que han escogido sus sticky notes, ellos mismos la mueven de “To do” a “Doing” y se sientan a trabajar. El punto clave aquí es tener solo una tarea en “Doing” por niño. ☝

El colegio nos mandó un horario de trabajo escolar sugerido que tenía cada curso en una hora del día. Por ejemplo, escritura de 9 a 9:40 am, inglés de 9:40 a 10:20 am, ciencias naturales de 10:20 a 11:00 am. Esto tal vez funcione en algunas familias, pero en mi caso me parece absurdo tener que interrumpir un trabajo simplemente porque “llegó la hora de matemáticas!” Esto frena la creatividad y concentración, confunde, cansa y desmotiva a los niños cuando tienen que abruptamente parar de hacer algo, que no han terminado, para comenzar algo nuevo (el horario del colegio ni siquiera tenía un descanso!). Es más productivo limitar el trabajo que queda en progreso para enfocarse bien y terminarlo (esto en Kanban se llama “work in progress limits”, o “WIP limits”). ¿Cómo lo limitamos? Decidiendo que solo trabajaremos en un trabajo a la vez, como regla. Ahora, el hecho de ser ágil también nos permite decidir descansar de un trabajo por un rato y avanzar otro, pero no es recomendable y, con Matías de seis años, funciona mejor si termina un trabajo antes de comenzar otro.

Matías moviendo una de sus tarjetas a “Done”

Definition of Done

Objetivo: asegurar que el trabajo está bien hecho

Una vez que Matías o Sebastián me dicen que han terminado, yo reviso su tarea para confirmar que realmente la han terminado. Si apruebo, después de leer los requerimientos de la tarea y revisar el trabajo, ellos mismos mueven su sticky note de “Doing” a “Done”. Luego escogen otra tarea, o pueden escoger qué hacer (normalmente quieren jugar videojuegos o ver Netflix). 💪

Reunión de Retrospectiva

Objetivo: reconocer qué hemos hecho bien durante la semana e identificar qué tenemos que mejorar y cambiar para que la siguiente semana sea mejor.

Cuando los niños han terminado todo el trabajo de la semana (cuando “el sprint” ha terminado), celebramos sus logros y reconocemos el gran esfuerzo de todo el trabajo que han hecho. En la noche tenemos una retrospectiva mientras nos sentamos a comer, para hablar de lo que funcionó muy bien durante la semana, y de lo que puede mejorar. Esto nos ayuda a identificar aspectos que tenemos que cambiar para que todo fluya mejor la siguiente semana. Por ejemplo, en nuestra última retrospectiva, hablamos sobre cómo Sebastián se demoró toda la mañana del martes en mandar sus trabajos, porque era la fecha límite (mientras que su inbox se llenaba de nuevos trabajos), y al revisar uno se dio con la sorpresa de que no lo había terminado completamente (ahí me faltó QA/control de calidad). Decidimos que sería mucho mejor entregar los trabajos a la profesora antes de moverlos a “Done” (y no esperar hasta la fecha límite para mandarlos todos a la vez!).

Después de dos semanas usando Kanban para gestionar el homeschooling, puedo decir que está siendo un éxito, a pesar de lo difícil que puede ser ayudar a un niño de seis años con sus trabajos (el de once es más independiente y responsable). Veo que mis hijos se sienten más motivados al ver el progreso en su tablero, a la hora de escoger sus tareas y, especialmente, al terminarlas y recibir feedback de sus profesoras. Yo no tengo que estar diciéndoles qué hacer, ellos no me tienen que preguntar qué pueden hacer, y yo no tengo que acordarme de revisar cómo van avanzando porque tenemos todas las tareas visibles en sus respectivos estados. Y lo mejor de todo es que vamos aprendido continuamente cómo mejorar el proceso para tener más tiempo para divertirnos y hacer lo que queramos hacer.

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