Revisión diario 2024

Mila Mondello
15 min readDec 28, 2024

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Desde que tengo memoria me gusta escribir. No sé si me interesa crear historias, personajes, tramas. Me gusta sentarme a escribir, escribir cualquier cosa que, para mi, tenga sentido. Lo hago para materializar mi conciencia más que como un intento comunicativo, porque es un acto noble y divertido. Casi nunca escribo para ser leída, sino para imaginar que soy leída, para no olvidar lo que no considero olvidable, para crear un mundo de prioridades que distan de las reales. Por eso hace ya 3 años que todos los días a las 6am agarro el cuaderno y vomito oraciones cargadas de sueño, impulso y mal humor. Muchos sostienen que la parte más importante dentro de un proceso de escritura es la relectura, yo nunca releo inmediatamente lo que escribo, hasta que llega fin de año.

2024 fue un año fabuloso y hay recortes de mi diario que me gustaron lo suficiente como para sacarlos a la luz. Aquí una selección para quién guste.

1- Mi primera reflexión del año se la llevó el color cobre. Es un color hermoso, brillante, profundo, barroco, terrenal. Me hace acordar al Blem que se usa para limpiar pisos. También me hace acordar al número 3 y a la princesa Leia. Quiero que mi vida se llene de cobre.

2- Las calles de San Telmo me parecen ridículamente angostas. No caben tres personas una al lado de la otra, no entran dos parejas enfrentadas ni los grupos de amigos. Cuando se enfrentan dos parejas se genera tensión desde una punta de la cuadra a la otra, una tensión que puede frenar conversaciones o distraer a quien camina: es la disputa por un pedazo de vereda rota. El colmo del barrio más sociable de la ciudad. Que Taretto haga una película ya. Encima ni siquiera se pueden caminar con tacos altos por la maniobra constante que te exige. Me molesta.

3- En mi vida priman los consumos culturales femeninos: autoras mujeres, protagonistas mujeres, cantantes mujeres, directoras mujeres. El último autor varón que leí fue Bukowski. Asco y nunca más. Ninguna chica le dedicaría 200 páginas a vomitar por tomar mucho alcohol. Agradezco vivir con mi mamá y estar expuesta a altos grados de feminidad en mi vida ¿Cómo no te va a gustar la dulzura?

4- Cambié el color de esmalte: de un bordó violetoso pseudo vino a un bordó más cercano al rojo. No fue planeado, un día pifié con el tono y quedó así. Me costó acostumbrarme pero ya es parte de mi vida. Me conmueve mi capacidad de estabilizar y sostener: duré más de 1 año con el mismo tono y ya tengo cuatro esmaltes comprados de este rojito bordó. Va para rato. La gente cercana se dio cuenta, unos lo señalaron con indignación y otros con atención. Mis alumnos no se dieron cuenta, dijeron que para ellos era el mismo color. Que fácil es tener 9 años.

5- Me obsesioné con Gilmore Girls y con Loorie Moore. Hasta el punto de hacer un paralelismo constante entre ambos mundos narrativos. Lorelai Gilmore es un personaje de Moore. La feminidad torpe, sentenciosa e irónica es mi salvación diaria. La crudeza del autoboicot suavizada con cantidades exageradas de humor. Hablar rápido, con rechazo a la precisión y buscando convencer de la importancia del detalle, de lo mínimo. Exagerar sin culpa. Moverse por fuera de la aprobación, generar un encanto todopoderoso. Dar la impresión de contar con mucho más tiempo que el resto y sin embargo no hacer un carajo con él. Ser rebeldes y egoístas por rebote. Malena Pichot entra en este rango de referencias.

6- Creo que escucho al menos una canción de Sade por día. 6:10 am y suena “Your love is king”. Fausto ya golpea la pared para que baje el volumen.

7- Veo mi zapatero con diecinueve pares de zapatos. Desayuno con él, creo que es el corazón de mi habitación. Suelo invertir plata en mis zapatos pero fui muy rata con el zapatero, es desarmable y está formado por un conjunto de partes de un plástico baratísimo: su proyección de vida no es mayor a los tres años. Se me rompe mínimo 1 vez por mes y tengo que estar 25 minutos sentada en el piso como una boluda re-armandolo, rodeada de zapatos desparramados y mal tratados. Es medio grunge la imagen: el descuido accidental de piezas estéticas y refinadas debido a defectos que una no está dispuesta a corregir.

El par número veinte tiene que ser significativo, lo voy a pensar.

8- Ayer tuvimos un acto en el colegio, el primer acto del año. Tengo en la cabeza una imagen muy potente: un niño de sala de 5 cantando a los gritos y con ojos llorosos el himno armenio. Nunca fue a Armenia, es probable que le falten décadas para visitarla. Tengo piel de gallina hace 19hs. Qué increíble que la pertenencia no dependa de tus pies, que con historia y costumbre se forje en cualquier sujeto. No sé el nombre de ese niño, si pasan los años y me quedo en esta escuela espero poder tenerlo de alumno. No para recordarle la anécdota, esa me la quiero quedar para mí, sino para ver si la emoción le gana la pulseada a la pubertad o viceversa.

9- Ví triste a una amiga que amo. Me genera mucha impotencia. No sé cómo arrancarle el malestar de raíz. No sé si quiere que se lo arranque. La quiero mucho a mi amiga.

10- Terminé mis primeras prácticas en el profesorado. Un niño me escribió una carta que leo seguido. Allí me expresa que le hubiese gustado largarse a llorar ante mi despedida, pero que no pudo. Me agradeció por los abrazos y me preguntó si lo podía ir a visitar. Está todo tan al alcance de la asociación y la interpretación que ni quiero rematarla.

Fede va a crecer y yo voy a seguir llevando su carta en la billetera.

11- Tomás es el engranaje que hace funcionar mi vida. Si me falta él hay cosas que dejan de tener sentido. Sin él no escucharía más música, capaz dejaría de pensar. Una necesita un interlocutor claro y constante ¿A quién carajo le importa qué disco recordé de la nada y escuché durante toda una tarde? A Tomi, siempre a Tomi. Así como a mí me importa el barrio con el que está obsesionado momentáneamente. El lunes se obsesiona con un deptito en Guardia Vieja y Bulnes y para el viernes ya está pensando su vida en Boulogne sur Mer, Francia.

El otro día me dijo que estaba muy feliz por saber que él se iba a morir antes que yo. Según él “sería tormentoso que vos te mueras antes que yo”. Me preocupa en quién va a recaer la organización de mi funeral. Si Tomi no está vivo no me hagan un funeral, sólo él me podría llorar de verdad.

12- Me dí cuenta de que siempre busco a mis peliculas favoritas en otras películas. Busco a la Italia de Tornatore, la busco a Bellucci y su cara de nada, la busco a Brigitte haciéndole la vida imposible a un hombre, busco la ternura torpe de Woody Allen, busco la Argentina dosmilera de Medianeras, busco la elegancia de Grace Kelly dirigida por Hitchcock, busco el drama de Casablanca y busco algo que me haga creer tanto en el amor como 8 y ½ y Cinema paradiso. Busco a las mujeres de Sofia Coppola, a esas las busco realmente en todos lados. Creo que no tengo noción de la cantidad de pellículas que ví, cada vez que empiezo a pensar en el cine se me vienen diez películas a la cabeza y fin. Todo lo demás es una consecuencia directa de esas diez películas.

13- Me estoy comprando la Rolling religiosamente. Es feo porque cada vez es peor y cada vez me salteo más páginas, no sé si quiero leer una entrevista a Peso Pluma. Amo el formato mensual, se volvió un evento en mi vida: la compro y me voy a un café a escuchar música y leerla por un par de horas. Me genera una expectativa que después no cumple ni a ganchos, pero tengo todo un mes para olvidarme de lo aburrida que fue la última edición y volver a creer en la Rolling. Me gustan sobre todo las entrevistas a músicos que ni conozco. También las revisiones de discos por los mismos músicos, creo que se llama Track by track, o algo así. Me gusta escuchar un disco mientras leo sobre ese disco, se genera una complicidad amorosa.

14- Lo que más me gusta de la moda es que permite mentir. Cuando una se viste tiene la posibilidad de elegir qué versión de una misma se va a imponer, qué información va a presentarle al mundo. La ropa que elijo un poco define el resto del día: cómo voy a caminar, qué música voy a escuchar, qué actividades voy a priorizar. La moda pre-settea cabezas, pre-define actitudes, es tal vez el lenguaje más potente de todos, porque es directo, es punzante, es una mirada de arriba a abajo, es una foto, un retrato. Comunica más que nada en este mundo y te da la posibilidad (dentro de un mundo escueto y tacaño) de elegir quién ser a pesar de uno mismo y de su realidad.

Al hablar de moda y de imagen personal se piensa que el factor determinante es ese otro que interpreta la imagen que una ofrece. El factor determinante es simplemente que exista ese otro, esa calle por la que caminar, ese aula al que entrar, ese colectivo al que subirse. Ese otro es un ser indefinido, sin una identidad particular, ese otro puede no ser humano, puede ser simplemente el asfalto. Todos nos constitumos en función de un otro que nos mira ¿Puede ser definido? Más vale y de eso se trata el amor ¿Puede ser indefinido? Sí y de eso se trata el día a día.

La moda nos permite mentirle descaradamente a ese mundo exterior que nos espera a las 7:30am afuera todos los días. Nos permite imaginarnos a nosotros mismos en el mejor escenario posible. Es una declaración de dignidad y de amor propio brutal.

15- Descubrí un refugio en el disco “Sumergible” de Resonantes. Que esté sólo en youtube le suma una cuota de gracia. Es una de las bandas de Flavio Etcheto, un house dulce.

Otro disco refugio es el EP “29:09:00” de Suarez en donde coverean a Le Mans. Huele a ese instante previo a la primavera. Rosario Bléfari es toda refugio. Cada vez que dice “¡Que pesadez!” en “Mi novela autobiográfica” me convence y me ofrece las únicas dos palabras que quiero pronunciar por el resto de mi vida.

16- Aprendí a no reclamar, a alejarme en silencio ante el desencanto. Aprendí a callar y a no frustrarme ni gritarle a una pared. Creo que eso es tener 20 años y querer ser feliz. Es aceptar mi posición en esta vida, aceptar mis limitaciones: yo nunca serví para clavar espinas. A veces me preocupa mi capacidad de encontrar la manera de estar bien en casi cualquier contexto, de no necesitar de otro para mantenerme erguida. No le huyo al conflicto, sólo me parece inútil en el 99% de los casos. Y todo el mundo ama el conflicto en esta ciudad.

17- Estoy tomando registro de todos los outfits que uso. La carpeta de fotos ya tiene más de 250 fotos. Es un hobby a esta altura. Pocos se repiten.

18- Me distancié del Malbec y le tomé gustito al Cabernet Franc. Para mí, es más dulce; para mi amigo, es más fuerte. No entiendo nada de vinos, sólo sé que el Cabernet Franc tiene menos gusto a borrachera que el Malbec.

19- Una frase duró hasta cada anochecer: “Te gusta moverte por el terreno de lo obvio”. Fue Tomi el otro día, no me acuerdo si hablábamos de música, de amores o de comida. También me señaló que en una foto con mis alumnos se me notaba hermosa y feliz. Hace unos años y entre lágrimas le había dicho que no me salía sonreír más en las fotos, que sentía que me lo habían arrebatado. Se acordó y me lo dijo como quien canta un vale 4. Yo ni lo había registrado, por estas cosas existe la amistad.

20- Fui a ver a DIIV, mi segundo nacimiento. El shoegaze corre por mis venas como nunca. No puedo creer lo que tocan, son unas bestias. Me retumban los oídos hasta el día de hoy. Volverá a mí el momento en el que tocaron “Soul-net”. Un bautismo jaja.

21- La obsesión por el labial bordó superó cualquier límite: tengo 5 distintos y creo que yo sola puedo notar la diferencia. Un varón en una cita logró distinguir 2 entre sí: “Este no es el que tenías puesto el otro día, este es menos rojo y menos brillante”. Al escribirlo parece un comentario vago, pero fue recontra preciso. Las diferencias entre cada uno son tan sutiles como ese comentario. Bien el muchacho.

22- Agradezco la existencia de Trinidad Mato. Ambas construimos un relato sobre la otra que es muy amoroso y digno. Creo que el aval es lo más importante en un vínculo, en el amor en cualquiera de sus formas. Las grandes relaciones son aquellas en las que el aval ajeno nos permite pararnos de una mejor manera frente a la vida, cuando sentís que con que a esa persona le parezca bien lo que estás haciendo alcanza y sobra. Te sentís poderosa, sobresaliente, confiada. Si ella me sigue está todo más que bien. El aval es cuando alguien te dá algo de sí para que lo puedas usar, te doy algo mío para que puedas hacer lo que tengas ganas de hacer. Y cuando ese aval te vuelve mejor la vida empieza a mostrarse de otra manera, la dignidad te abraza. Eso me pasa con Trini. Ella siempre va a tener mi aval.

23- Este año me picó por escuchar Amor Amarillo más que cualquier otro disco de Cerati, es la primera vez que me pasa. Hay algo con “Ahora es Nunca” y con “Pulsar”, tienen una base en loop a la que se le van agregando capas y capas, es una superposición perfecta. Parecen canciones desarmables con un Cerati sensual susurrando arriba. Daría la vida por verlo pinchando en vivo con Melero o con Etcheto. Soda Stereo me chupa la pija si al lado está Plan V o Amor Amarillo.

24- Ir al cine sola se volvió parte irrenunciable de mi rutina. Veo mucho cine: bueno, malo, viejo y nuevo. Pero sola, cafeínada y feliz. Dos veces por semana, sea la cartelera que sea.

25- Le regalé entradas para un recital a mi mamá. Espero estar devolviéndole de a poco. Descendents en diciembre, la acompañaría pero mi amor por el punk tiene un límite clarísimo.

26- Uno de los mejores síntomas de los veintes es poder hacerse el brushing sola. Soy una mujer. No vale la pena ir por la vida con el pelo desarreglado. Nadie se lo merece.

27- Lo triste de ir y volver caminando a todos lados es ver comercios cerrar de a poco. Hacer más de quince mil pasos por día alimenta la neurosis y el pensamiento hipotético. No estar enamorada facilita aún más la demencia. Calamaro la pegó cuando dijo “Alguien a quien recordar de memoria cuando estoy de viaje, cuando estoy muy lejos”. Sin nadie a quien recordar termino pensando en que hubiese pasado si Julio Argentino Roca administraba racionalmente las tierras post campaña del desierto. Caminar te hace otorgarle una entidad insoportable y falsa a cualquier pavada que te pasa.

28- Monica Bellucci me sigue resultando tan atrapante como indiscutible. Su cara te pone contra la espada y la pared, te estruja. Tiene cara de nada, pero no al estilo aburrido, es una cara que te liquida, te absorbe. No es una mujer expresiva, te mata de indiferencia. Te mira mientras hablas y te sentís una estúpida de lo intimidante que es. No se esmera en adecuar su cara según los acontecimientos que suceden a su alrededor, ella parece leer todo a la perfección y guardarse para sí la sentencia final. No deja entrever nada, que el mundo siga su curso natural sin su injerencia. Ella está en pié pase lo que pase. Sólo le cambió la cara cuando se enamoró de Vincent Cassel, el único que logró desestabilizar a la Mujer del Siglo.

En su belleza radica un poder incalculable y ella no se desentiende de eso. La belleza no es joda para mi tampoco. Colgué un cuadro de su cara en primer plano en mi habitación.

29- Cada vez que huelo su perfume en la calle me agarra una puntada alienígena en las costillas. Amo ese perfume, siempre estoy al borde de preguntar el nombre, pero hay un encanto en no poder nombrar al dolor.

29 bis- Actualización sobre ese perfume: encontré una réplica femenina exacta. Estoy debatiendo hace un mes si comprarmelo o no. Creo que abrazar al dolor no es una buena opción. Eso sí, cada vez que paso por Isadora tengo que olerlo una vez más.

30- En una charla el marido de Débora Kozak dijo que él estaba casado con ella pero fundamentalmente estaba casado con los proyectos pedagógicos de ella. Sé que es cierto.

31- Ayer se concretó mi ilusión más punzante: efectivamente fuí a ver con mi vieja a Smashing Pumpkins. Una de las bandas de mi vida. Fuí muy feliz. Billy Corgan portando una Telecaster es lo único que quiero recordar antes de morir. Cuando tocaron Ava Adore ví personas llorando mucho, pienso en la cantidad de personas que amaron con los Smashing de fondo. Antes de regalarle a los Smashing a alguien me suicido, que alguien se preocupe si en algún momento lloro en vez de bailar mientras suena un tema de Ava Adore. Cerati, Bowie, los Smiths y los Smashing son irrenunciables, todo lo demás lo puedo negociar.

32- Terminé mis segundas prácticas. Un alumno ruso fue el sustento de mi felicidad durante un mes. Estaba obsesionado con los trenes abandonados de la Argentina, nos reímos a carcajadas. También mi pareja pedagógica que es una tipaza total.

Ahora tengo una colección de fósiles en casa y son hermosos. Capaz algo de mi futuro esté allí. Pocas veces había sido tan feliz en mi vida, voy a acordarme de ese colegio mucho tiempo. Estoy tan cansada que no puedo escribir una oración decente, pero vale 100% la pena.

33- Estoy desayunando una especie de panqueque de avena con un huevo frito arriba. Dí vuelta el huevo frito para poder cortarlo sin que la yema infiera en mi decisión. Vulnerar la yema o santificarla. No quiero hacerme cargo de esa dicotomía en este momento

34- Un día me tocó enamorarme del barrio de Floresta. Barrio dolinesco en su punto justo. Me imagino ahí en un futuro, enamorada, escuchando Sabina, sacando fotos, capaz hasta escribiendo en serio. Trabajando en la escuela estilo Cacciatore que está sobre Magariños Cervantes. Caminar por ahí me revitalizó, volví a tener 16 años. Un poco se detiene el tiempo, con sus pasajes coloridos, sus veredas anchas, sus carteles gastados. Allí escasean los autos, los bares. Solo hay millones de focos de inspiración por metro cuadrado. Todo ese encanto se pierde cuando llegas a Nazca. Peor si llegas a Juan B Justo.

35- Entró una niña rusa al colegio. No habla español, no habla inglés y tampoco armenio. Por lo general los pibes que entran hablan o inglés o armenio, facilitando la adaptación, pero ella nada. Encima tiene un problema fonoaudiológico severo, por lo que mi comunicación con ella es vía telepatía. Nos entendemos bien y nos reímos mejor de lo que nos entendemos. A veces la maestra titular de 2do me mira raro porque nos reímos demasiado, en mi defensa es muy gracioso tener que desplegar un conjunto de recursos exagerados para explicar lo que significa casa.

36- Leer con alguien es gracioso. Sobre todo si los libros no tienen nada que ver. La risa de una y el asombro de la otra. Cura el espanto.

37- Una amiga está saliendo con un italiano. Cada vez que lo escucho hablar no puedo parar de pensar en que el idioma italiano está repleto de palabras graves. Y que transforman todas las palabras en palabras graves. Maradona es amado acá y allá porque es una palabra grave. Boca, pizza, pasta, vino. Todo muy grave.

38- Espero encontrar algún fotógrafo que ame tanto a Recoleta como yo. Necesito que alguien materialice las fotos que sueño con sacar y que no sé cómo. Más que nada a esa parte de recoleta que parece un barrio privado, pasando Figueroa Alcorta. La parte que está separada de Salidas por una barranca y un alambrado. Es un cuento de hadas, un país aparte. Parece el barrio que muestra Lynch en Blue Velvet en el primer minuto de película.

39- Leo y hablo tanto de Nora Ephron que ya es una amiga más.

40- Uno de los últimos pensamientos del año se los lleva la Nouvelle Vague. Fuí religiosamente todos los domingos del mes a ver películas de Truffaut al CCK. Pienso que odio la Nouvelle Vague, pero no puedo parar de ver películas de esa época. Pienso en qué es lo que me atrapa tanto, en qué me retiene ahí. Me doy cuenta de que lo que me retienen son las mujeres que se adueñan de las historias. Los personajes femeninos suelen ser insoportables, caprichosos, inentendibles, inanticipables, fatalistas y dramáticos. No tengo más ganas de caminar así que me voy a tirar en el medio de la nada, si no me cargas hasta nuestro destino te voy a odiar y voy a esperar a la muerte acá tirada. Y los personajes masculinos son absolutamente sumisos frente a esas mujeres, obedecen ciegamente, están obsesionados, toda su vida gira en torno a ellas. No hay movimiento que les salga bien cuando tienen una mujer así al lado: si se distancian las extrañan mientras ellas no los extrañanan a ellos, si están al lado viven un infierno mientras ellas no lo viven, si las engañan ellas los engañan sin más o se suicidan. Todo es muy border y el varón está ahí pintado al óleo. Las mujeres son tan fuertes e indestructibles que en varias películas las tienen que compartir entre un grupo de amigos entero porque sino no dan a basto. Lo mejor de todo es que esas mujeres sólo quieren vivir un buen amor.

Son muy distintas a las femme-fatale del cine noir. Esas son mis favoritas. Calladas, observadoras, hermosas y traidoras. Te clavan el puñal en la espalda cuando creías que las tenías atadas.

El cine es simplemente una excusa para amar a más mujeres.

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